Frente al Congreso: Sol, asfalto y sudor. NO A LA LEY DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA

 

Adolfo Coloma

Coordinador General de Delegaciones de la FNFF

Para fraseando al poeta Antonio Machado en su inefable poema «Castilla» esa situación vivimos ayer tarde, frente al Congreso de los Diputados, para protestar contra la inminente aprobación de la mal llamada Ley de la Memoria Democrática. Mientras tanto, en la Cámara, sus señorías escenificaban esa vuelta a las dos Españas que tanto le doliera al poeta.

Convocados por la Asociación para la Reconciliación y la Verdad Histórica, unos cientos de personas, soportando una tórrida temperatura entre un sol implacable que se resistía a irse empujado por la luna de sangre que no se llegó a ver, en perfecto orden alzamos la voz con solitaria grandeza frente al Presidente del Gobierno que, arropado en una aritmética parlamentaria a base de sumar a los que quieren destruir la convivencia  y la reconciliación duramente ganada a través de lustros; pretende imponer por via de boletín oficial del estado, una verdad única, tergiversada, cainita e ideologizada.

            La Fundación Nacional Francisco Franco, directamente afectada, puesta en el punto de mira de ese bodrio legal construido a base de remiendos – para acallar conciencias – en todo su trámite de regulación orgánica, quisimos estar presentes ¡como no! Y sumar nuestra voz firme y pacífica pero con determinación ante tamaño despropósito.

            Sonaban las 20h en el campanario de la Basílica de Jesús de Medinaceli cuando sorpresivamente tuvimos que abandonar nuestro emplazamiento frente al Palacio de las Cortes, donde se había solicitado y autorizado la convocatoria, para desplazarnos Carrera de San Gerónimo abajo, ante la invitación más que insistente de la Policial Nacional. Al fin, bien pasada la hora de convocatoria se improvisó la concentración, cerca de la Plaza de Neptuno en plena calzada.

Animados por la voz incansable de ese luchador por la verdad, la historia y la libertad que es Guillermo Rocafort se fueron desgranando las intervenciones de los oradores que ponían de manifiesto la total repulsa a la susodicha ley y a los manejos para hacerla tragar que eran respondidas con vítores y asentimiento por los asistentes

Tristemente se conmemoraba el 25 aniversario del secuestro de Miguel Ángel Blanco a mano de sicarios de ETA y su asesinato a manos de Javier García Gaztelu alias “chapote”. Los herederos políticos se sentaban lindamente en las bancadas de hemiciclo, algunas decenas de metros de la concentración. Se conmemoraba también el 87º aniversario de la detención José Calvo Sotelo por aquella milicia socialista conocida por “la Motorizada” y su asesinato – también de un tiro en la cabeza – por el guardaespaldas del socialista Indalecio Prieto. Los herederos de aquellos abominables crímenes son los que quieren aprobar ahora esta nefanda ley, arrinconando a tantísimas victimas que como Blanco y Calvo Sotelo fueron martirizados por sus ideas y por su defensa de la libertad. Allí, en plena calle, entre un sol justiciero y un asfalto tórrido, fueron ambos recordados. Perdonamos, pero no olvidamos.

Allí conocimos la primicia de que el Tribunal Superior de Justicia del Pais Vasco paralizaba la compraventa de los Cuarteles de Loyola y ordenar que se incluyan en el catálogo municipal de patrimonio. Otra pequeña victoria muy celebrada, especialmente por los que hemos servido a España algún tiempo izando día a día su bandera en tan simbólicos acuartelamientos.

Allí también se emplazó a la Presidenta de la Comunidad de Madrid a que blindase la Santa Cruz, la Basílica y el conjunto del Valle de los Caídos mediante la declaración como bien de interés cultural: -“Presidenta, la pelota está en su tejado”-

En paz se celebró la concentración a pesar de las presiones de la policía, el tórrido calor. Nada que ver con concentraciones de otro signo, a base de insultos, amenazas y adoquines. Sin incidente alguno. Comprendiendo que los agentes del orden cumplían las órdenes recibidas, también ellos al final fueron despedidos con una ovación.

Pues bien, a pesar de presiones, intimidaciones y amenazas allí nos concentramos, pocos o muchos, para plantar cara al gobierno.

¡¡¡NO A LA LEY DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA!!!