Emblema de la expedición española a Vietnám
En la entrada del mes anterior vimos como se fraguó, a nivel político, la intervención española en la guerra de Vietnam a instancias de Estados Unidos, y como finalmente se encontró una solución de compromiso consistente en el envío de una misión sanitaria a la zona…
El reclutamiento se llevó a cabo en el mayor de los secretismos, y más de 50 médicos y sanitarios militares se desplegaron en el conflicto entre 1966 y 1971 distribuidos en varios reemplazos. Todos fueron reclutados aquí y allá con el máximo sigilo y diligencia, hasta el punto de que varios militares que estaban destinados en el Sáhara unas horas después se encontraban caminando por la selva.
El destino de los médicos españoles fue la localidad de Gò-Công, en pleno delta del Mekong, a 45 kilómetros al sur de Saigón y a siete kilómetros del mar de la China.
El uniforme que llevaban era norteamericano pero con las insignias españolas, y en el patio del hospital ondeaba la bandera española.
La zona era extraordinariamente peligrosa, estaba cerca de la ruta Ho-Chi-Minh, por donde cruzaban los vietcongs, y el delta del Mekong era uno de los lugares donde se combatía más ferozmente. Durante la noche, el Vietcong minaba la carretera y por la mañana los americanos la limpiaban. Cuando los españoles viajaban a visitar enfermos, lo hacían en jeep y a toda velocidad, “por si disparaban desde entre los arrozales”.
Militares españoles en Gò-Công
Pero el pequeño, deteriorado e insuficiente hospital de Gò-Công se convirtió en una de las pocas esperanzas en la zona contra el paludismo, el tétanos, la metralla y el napalm. Se contaba con 150 camas y la media de ingresados era de 400. Lo más frecuente era que varios pacientes compartieran cama y que debajo se acomodaran los acompañantes. Los medicamentos y el plasma eran muy escasos.
La residencia de los españoles sufría constantes ataques por su proximidad al cuartel general del Estado Mayor Sudvietnamita. Eran bombardeados y ametrallados, llegando al culmen en febrero de 1968, en el que el Vietcong celebró el Tet, el año nuevo vietnamita, atacando la zona donde estaban los españoles con fuego de mortero, ametralladoras y fusiles para liberar de la cárcel próxima a 200 presos. Al día siguiente, seis granadas más mataron a ocho miembros del personal vietnamita de la casa e hirieron a dos militares españoles.
Pero el tradicional comportamiento humanitario de los militares españoles fue ampliamente reconocido en última instancia por los propios norvietnamitas. Como curiosidad, en el informe sobre el incidente del Tet, consta que tras estos hechos, soldados del Vietcong detuvieron los vehículos en los que se viajaban por la región los médicos de la misión española y les pidieron perdón por los daños, porque la guerra no iba contra ellos. Había razones para la disculpa: el 70 por ciento de la población atendida en la misión española eran vietcongs, por lo que se habían ganado el respeto y la consideración de todos los bandos.
Militares españoles siendo condecorados en Vietnam
El heroico equipo español atendió en los seis primeros meses a más de 23.000 personas. Fueron ampliamente reconocidos tanto por los estadounidenses como por los vietnamitas de ambos bandos, siendo condecorados tres veces, entre otras con la Medalla de Honor de 1ª clase y Medalla al Mérito en el Servicio del Ejercito USA, y los vietnamitas rindieron homenaje poniendo a un puente sobre el río Mekong el nombre de Cau Tay Ban Nha, el “Puente de España”.
Finalmente la misión fue retirada en 1971, y al llegar a España nadie les recibió. Ninguno de los protagonistas de esta aventura fue reconocido en España, y su historia fue silenciada durante años. Defensa no encontró nunca «méritos suficientes» en su hoja de servicios. Es el destino de los héroes españoles…