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Por Carlos Fernández Barallobre.
La historia del campamento de Gandarío, cuna del Frente de Juventudes y de la Organización Juvenil Española, se remonta a 1942, un año y medio después de que se publicara, aquel día 6 de diciembre de 1940, la ley fundacional del Frente de Juventudes en cuyo preámbulo se definía a la organización naciente como la obra predilecta del régimen.
La idea de Enrique Álvarez de Sotomayor, caído heroicamente en el frente ruso peleando con la División Azul; Carlos Juan Ruiz de la Fuente y Alberto Crespo, cuajaba en una completa realidad gracias a la decidida voluntad del propio Franco de dotar a la Nación de unas organizaciones juveniles voluntarias que sirviesen para asegurar la formación y disciplina de las generaciones de la Patria en el espíritu católico, español y de milicia. El Sindicato español Universitario y la Sección Femenina serían también partes destacadas en la modelación de los chicos y chicas españoles.
En el verano de 1942 surgía en la ría de Sada el campamento Nacional “Francisco Franco” del Frente de Juventudes.
En un bellísimo paraje donde se conjugan el verde de la tierra y el azul del mar de la playa de Gandarío, el campamento inició aquel verano sus actividades. Diez relucientes barracones componían la nueva instalación. Ocho de ellos destinados a dormitorios con capacidad para alojar a cincuenta y seis muchachos. Los otros dos serían destinados al mando, servicios, publicaciones,- se editaba un periódico de régimen interno-, enfermería e intendencia. En el centro del campamento se alzaba el mástil donde cada día, cara al sol, se izarían las banderas que presidían los destinos eternos de la Patria.
Cinco magníficos pinos servían de guardianes a la Cruz de los Caídos, donde diariamente cada atardecer se realizaba una ofrenda a los que dieron la vida por la Patria.
Un espacioso cobertizo se destinó a comedor. A su lado una amplia y bien dotada cocina. Durante muchos años el campamento fue una referencia a nivel nacional sobre todo en los cursos de vela que en él se desarrollaron.
Campamento Nacional Francisco Franco de Gandarío La Coruña.
En agosto de 1951 el Caudillo de España visitaría el campamento de Gandario, donde recibió la incondicional y entusiástica adhesión los jóvenes del Frente de Juventudes.
A principios de los años sesenta comenzaron las obras de sustitución de los primitivos barracones por nuevos y modernos pabellones, así como nuevas canchas deportivas, piscina y mejores servicios. En agosto de 1964, las nuevas instalaciones, aun si inaugurar, servirían de alojamiento a loa atletas participantes en los XIX campeonatos del mundo militares de atletismo, celebrados en el estadio municipal coruñés de Riazor.
En la obra, dirigida por el arquitecto Eduardo Baselga, trabajó el pintor Villar Chao, a quien se le encargó un enorme mural para la pared del comedor, que plasmaba el milagro de la multiplicación de los panes y los peces realizado por Nuestro Señor Jesucristo. Es un magnífico mural,-que afortunadamente no ha sido víctima del rencor y a día de hoy continúa en su sitio-, salido de los pinceles de aquel singular coruñés. Villar Chao tardó en componer el gran mural casi tanto, es un decir, como la obra del Escorial, ya que había días que tan solo daba un par de trazos. Eso sí, siempre estaba dispuesto a las juergas que se montaban en el cercano bar Mallorca. “Comamos y bebamos como si fuéramos a morir mañana”, era su frase favorita, que demostraba a las claras con su gran predisposición para todo tipo de bacanales y francachelas.
Afortunadamente el sábado 14 de agosto de 1965, todo estaba ya terminado. En esa jornada, con motivo del 25 aniversario de la creación del Frente de Juventudes, las Organizaciones Juveniles iban a rendir al Caudillo Francisco Franco un clamoroso homenaje de adhesión, coincidiendo con la inauguración de las nuevas instalaciones del emblemático campamento.
Sobre las doce y media del mediodía en la puerta del campamento esperaban al Generalísimo Franco el vicepresidente del gobierno, Capitán General Agustín Muñoz Grandes; los ministros de Aire, Teniente General José Lacalle Larraga; de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne; de la Presidencia, Vicealmirante Luis Carrero Blanco y de Agricultura, Adolfo Díaz Ambrona. También estaban presentes el delegado Nacional de Juventudes, Eugenio López y López; el secretario nacional; los delegados provinciales de toda la geografía hispana; Consejo Provincial de Juventudes de La Coruña; mandos nacionales de la organización Juvenil; mandos de la Organización Juvenil Española de La Coruña con su jefe Provincial Ramón Luis García Barros; representaciones de afiliados de todas las provincias, así como miembros de los colegios menores, flechas navales, escuadristas premiados en concursos internacionales y de formación profesional; Gobernador civil, Evaristo Martín Freire; Capitán General de la octava región militar, Teniente General Ángel Ramírez de Cartagena y Marcaida; Capitán General del departamento marítimo de El Ferrol, Almirante Fernández de Bobadilla; Director General de la vivienda, el coruñés, Enrique Salgado Torres, que tanto tenía que ver en la remodelación del nuevo albergue; Gobernador Militar, general Díez Alegría; autoridades provinciales; Pedro Barrié de la Maza y el consejo provincial del Movimiento, presidido por el subjefe José Luis Amor, completaban la lista de personalidades.
Miembros de la Organización cubrían carrera desde la desviación de la carretera general hasta la puerta del campamento. En el gran patio central del campamento se situaron varias centurias en impecable formación y que procedían del doble campamento que se estaba celebrando, uno destinado a Náutica y alta Montaña y otro de Flechas.
El Caudillo llegó acompañado por el ministro de Marina, Almirante Pedro Nieto Antúnez y por el Ministro Secretario General del Movimiento, José Solís Ruiz. La banda de música de la Organización Juvenil Española de Madrid, interpreto en honor del Jefe del Estado el Himno Nacional.
De seguido el Generalísimo Franco pasó revista a las unidades que le rendían honores y descubrió junto al delegado Nacional Eugenio López un monolito, cubierto con la enseña nacional, con la inscripción: “Las juventudes de España a su Caudillo. XXV aniversario. 1940-1965. Se sirve al caminar”.
En su visita al campamento, -una vez bendecido por el Obispo auxiliar, doctor Novoa, Franco comprobó que las nuevas instalaciones eran del todo excelentes, convirtiendo a Gandarío en uno de los albergues mejores dotados de Europa. Visitó pabellones; se detuvo en presenciar ejercicios de tirolina, acampada, aeromodelismo, rastreo, enlace, orientación, dibujo, así como diferentes actividades deportivas. Igualmente contempló una exposición de trabajos realizados por los muchachos acampados, otra de fotografías, visitando también las dependencias donde se alojaban los turnos del campamento, de flechas, alta montaña y de náutica, que se estaban celebrando.
En el inmenso comedor, el Jefe del Estado firmó en el libro de oro. A continuación subió a una pequeña tribuna situada en el patio central del campamento, desde donde recibió el homenaje de la juventud española.
En primer lugar los colegios menores de Juventudes de toda España le entregaron sus respectivas becas, y un disco de la Misa de la Juventud compuesto por Cristóbal Halfter y que sería estrenado, en próximas fechas, en la Catedral de Santiago de Compostela con motivo de la peregrinación Nacional de la juventud al año Santo compostelano.
El cadete Miguel Ángel Mediero en nombre de sus camaradas le ofreció el homenaje: “A tu adhesión, Caudillo, unos se han acercado por los polvorientos caminos jacobeos, otros viviendo en ciudades de lona, otros hablando de España con su ejemplar comportamiento en países extranjeros y tantos y tantos más en el silencio reposado de las instituciones docentes compartiendo lo inolvidable de esta jornada” “Sabed también que desde vuestra Galicia natal con el templo de peregrinos, pedimos al buen Santiago que os siga protegiendo en vuestro recto y sabio caminar y que a nosotros nos dé fuerzas para que cada día nuestra estrella, estrella de juventud, sea más prometedora y acorde con nuestro propio destino. Gracias por vuestra visita y a vuestras órdenes”.
El delegado Nacional de Juventudes, Eugenio López, pronunció un brillante discurso en el que destacó el fundamental papel que le estaba reservado a la juventud española en el futuro político. Resaltó la importancia que se concedía a la formación de esta juventud para que pudiese servir convenientemente al engrandecimiento de la Patria, manifestando entre otros párrafos: “Caudillo de España: Aquí tenéis una representación de nuestra Juventud, venida desde todos los rincones de la Patria, para ofreceros en este marco incomparable, el sencillo homenaje de su presencia y de su tarea, de su lealtad y de su afecto. Representan a miles de jóvenes camaradas que hubieran querido estar presentes, y lamento no puedan presenciar y participar en este acto, al que en este mismo momento están unidos, ya que en todos los hogares, campamentos y albergues de España, están celebrando actividades a través de las cuales se unen espiritualmente a éste que Vos estáis presidiendo.”
“Recibid, ante todo, nuestra gratitud por vuestra presencia, para lo que habéis tenido que interrumpir vuestras cortas jornadas de descanso y vuestra infatigable tarea de gobierno. Celebramos, Excelencia, nuestro XXV Aniversario, y durante todo el año vamos llenando de contenido conmemorativo nuestro quehacer. Examinamos el pasado con cierta nostalgia, pero pensamos en el presente y trabajamos hacia el futuro. Podíamos llenar estas palabras con citas y referencias, que de modo muy somero, aparecen en los paneles de este Albergue-Campamento que lleva vuestro nombre. Podíamos ofrecer el panorama histórico del esfuerzo y la entrega de estos XXV Años, pero hemos preferido que aquí, en nuestro sitio, “al aíre libre”, como nos decía José Antonio, pudierais contemplar panorámicamente una serie de actividades, ya que así podríais valorar mucho mejor la perfección que va alcanzando vuestra “Obra Predilecta”, que trata siempre de superarse para cumplir los fines que le habéis encomendado: Coadyuvar a la formación de la juventud, tanto en lo personal como
en lo social, y estimo, Excelencia, y es de justicia reconocerlo, que lo hemos intentado y hasta en gran parte conseguido.” Hemos afrontado, además, una tarea ingente de promoción social al poner al alcance de la juventud española posibilidades que, hace tan solo unos años, eran imaginables, y de las cuales es una muestra lo que estamos presenciando en la mañana de hoy.”
“Aquí tenéis pues, nuestro homenaje, que lleva lealtad y cariño, no de hoy, sino de XXV Años, y Vos sabéis hasta qué punto son ciertas mis palabras y como en cada mañana y en cada anochecer, por todas las tierras de España, ondean al viento nuestras banderas y nuestros gritos, en los que siempre resuena vuestro nombre, y sabemos perfectamente el alcance que queréis que tenga esta lealtad, que no es sumisa expresión del solo afecto o del conformismo, sino la sincera participación en esta tarea que Vos lleváis afrontando durante todos estos años, y en la que nuestra ilusión es ver como siempre los hombres que han vivido en el Frente de Juventudes están a vuestro lado para servir a España.”
“No quiero terminar sin agradecer la presencia de quienes nos acompañan, de recordar a los Delegados y Secretarios Nacionales que han llevado durante años el peso de esta tarea, a los Mandos de Juventudes de hoy y de ayer, al Cuerpo de Oficiales Instructores, funcionarios, técnicos y obreros que han colaborado en esta obra, a los Mandos Juveniles y a todos los jóvenes, su parte en esta “Obra bien hecha” Y agradecemos también, a quienes han hecho posible esta magnífica Institución y de un modo especial, a quien un día la descubrió siendo Delegado Provincial de Juventudes de La Coruña, a Enrique Salgado, toda su ayuda y toda su presencia.
Finalizada la Intervención del delegado Nacional Eugenio López, los presentes prorrumpieron en gritos de “¡Franco, Franco, Franco!”, y ¡Viva Franco! ¡Arriba España!”
Para cerrar el acto, con palabras de aliento a la juventud, el Caudillo se dirigió así a los miembros de la Organización Juvenil Española: “Con la mayor satisfacción quiero clausurar este acto de afirmación española en esta representación de la juventud del Campamento de Gandarío.
Constituye una parte de la acción política de un nuevo Estado la formación completa de su juventud. El preparar estas minorías inasequibles al desaliento, a fin de que puedan ir sustituyendo a las generaciones anteriores para la gran obra de transformación de España.
La revolución es cambiar un orden y un estado de cosas. Puede hacerse por dos procedimientos: por la violencia, con toda clase de convulsiones, de miseria y de anarquía, o por la evolución dirigida y la formación de los hombres. Nosotros hemos seguido este último camino. Nuestra juventud está tan fresca o más que los primeros días, y mucho más porque contamos con las generaciones de los jóvenes que han pasado por estos Campamentos del Frente de Juventudes; con todos los jóvenes que se educan en nuestra Patria; con los que despiertan al trabajo en los talleres y en los Centros de Formación Profesional, los que van conociendo una España mejor, a los que tenemos constantemente que recordarles la España que dejamos. Y eso es que galopamos, esto es, que marchamos.
El mundo marcha por cauces nuevos, se impone el espíritu juvenil que les empuja, y nosotros nos hemos adelantado a los demás veinticinco años. Ello representa que no nos sorprenden los acontecimientos. Vivimos cara al mañana, lo mismo que aquí vivimos cara al mar y la cara al mañana es pensar que los vientos que vienen son verdaderamente sociales. Y en este camino hemos emprendido una marcha que a nosotros, en nuestra ambición, nos parece pequeña; pero, sin embargo, tiene unas cifras que son indiscutibles: dos mil quinientos millones de pesetas en el Fondo para promover igualdad de oportunidades en Educación; la multiplicación de los teléfonos por cinco, en pocos años; la carencia casi por completo de población penal, reducida hoy a la tercera, parte de lo que era hace treinta años; la matriculación y fabricación de automóviles a un ritmo impresionante, que representa el nivel de vida que vamos consiguiendo. Esto es lo que explica estas cifras y tantas más que pudiéramos citar, y ello significa que marchamos en vanguardia.
Conservad siempre vivo este entusiasmo en el esfuerzo, estas ideas que aquí recibís, y pensad que tenemos que ser apóstoles de una idea. Nuestra política no es una política de partidos, es una política de integración de todos los hombres en la Patria, es la política de la formación de los hombres que ejemplarmente realiza el Frente de Juventudes. y nada más sino felicitar a los que en esta competición olímpica del trabajo, en el orden internacional, vienen conquistando galardones importantes, que son trascendentes, porque así como las naciones poderosas económicamente tienen todo hecho y la propia industria forma sus hombres, nosotros, para crear nuestra industria, hemos de forjar antes a nuestros hombres. Necesitamos las Escuelas de Formación Acelerada, necesitamos dedicarnos por entero a nuestra labor, plenamente, para recuperar el tiempo perdido. Todo ello nos impulsa a apreciar más el mérito de estos muchachos, que han sabido ganar sus galardones en naciones extranjeras. Yo les felicito, como también a todos los apóstoles de la formación de la juventud española, ya que, gracias a su esfuerzo, podemos contemplar con optimismo el presente y el futuro de una Patria mejor.
¡Arriba España!
El Caudillo de España Francisco Franco, recibe las explicaciones del Delegado Nacional de Juventudes, Eugenio López, en su visita al campamento de Gandarío.
Finalizado el acto y una vez entonado el himno de la organización Juvenil, “Prietas las Filas”, el Caudillo departió largo rato con todos los mandos nacionales de la Organización Juvenil Española. Incluso se asomó al paseo del arenal de Gandarío para presenciar la salida de una regata de embarcaciones de la clase “cadete”, patroneadas por escuadristas de la propia organización. Los numerosos bañistas, que en ese instante se solazaban en la playa, recibieron con vítores y aplausos la presencia del Jefe de Estado. Tras ello el Caudillo Franco regresó al campamento, se despidió de las autoridades y emprendió viaje a su residencia veraniega del pazo de Meirás.
Las organizaciones juveniles fueron un pilar indiscutible en la educación y formación de la juventud española. Su organización por centurias divididas en escuadras fue fundamental en su desarrollo ya que algunas escuadras con militantes con amplio poder de captación y proselitismo se convirtieron en centurias, logrando así aumentar las filas de la propia organización. Las centurias estaban mandadas por un jefe surgido de las propias filas del Frente de Juventudes. Era un honor para todos los militantes ascender a las escalas de mando.
En sus hogares se realizaron innumerables actividades. Allí se podía leer e investigar en las mejores páginas de la historia patria. Se jugaba al billar, tenis de mesa o futbolín. Se escenificaba teatro sin mirar quien o quienes eran los autores de las obras. Los primeros grupos de teatro españoles en presentar obras de Federico García Lorca, después de la guerra civil, fueron precisamente los grupos teatrales del Frente de Juventudes.
Se practicaban baloncesto, balonmano, hockey sobre patines, voleibol, atletismo, esquí, montañismo, fútbol. Bandas de cornetas y tambores, rondallas y coros. Otros con dotes de periodismo confeccionaban el periódico mural de cada una de la escuadras. Los demás se entretenían jugando al ajedrez o las damas, cantando, realizando numerosos y complicados nudos o trabajado sobre planos y croquis. Los sábados era la reunión general de la centuria, que programaba diversas actividades y el domingo era el día por excelencia, ya que en esa jornada los componentes de los equipos deportivos tenían encuentros, las centurias programaban marchas y las rondallas, coros y bandas de cornetas y tambores, se desplazaban a otros ayuntamientos para alegrar con su sones el descanso dominical de multitud de ciudadanos.
Tres referencias imprescindibles para intentar entender a las organizaciones juveniles fueron los campamentos, la formación y el cancionero juvenil.
Campamento Nacional de Covaleda (Soria)
Numerosos campamentos a lo largo y ancho de España hicieron las delicias de miles de muchachos, limpios de corazón y de alma. Nombres como “Santa María del Buen Aire” en el Escorial; “Francisco Franco” en Gandarío, (La Coruña); “Paco Leis” en Villanueva de Arosa (Pontevedra); “Fuentes Blancas” en Burgos; “Virgen de Begoña” en Espinosa de los Monteros (Burgos): “Ordesa” en Huesca; Rascafría en la sierra madrileña; “Sancho el Fuerte” de Pamplona; Riaño en León; Yuste en Cáceres; Puerto de Santa María en Cádiz; “Vicente Ortiz” en la Sierra de Cazorla, (Jaén); “Mazagón”(Huelva), adonde acudían los escuadristas saharauis; San Quirico de Safaja (Barcelona); “Fernando el Católico” en Tarazona (Zaragoza); ”Orio” (Guipúzcoa): “Hispanidad” en los Palancares (Cuenca). “Juan Yagüe” instalado en la playa de Laga en Ibarranguelua, (Vizcaya), que en 1970 sufriría un atentado con bomba, efectuado por la siniestra, asesina, marxista y antiespañola ETA. Y por encima de todos, el auténtico santuario de las organizaciones juveniles, “Covaleda”, a los pies de los picos de Urbión en la provincia de Soria.
En el apartado de formación los cuadros del Frente de Juventudes con ejemplar constancia y abnegación, se aplicaron a la gran tarea destinada a formar tanto profesional, como industrial y artesanalmente a muchachos provenientes del ámbito campesino. Incluso las organizaciones juveniles lucharon de forma decidida y denodada para erradicar el analfabetismo.
Aquellas recordadas olimpiadas del trabajo sirvieron como magníficos vehículos de formación a infinidad de promociones industriales.
De las filas de las organizaciones juveniles salieron miles de vocaciones sacerdotales, políticas, militares, policiales, judiciales, teatrales, radiofónicas o deportivas.
También más de cien muchachos cayeron en el frente soviético con la heroica División Azul. Otros treinta y tres caerían en diversos actos de servicio en especial en la lucha contra el maquis.
Y las canciones. En cada una de ellas se apretaban de forma abigarrada lecciones morales, sueños revolucionarios o cantos de honor y de guerra. “Prietas las Filas”. “Montañas Nevadas”. “Isabel y Fernando”. “Himno de Combate”. “Gibraltar”. “Es tan hermoso ser cadete”. “Único Capitán”. “Canción del Cid”. “Cubre tu pecho”. “Con su voz conocida nos reclama”. “Himno al trabajo”. “En marcha las Centurias”. “Marchan las nuevas juventudes”. “Canción del Flecha”. “Adelante, valientes camisas azules”. “Juventud española”. “Juventudes, Juventudes”, fueron algunos de los numerosos himnos, que en su boca, llevaron por todos los caminos de España aquellos nobles muchachos de limpio corazón, que soñaban con la unidad, la grandeza, la justicia y la libertad de la Patria.
Como rezaba aquella estrofa del himno de campamentos: “Campamentos juveniles con la enseña redentora de la Cruz al viento nuestras banderas son de la Patria la luz”… El inolvidable y magnífico escritor y falangista, Enrique de Aguinaga, dejó escrito sobre los cánticos del Frente de Juventudes: “Todos contribuíamos a que una sola y fuerte voz estremeciese los campos con el nombre de España y aquello otro que, metido en el corazón y en la cabeza, se hacía fácil estrofa. En la alegría de nuestras canciones hemos aprendido de memoria el orgullo de la Patria”. Y así como en los mejores jalones de la historia de España, siempre presentes la Cruz redentora y la Bandera inmortal. No me cabe duda que pasado este tiempo de controversia, maldad y mentira, el ejemplo de las organizaciones juveniles será recordado como una de las instituciones más valiosas de la España del siglo XX.
P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-, llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.
ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA