La libertad no se gana con cobardes, por Juan Chicharro Ortega

17 de febrero de 2020 por Redacción FNFF

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Juan Chicharro Ortega

Presidente Ejecutivo de la FNFF

 

Sí, hablo de libertad desde la la Fundación Nacional Francisco Franco. Al que le moleste que deje de leer. Está en su derecho.

Pero vamos a aclarar lo que es y significa la libertad : libertad es poder salir a la calle sin temor a ser asaltado; libertad es poder dar de comer a tu familia; libertad es poder dar una educación a tus hijos; libertad es poder tener una sanidad adecuada y libertad es tener acceso a una vivienda digna. “Allí donde hay miseria e ignorancia no es posible la libertad” , son palabras de Francisco Franco y cualquiera que sepa algo de sociología sabe bien lo que esto significa y si no lo sabe que se de una vuelta por países del tercer mundo y luego me lo cuenta.

Al acabar la desgraciada guerra civil de hace 80 años España estaba sumida en la miseria y la ignorancia y, considerando Francisco Franco que en esas condiciones era necesario un régimen autoritario que nos permitiera salir de esas condiciones lamentables en las que estaba nuestro pueblo desde tiempo secular, optó por un sistema político que posibilitara solventar esos factores y alcanzar el bienestar social que ya en 1975 gozábamos los españoles. Y a esa tarea dedicó toda su vida. El propio Churchill en sus memorias desclasificadas así lo reconoce y le hizo llegar a Franco que entendía la situación española y en ellas refleja que España necesitaba dos o tres generaciones para salir de esa lamentable situación e incorporarse en condiciones al sistema político imperante en occidente.

No hicieron falta tres generaciones. Sólo una y el milagro se produjo. Al fallecer el Generalísimo se produjo la transformación - de la ley a la ley - del régimen autoritario al “democrático “ actual. Y se promulgó la Constitución del 78 en la que encontramos en sus artículos 14, 16 y 20 como se consagra que ningún español puede ser discriminado por sus ideas , que la Constitución garantiza la libertad ideológica así como la de pensamiento , expresión y libertad de cátedra. Premisas constitucionales que harán imposible, si se mantiene en España el estado de derecho - algo que está en serio peligro ahora mismo - , tanto la tipificación como delito de la apología del franquismo como la promulgación de la prevista y sectaria nueva ley de memoria histórica.

Valga todo este preámbulo ante lo que está sucediendo en Sevilla con la pretendida  presentación de un libro de historia en imágenes de la vida de Francisco Franco. Hablo de la presentación de un libro, no de un acto político ni exaltación de nada ni de nadie; eso sí, por supuesto desde la perspectiva de lo que defiende esta Fundación en cumplimento de sus fines estatutarios. Pues bien , ante este hecho, asociaciones radicales de izquierda han decidido que de ninguna manera van a permitir que un acto así se celebre en Sevilla. Les da igual lo que dice la Constitución. Ellos mandan y ellos deciden lo que se puede hablar y lo que no. Y en esta situación nos encontramos cuando, ante las amenazas consiguientes, centros ya apalabrados para la presentación del libro como el Ateneo de Sevilla y de momento casi todos los hoteles se niegan a facilitar locales para la celebración de dicha presentación. Obvia decir que si la presentación del libro fuera sobre uno de carácter marxista no tendríamos problema de ningún tipo. Más no es así y comoquiera que de lo que se va a hablar es de Francisco Franco, su vida y su obra se hace casi imposible el acto.

A ver , digámoslo claro : a estas alturas de las gestiones ya no se trata de si el libro habla de esto o de aquello sino de nuestro derecho constitucional a hacerlo, de la defensa de la libertad en definitiva. Sí, de la libertad. Más ya vemos que estamos sometidos, supongo que por la coacción ejercida,  a lo que nos digan las organizaciones radicales y punto. Lo lamentable de todo esto no es ya el desprecio que esa izquierda rancia y sectaria muestra  hacia toda libertad que no sea la suya, sino como los que deberían mostrar la gallardía de responder a estas amenaza, y coacciones con firmeza en defensa de la libertad, tal que si fueran avestruces esconden la cabeza debajo del ala dando muestras de una cobardía sublime.

Escribo sin saber todavía si encontraremos algún lugar que no se amedrente a las primeras de cambio, antes de este fin de semana próximo, pero lo que sí  tenemos claro es que sin necesidad de promulgar leyes de memoria ni tipificar delito alguno la tiranía marxista se ha impuesto ya en Sevilla. 

Y mal veo yo la libertad que no sea la marxista si no aprendemos que la defensa de esta no se gana con cobardes y ya vemos que abundan.

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