Pedro Muñoz Seca, dramaturgo asesinado en Paracuellos
10 de noviembre de 2021 por Redacción FNFF
PPG

En su época de estudiante ya escribió algunas obras de teatro. Finalizados sus estudios universitarios, se trasladó a Madrid. Comenzó a trabajar impartiendo latín, griego y hebreo, entrando posteriormente en el bufete de Antonio Maura. En una de las tertulias a las que habitualmente asistía, Muñoz Seca conoció a Sebastián Alonso, con quien estrenó El contrabando, en el Teatro Lara en 1904. En 1908 consiguió un puesto en la Comisaría General de Seguros, dependiente del Ministerio de Fomento. Poco después contrajo matrimonio con Asunción Ariza Díez de Bulnes, con quien tuvo nueve hijos.
Paralelamente, el comediógrafo comenzó a colaborar en prestigiosas revistas: Blanco y Negro; La Ilustración Española y Americana; y Nuevo Mundo. A partir de 1911 se consolidó como autor teatral y empezó a colaborar con diversos autores, destacando entre ellos Pedro Pérez Fernández, a quien conoció en 1911. La primera obra conjunta de los dos se tituló Por Peteneras y la colaboración de ambos se sitúa por encima de las 100 obras. Otro colaborador importante fue Enrique García Álvarez. En 1914 estrenaron Fúcar XXI, obra escrita en común por los tres autores.
En el teatro de Muñoz Seca se va perfilando una peculiar forma de hacer comedia: el astracán o astracanada, subgénero que exagera y deforma hasta lo increíble los rasgos cómicos utilizando todo tipo de recursos con el fin de hacer reír. Se le considera su creador.
Se irán sucediendo estrenos y éxitos importantes: Trampa y Cartón (1912); El roble de la Jarosa (1915); Los cuatro Robinsones (1917); El rayo (1917); La venganza de don Mendo (1918); La pluma verde (1922); Los chatos (1924); La tela (1925); Los extremeños se tocan (1927); Opereta sin música pero con cantables y evoluciones;… todas estas obras en colaboración con Pérez Fernández.
En su obra hay una cierta evolución porque abandona el costumbrismo de los hermanos Álvarez Quintero y se afianza en la astracanada con cierto acercamiento a la alta comedia.
Muñoz Seca, monárquico convencido y con amistad personal con Alfonso XIII, además de católico, no ocultó su postura tras el advenimiento de la II república en 1931.
El número de obras estrenadas disminuyó, pero no el éxito: La Oca (1931); La voz de su amo (1933); Anacleto se divorcia (1932); La EME (1934); La plasmatoria (1935)… En estas obras predomina la alta comedia astracanada y la comedia de salón con elementos culturales, posiblemente en respuesta a la crítica.
La gran aportación del teatro de Muñoz Seca está en la ruptura que supone el astracán y en el precedente del teatro del absurdo que se desarrollará en la posguerra española gracias a figuras como Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela.
El estallido de la Cruzada Nacional de Liberación le sorprende en Barcelona, tras el estreno de La tonta del rizo, el 17 de julio de 1936. Pocos días después del Alzamiento, es detenido y trasladado a Madrid. Fue asesinado en Paracuellos del Jarama el 28 de noviembre de ese mismo año. Sus últimas palabras a los milicianos rojos que lo iban a matar fueron: “Podéis quitarme mis pertenencias, podéis quitarme la vida, podéis quitarme todo, pero hay una cosa que no podréis quitarme nunca… ¡El miedo que tengo!”.
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