Y llegó el día anhelado de la Jura de Bandera
24 de octubre de 2017 por Redacción FNFF
Y llegó el día anhelado de la Jura de Bandera, por el Gral. Juan Chicharro Ortega
Juan Chicharro Ortega
General de División de Infantería de Marina (R)
Nadie que no sienta un profundo amor a su Patria es capaz de entender lo que significa el acto de juramento a la Bandera. Un acto en el que uno se juramenta para darlo todo por España, nuestra tierra, el solar de nuestros padres y abuelos, la labor de siglos y siglos forjada por tantos que nos antecedieron incluso con su sangre y con su vida.
El pasado día 21 de octubre asistí a este Acto solemne en el patio de Armas de la Academia General Militar donde juraron 472 Caballeros Cadetes. Sí, Caballeros, que es lo que son, llenos de juventud y alegría a la par que dotados de una madurez indescriptible palpada en su compromiso con nuestra historia.
Y desde muy temprano familiares y amigos se arremolinaban ya en los aledaños de ese solar zaragozano caminando con gozo para ser testigos de lo que estaba por ocurrir; y los Caballeros Cadetes llenaban los pasillos circundantes formados en compañías cantando a España. Resonaban los muros de la ya veterana Academia con las voces fuertes de los futuros oficiales de nuestro Ejército al más puro estilo legionario.
“Siempre que ondee al viento la Bandera roja y oro bajo el sol, siento latir mi corazón con orgullo de español”
En el ambiente, ¡cómo no!, la amenaza a nuestra integridad como nación amenazada en esos, y estos, momentos críticos para nuestra Patria.
Y en el aire el recuerdo emocionado a dos jóvenes oficiales del Ejército del Aire recién caídos en acto de servicio que ya reposan en el cielo de los buenos soldados.
Y desde ese mismo cielo miles de otros jóvenes españoles que lucharon y murieron en América, África o en las estepas rusas haciendo grande a nuestra España contemplan orgullos a su estirpe presta a seguir su ejemplo.
“Y si morir por ti preciso fuera combatiendo por tu honor, orgulloso esperaré mi fin luchando con ardor”.
Escuela de soldados, escuela de hombres y mujeres de honor, dispuestos a ofrecer lo mejor de sí mismos en el cumplimiento del deber.
Créanme, en una sociedad donde el relativismo moral hace estragos todavía hay multitud de jóvenes españoles que tienen por norte de su vida el honor, la lealtad, el espíritu de sacrificio y el amor a su Patria. Sí, yo les he visto.
Y de la “long grey line” (la larga línea gris parafraseando el apelativo por el que se conoce a los cadetes de West Point) saldrán bravos capitanes y excelentes generales como todos aquellos cuyos recuerdos iluminan la centenaria labor de la Academia General Militar. Hombres y mujeres que liderarán nuestro Ejército en el siglo XXI.
Toma el juramento el General y brota en el aire un “Sí juro” con tal fuerza que los cimientos de la propia Academia tiemblan mientras que los corazones de los presentes laten a gran velocidad en sintonía con la fuerza moral que lo invade todo. Grito sólo comparable a los Vivas a España y a nuestro Rey.
Son confusos e inciertos los momentos que estamos viviendo, más viendo a estos jóvenes, futuros mandos de nuestro Ejército, comprometerse con nuestra Patria, más valdría que los sediciosos y traidores que amenazan nuestra unidad como secular nación perdieran toda esperanza de conseguir nada porque la victoria es nuestra. Nada ni nadie nos va a arrebatar nuestro orgullo de español y menos aún la labor de nuestros ancestros.
En la defensa de nuestra soberanía como nación nos encontramos en la hora de la política y a su mayor éxito nos ceñimos a lo que los dirigentes políticos disponen en estos momentos; y lo hacemos con lealtad y disciplina, esa disciplina que es espina dorsal de la valía del Ejército pero nadie dude que lo que el soldado español jura lo cumple.
Ya desfilan los batallones de la Academia General Militar y reina sobre todo la alegría y el orgullo de formar parte de esta gran familia militar en comunión cerrada con la sociedad civil a la que se debe el soldado.
Y es que el soldado sabe bien que desde el momento en que la Patria le entrega las armas para servirla, le jura fidelidad ante la Bandera que la representa.
Sí, llegó el día anhelado de la Jura de Bandera de unos jóvenes cadetes y ante su presencia el viejo soldado no puede más que sentirse orgulloso pues siente en su fuero interno que el testigo se ha pasado con honor.
Y no puedo por menos que felicitar a los mandos de la Academia General Militar por haber sabido imbuir y mantener ante todo el profundo sentido del amor a España, a nuestra Patria. Gracias.
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