La batalla de Guadalajara
19 de marzo de 2015 por Redacción FNFF
Mª del Pilar Pérez García (Pituca)
Historiadora

La Batalla tuvo lugar entre los días 8 y 23 de marzo, en un intento de entrar en Madrid por la zona noroeste. El CTV lo mandaba el General italiano Mario Roatta y estaba compuesto por la División Littorio, mandada por el General Annibale Bergonzoli "Barba Eléttrica", llamado así por sus soldados por la poblada barba que lucía; las Divisiones Dio lo Vuole, del General Edmondo Rossi; Fiamme Nere, del General Amerigo Coppi; y Penne Nere, del General Luigi Nuvoloni. También contaban con un Batallón de carros ligeros Fiat-Ansaldo L-3/35, una Compañía de blindados Ansaldo-Lancia IZ y otra Compañía de auto-ametralladoras. Igualmente tenía el apoyo de su artillería y parque motorizado y además de la Aviación Legionaria italiana. Tenían el nuevo concepto de guerra denominado "Guerra Celere", que habían utilizado en Libia y Abisinia y que después desarrollarían los alemanes en la II Guerra Mundial. Pero las dificultades del terreno y la climatología también darían un duro golpe al CTV, cuyo principal objetivo era romper el Frente a 56 Kilómetros al norte de Guadalajara, para rebasarla y llegar hasta Alcalá de Henares, quedando a la espalda de las unidades republicanas que lucharon en la Batalla del Jarama.

De esta forma, la aviación roja fue dueña absoluta del cielo, desde donde atacó a su antojo las carreteras embotelladas con tropas italianas. Así, la defensa republicana se convirtió en un contraataque feroz. El CTV perdió algunos cientos de prisioneros y mucho material, retirándose de forma penosa. Los rojos hicieron chistes, diciendo que los italianos, en vez de oír: ¡a la bayoneta!, entendieron ¡a la camioneta! y huyeron.

Se ha exagerado mucho la leyenda sobre el mal comportamiento del CTV en Guadalajara. Por ejemplo, el comportamiento de la División Littorio fue digno de una gran Unidad, mientras que las tres divisiones de voluntarios, mal acostumbrados a su victoria en Málaga, y con mandos más retóricos que militares, fueron incapaces de recuperarse de la buena estrategia del ejército republicano, con sus asesores soviéticos e internacionales, y de la utilización conjunta de la artillería, los carros de combate y la aviación, además de una infantería conocedora del terreno. Una derrota que no fue tan impresionante como nos cuenta la propaganda de guerra. Una propaganda que llega hasta nuestros días.
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