1946.El Generalísimo Franco clausura en el estadio de Riazor de La Coruña Los Juegos Nacionales del Frente de Juventudes

  1. Cartel de los Juegos Nacionales del Frente de Juventudes. 15-31 de agosto. La Coruña.

En la tarde del domingo 1 de septiembre de 1946, el estadio de Riazor se vistió de gala para la clausura de los juegos Nacionales del Frente de Juventudes,  que tuvieron como marco la ciudad herculina y que se disputaron del 15 al 31 de agosto en las modalidades de Baloncesto, Boxeo, Gimnasia y Atletismo, reuniendo a más de mil deportistas llegados de todos los rincones de nuestra Patria. Serían precisamente las pruebas atléticas las que cerrarían esos juegos, que contarían con la presencia en el palco presidencial del Jefe del Estado Generalísimo Franco.

Para la ocasión el moderno Estadio de Riazor lució una espléndida decoración, exornado  con reposteros y guirnaldas que colgaban del palco presidencial. La torre de Maratón, cubierta por completo  de banderas, gallardetes y emblemas del  Frente de Juventudes. A uno y otro lado de la torre, había reposteros con el  escudo de España, que se extendían por otros sectores del graderío, así como grandes Banderas Nacionales, de la Falange Española y de las J.O.N.S y de la Comunión Tradicionalista.

Un inmenso gentío, que sobrepasaba las treinta mil personas,  ocupaba las localidades del Estadio, que en el instante del inicio de  las pruebas ofrecía un aspecto impresionante.

En espera de la llegada del Caudillo, y por medio de megafonía, se transmitían  Marchas del Frente de Juventudes, Al pie de  la torre de Maratón, se situó la unidad de música del Regimiento de Infantería Isabel la Católica, número 29.

Al hacer su aparición en el Estadio el Jefe del Estado, el público puesto en pie le tributó una grandiosa ovación  con gritos  de ¡Franco! ¡Franco!, algo que se había repetido por todas las calles de La Coruña, por donde pasó la comitiva oficial de camino al estadio de Riazor. Una gran cantidad de público saludó de forma entusiastica el paso del Caudillo de España

  1. El Generalísimo Franco y su esposa presiden en el estadio de Riazor de la Coruña la clausura de los Juegos Nacionales del Frente de Juventudes.

El Delegado Nacional del Frente de Juventudes, José Antonio Elola Olaso  y el secretario Nacional, Alfonso Pérez-Viñeta y Lucio, acompañados por los ministros de Justicia, señor Fernández Cuesta; de Hacienda señor Benjumea; de Educación Nacional señor Ibáñez Martín; alcalde de la ciudad, Eduardo Ozores Arrainz;  Capitán General de Galicia, Teniente General Salvador Múgica Buhigas; Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento de la Coruña, Antonio Martín Ballestero  y otras autoridades civiles y militares, cumplimentaron, antes de su acceso al palco presidencial, al Caudillo, quien llegó acompañado por su esposa Carmen Polo, el jefe de la Casa Militar, Teniente general Martín Alonso;  jefe accidental de la Casa Civil, comandante Fuertes de Villavicencio, general Franco Salgado-Araujo  y miembros de la escolta del Jefe del Estado.

El Caudillo, tras escuchar el Himno Nacional, interpretado por la Unidad de Música del Regimiento de infantería Isabel La Católica, tuvo que saludar de forma repetida a las incesantes muestras de cariño  del público, que no cesaba de vitorearle. Un cadete del Frente de Juventudes, entregó a  Doña Carmen Polo  un ramo de flores, en nombre de la Delegación Nacional del Frente de Juventudes.

De seguido dieron comienzo las pruebas finales de los Campeonatos Nacionales de Atletismo del Frente de Juventudes, que se desarrollaron por el siguiente orden: 110 metros vallas: 100 metros lisos semifinal; 400 metros lisos semifinal: lanzamientos de jabalina; 200 metros lisos semifinal; 3.000 metros obstáculos; 100 metros, final; 400 metros final; pértiga; 200 metros, final; 1.500 metros, final; cuatro por cien relevos y cuatro por cuatrocientos relevos.

En un intervalo entre dos pruebas, el campeón  europeo universitario, Moncho Rodríguez, hizo una exhibición en honor del Jefe del Estado, haciendo el recorrido de los 400 metros en lucha con cuatro equipos de relevos. Al terminar cada prueba, los participantes pasaron ante el Caudillo, saludándole.

Una vez finalizadas las pruebas, la rondalla y coros del Frente de Juventudes de El Ferrol del Caudillo, interpretó, delante del palco presidencial, varias canciones que fueron acogidas por el público con grandes aplausos.  A continuación, se efectuó un desfile en el que participaron los atletas formados por provincias, con sus instructores al frente. El paso de los atletas, que desfilaron cantado marchas del Frente de Juventudes, fue correspondido por el público con constantes ovaciones.

Una vez terminado el desfile deportivo, los atletas  quedaron formados en el centro del Estadio. Los conjuntos de gimnasia educativa hicieron varios ejercicios muy vistosos y de perfecta ejecución, que fueron muy aplaudidos.

Juegos Nacionales del Frente Juventudes. Estadio de Riazor 1946. Foto Cancelo. Imagen recogida de Internet.

Seguidamente irrumpieron en el terreno de juego numerosos jóvenes del Frente de Juventudes de La Coruña  que en perfecta formación compusieron,  sobre el verde césped de Riazor, el nombre de Franco. Tras ello, los capitanes de las diversas selecciones provinciales subieron al palco de honor, donde recibieron de manos del Caudillo de España, los trofeos y medallas que los acreditaban como vencedores de las distintas modalidades en liza en esos juegos Nacionales del Frente de Juventudes.

A continuación, todos los jóvenes del Frente de Juventudes rompieron las formaciones y se agolparon en torno al palco presidencial del Estadio donde se hallaba  el Caudillo, aclamándole con  entusiasmo y cantando, en medio de grandes ovaciones y vítores, él himno de las Falanges Juveniles  de Franco “Marchan las Nuevas Juventudes”.

El Caudillo, puesto en pie y visiblemente emocionado, correspondió con repetidos saludos  a las pruebas de cariño y adhesión de que era objeto.

Los campeonatos, cuya organización fue perfecta, arrojaron los siguientes resultados: En baloncesto, cuyos encuentros se disputaron en la pista del frontón, todavía en obras, del estadio de Riazor, el triunfo fue para la selección del Frente de Juventudes de  Segovia, seguido por Huesca.

Las finales de boxeo, que reunieron a una ingente cantidad de espectadores, tuvieron como marco la plaza de María Pita, Allí se proclamaron campeones nacionales en peso Mosca, Domínguez de Santander; en peso Gallo, Cué de Santander; en pluma, Soriano de Castellón; en Ligero, Mora de Baleares; en superligero, Rianzo de Guipúzcoa y en medio, Marín de Burgos.

En Gimnasia se hizo con el título el equipo del Frente de Juventudes de Madrid, tras superar a Tarragona, en una diputada final, celebrada ante numerosos espectadores,  en la plaza de María Pita.

El Caudillo entrega la Copa de los Campeonatos Nacionales celebrados en el estadio de Riazor en agosto de 1946, al capitán del Frente de Juventudes de Barcelona

Finalmente en atletismo el título correspondió al Frente de Juventudes de  Barcelona, alzándose con el segundo puesto el Frente de Juventudes de la Coruña.

La actuación de la selección de atletismo del Frente de Juventudes de La Coruña fue extraordinaria. Eduardo Toba, un excelente atleta,  que llegaría a ser seleccionador Nacional futbol y entrenador de diversos equipos,  se colgó la medalla de oro en triple salto, después de batir, con un  salto de 13,81 metros, hasta en tres ocasiones, el record nacional de triple salto del Frente de Juventudes. Toba completaría su excelente actuación ganando la final de salto de longitud con una marca de 6,35 metros; la de 110 metros vallas, donde paró el crono en 16,3 segundos y como relevista del  4X100 metros lisos, formado parte del equipo coruñés, junto a  Otero, Lorenzo y Moncho Martínez, con un registro de 45.1 segundos. Otero vencería en la prueba de 100 metros lisos con un tiempo de 11 segundos, 10 décimas. Por su parte Jorge Doncel, alcanzaría el triunfo en 400 metros lisos con una marca de 53 segundos y dos décimas. El propio Doncel, junto a Atienza, Lorenzo y Rodríguez, se proclamarían campeones en los relevos 4X400 con un crono de 3 minutos y  41 segundos.

A las 8’30, el Jefe del Estado, tras escuchar el Himno Nacional, abandonó el Estadio de Riazor con el público, puesto en pie y los jóvenes del Frente de Juventudes le tributaron su adhesión, con   gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! y de “Franco, sí; comunismo, no”. AI salir el Jefe del Estado del Estadio, el público, congregado en la calle de Manuel Murguia, acogió su presencia con grandes vítores y aplausos  

 

El Caudillo acompañado de su esposa, subió  al coche oficial para trasladarse al Palacio Municipal. En la Plaza María Pita, ante las Casas consistoriales, se había congregado un enorme gentío.

 

Al llegar a la Plaza de María Pita, su presencia fue recibida con ovaciones y gritos de ¡Franco! ‘Franco! ¡Franco!»; disparándose numerosas bombas de palenque. El Caudillo y su esposa acompañados por el alcalde de la ciudad, Eduardo Ozores, subió al primer piso del Palacio municipal, al despacho del alcalde. Allí saludó a la corporación municipal y a las primeras autoridades, recibiendo, a varias comisiones de los Sindicatos, que le expusieron diversos temas y necesidades. El Caudillo tuvo unas palabras para ellos y prometió estudiar sus demandas

Entre tanto los miles de coruñeses, que llenaban por completo la plaza de María Pita, siguieron con sus aclamaciones al Caudillo de España. Ante ello el Generalísimo salió al balcón principal del palacio Municipal para recibir la fervorosa adhesión del pueblo de La Coruña 

El ayuntamiento ofreció una merienda al jefe del Estado, a su esposa, a los ministros presentes y autoridades de La Coruña, que permanecieron en el palacio municipal hasta la diez de la noche. A esa hora el jefe de Estado abandonó el ayuntamiento con destino al pazo de Meiras. El público que aguardó durante varias horas  la salida del Caudillo, despidió a este con grandes aplausos y gritos ¡Franco! ‘Franco!  En el momento en que el Generalísimo y su esposa se subían al coche oficial, este fue rodeado por la multitud que rompió los cordones de seguridad de  la fuerza pública y acompañó, junto a la escolta motizada, largo rato el vehículo por las calles céntricas de La Coruña.


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