1940. El Caudillo Francisco Franco visita en La Coruña los pueblos marineros de Finisterre y Mugía

A la tarde del martes 27 de agosto de 1940, el Jefe del Estado Generalísimo Franco, que pasaba sus periodo estival en las Torres de Meiras,  acompañado de su esposa, del ministro de Justicia Esteban Bilbao, del general José Moscardó y del gobernador civil de La Coruña Emilio de Aspe Vaamonde, realizaba un visita al faro de  Finisterre, pasando por los pueblos de Laracha, Carballo, Bayo, Vimianzo  y Corcublón.

Al llegar a Finisterre  el vecindario tributó al Caudillo una espontaneo recibimiento. El Generalísimo y sus acompañantes se dirigieron al faro, que visitaron, acompañados del señor  Fernández Alonso, torrero mayor, quien explicó al Caudillo las características del faro enclavado un lugar único. El señor Fernández Alonso también mostró al Jefe del Estado la radio de señales, que servía para orientar al numeroso tráfico marítimo que diariamente pasaba por la zona. Franco felicitó al torrero por las magníficas condiciones en que se hallaba el faro del fin del mundo.  Tras despedirse de él, el Caudillo continuó viaje hacia el cercano pueblo de Mugía, deteniéndose unos instantes en Corcubión, donde fue cumplimentado por el alcalde y los vecinos que portando banderas Nacionales le aclamaron  con  gritos de ¡Franco! ¡Franco!

Al llegar a Mugía los vecinos le hicieron objeto de un cariñoso recibimiento. Franco y su esposa se dirigieron al Santuario de la Virgen de la Barca, donde, ante la imagen de la Milagrosa Virgen, una pequeña talla de estilo gótico,  policromada, oraron unos instantes. El jefe del Estado alabó la belleza del retablo del Santuario, una magnífica obra barroca que databa de 1719, salida de la inspiración del  escultor santiagués Miguel de Romay. El retablo se dividía en tres espacios verticales o calles y tres espacios horizontales  o cuerpos. Las calles se encontraban divididas mediante pilastras decoradas. En el cuerpo inferior estaban talladas cuatro cabezas de leones y los relieves de los patriarcas Santo Domingo, San Benito, San Agustín, San Pedro Nolasco, San Bernardo, San Francisco, San Ignacio y San Cayetano. En el cuerpo central, las calles laterales estaban dedicadas a los apóstoles y la central a la Virgen de la Barca. Donde estaba situado el camarín que contenía la talla gótica de la Virgen datada en el siglo XIV. En el cuerpo superior, las calles laterales  representaban a  otros apóstoles y la central a la coronación de la Virgen.  

Seguidamente, acompañado del párroco, el Caudillo se trasladó hasta la piedra de “abalar”, una piedra unos 30 m de perímetro, de un espesor entre 15 y 30 cm, una longitud de 8,70 m y una anchura de casi 7 m, que se hallaba situada muy cerca del Santuario, en la punta de la Barca, y  que según la leyenda cristiana simboliza la vela de la embarcación en la que apareció la Virgen en aquella zona para infundir ánimos al Apóstol Santiago en su complicada tarea de evangelizar a España, y a la que se le  atribuyen además de propiedades adivinatorias como la de probar la culpa o inocencia de las personas, también  propiedades  curativas para las dolencias de la espalda, reuma, teniendo los romeros que pasar nueve veces por debajo de ella. Tras la visita, el Generalísimo hizo entrega al párroco de dicha iglesia de un donativo para las atenciones del culto de la parroquia.


  1. Generalísimo Francisco Franco y su esposa Carmen Polo.

A la tarde del día siguiente, acompañado de nuevo por el general Moscardó y el jefe provincial del Movimiento de  La Coruña señor Villalonga, visitó el albergue Universitario que el SEU tenía instalado en Bergondo, donde sería cumplimentado por el gobernador Civil de La Coruña, Emilio de Aspe; jefe y secretario del SEU de la Coruña; alcaldes de Bergondo y Betanzos y el jefe del albergue Luis Bescansa.   

Tras pasar revista a los universitarios que conformaban aquel turno veraniego, giró una detenida vista al albergue y presencio diversas pruebas de atletismo de lanzamiento de jabalina, disco, peso,  así como saltos de altura, longitud y triple salto, que realizaron varios de los jóvenes del SEU.

Escuadristas de las organizaciones Juveniles.

Al finalizar la visita Franco felicito a los mandos del albergue al comprobar el espíritu y preparación de los miembros de SEU allí congregados.

Terminada la visita Franco y sus acompañantes se  dirigieron a la finca,  que quien fuera alcalde de la Coruña y afamado pintor Fernando Álvarez de Sotomayor, había cedido a las Falanges Juveniles de Franco, situada en Montrove, municipio de Oleiros  muy cerca de la Coruña, que comenzaría a  funcionar en breve como escuela de mandos.  La llegada del Caudillo sorprendió a los jóvenes escuadristas en pleno montaje del campamento. Franco fue cumplimentado y saludado por el delegado provincial de la Organización Juvenil  Arias, el director de la escuela de mandos Fuentes y el páter Fulgencio

El Caudillo visitó con detalle el campamento  y tras ser informado de todas las actividades que realizaba la organización en la provincia, al final de su visita brindó su apoyo en favor de la Organización Juvenil de La Coruña, comprometiéndose a dotar a la organización de unas instalaciones acordes y necesarias a su importancia, dentro de la organización del Estado. Precisamente el seis de diciembre de ese año de 1940 el gobierno de España publicaba una ley instituyendo el Frente de Juventudes para la formación y encuadramiento de las fuerzas juveniles de España. El Frente de Juventudes se organizaba de esa forma como una sección de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S.   

Post Data; 

El  Santuario de la Virgen de la Barca, situado a escasos metros del atlántico, constituye el final del Camino Jacobeo de Santiago de Compostela a Mugía–Finisterre. La romería de la Barca, de Interés Turístico Nacional, se celebra en septiembre y recibe cada año a  miles de romeros. En 1978, la piedra de abalar, debido a un enorme temporal que afectó de lleno a la costa de la muerte, donde se halla situada la villa de  Mugía, fue desplazada de su lugar primitivo,  rompiéndole un trozo, teniendo que ser reparada en varias ocasiones.

El dio de Navidad del año de 2013, una explosiva ciclogénesis llamada Dirk se concentró en la punta del noroeste de España, afectado sobremanera a Galicia y en especial a la provincia de La Coruña. Un espectacular rayo provocó un incendio que arrasó el techo y el interior del Santuario de la Virgen de la Barca, con enormes  pérdidas materiales, Se quemaron el retablo principal del Santuario, numerosos exvotos marineros,  así como el camarín donde se hallaba situada la imagen de la milagrosa Virgen, que presidia el altar mayor. Afortunadamente la imagen de la Virgen no era la talla original de estilo gótico, que  solo preside la romería del mes de septiembre. Sin embargo aquella imagen replicada tenía un gran predicamento y  significado para los devotos y la gente de la zona, porque se encontraba expuesta de forma permanente.

Durante meses el Santuario, destruido,  soportó varios temporales con una incesante  lluvia. En junio de 2014 comenzaron los trabajos de restauración realizados por  el arzobispado de Santiago de Compostela.

En el año 2015, una nueva imagen de la Virgen de la Barca, obra del escultor compostelano Manuel López, preside desde entonces el altar mayor del renovado Santuario, que con una gran polémica fue dotado en 2017 de un vinilo a tamaño natural sobre una fotografía de Jesús Búa, que recrea el antiguo retablo que se perdió en el pavoroso incendio. Un retablo donado por los Condes de Maceda, obra como apuntamos del  escultor santiagués Miguel de Romay, que tendría un precio de 12000 reales de vellón. Finalizado en 1719, la pintura y el dorado del retablo serían obra del pintor compostelano Domingo Antonio de Uzal, que cobraría a los condes de Maceda la cantidad de 13.500 reales de vellón. El retablo sustituyó  al anterior donado por el arzobispo de Santiago Antonio  Monroy y que en la actualidad se conserva en la iglesia de Santa María de Mugía.


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