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No podría se de otra forma. Al igual que millones de españoles, de cientos de organizaciones y asociaciones de todo tipo, la Fundación Nacional Francisco Franco se siente consternada, preocupada y presta a aportar su grano de arena – en este caso, a arrastrarlo hacia el mar – para ayudar a paliar los desastrosos efectos que, la reciente DANA ha causado en el Levante español, particularmente en la provincia de Valencia.
La tragedia que viven muchas familias afectadas por la riada que se ha llevado tantos hogares, negocios y propiedades por delante, nos ha hecho recordar el padecimiento que sufrieron en la misma zona tantísimas familias con ocasión del desbordamiento que sufrió el Turia en el año 1957. Francisco Franco y su gobierno se emplearon muy a fondo no solo en ayudar a los damnificados sino a poner en marcha planes de gran amplitud, desviando el cauce del Turia, levantando presas en lugares estratégicos de la cuenca del Júcar y del Segura que permitieran regular flujos extraordinarios de agua, que sin duda han contribuido a que los efectos de la riada actual no hayan llegado a la ciudad de Valencia, lo que hubiera sido catastrófico. Lástima que no se hayan actualizado tales planes adecuándolos al desarrollo demográfico e industrial de nuestros días. Hemos visto en los medios de comunicación y testimonios directos, cómo muchos españoles, particularmente de las zonas afectadas, volvían sus ojos con añoranza a aquellos días.
No podríamos ser menos. Muchos de nuestros benefactores y afiliados, a título personal, como unos voluntarios más se han acercado desde muchos rincones de España a las zonas afectadas, siguiendo la llamada de su espíritu solidario. Pero hemos querido ir más allá. Como tal fundación hemos de estar con el resto de los españoles. Para eso la fundación dispone de unas delegaciones provinciales a lo largo de nuestra geografía. Hacia la de Valencia vamos a encaminar nuestros esfuerzos para que ellos, que ya están colaborando sobre el terreno puedan aplicar nuestra ayuda de la forma más directa, apoyando a los damnificados o ayudando a los que ayudan y colaboran en esta magna tarea.
Sin apartarnos un ápice del propósito y finalidades de la fundación, hemos encontrado la fórmula para hacerlo. Hace ya unos meses, en el verano, cuando se destapó la campaña del gobierno para abrir la puerta a la “extinción” de la fundación, conscientes de los que se nos venía encima, acudimos a nuestros benefactores y afiliados en demanda de ayuda para estar bien pertrechados y hacer frente a lo que nos pueda venir. La respuesta ha sido más que generosa ¿qué mejor forma de dar uso a esa ayuda que invirtiendo una consistente parte de ella a las ayudas que se están prestando para contener los efectos de la riada. Somos conscientes de que en Valencia necesitan ese aporte económico mucho más que la fundación y para todos nosotros, es un imperativo moral. en la fundación hay un absoluto acuerdo la forma de ayudar y en el procedimiento para hacerlo. Para eso tenemos nuestra gente allí, trabajando codo con codo con otras muchas organizaciones y voluntarios. Es la forma más directa y eficaz de llegar. A tantos españoles que lo están pasando mal.
Además de estar con los damnificados a título personal, como institución, es la forma de hacerles ver que
LA FUNDACION NACIONAL FRANCISCO CON LOS DAMNIFICADOS