Cinco obras de arte destruidas por la izquierda en la República y la Guerra Civil

Venida de la Virgen del Pilar, de Goya

La iglesia de la Asunción de Fuendetodos (Zaragoza) acogía hasta septiembre de 1936 la primera obra por encargo de Goya. Se trataba de un gran mural de más de 4 metros de altura de óleo sobre madera y temple sobre muro para el armario y altar de reliquias de la iglesia. La obra del joven Goya representaba la Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza y la aparición al apóstol. Al abrir el armario, quedaba al descubierto el resto de la obra: San Bartolomé, la Virgen del Carmen y San Francisco de Paula. El mural se destruyó poco después de comenzar la contienda, cuando milicianos anarquistas asaltaron el templo, lo saquearon e incendiaron. Además de las pinturas de Goya se destruyeron varios altares, imágenes y el archivo parroquial, con información importante para construir la biografía de Goya. La iglesia fue reconstruida por completo tras la guerra, y en 2022 la Diputación Provincial de Zaragoza impulsó la elaboración de una réplica del mural de Goya a partir de fotografías existentes del original.

Fundación Goya en Aragón

Cristo de la Buena Muerte, de Pedro de Mena

Obra maestra de la escultura barroca española, máxima expresión de la genialidad de Pedro de Mena y todo un símbolo para la Legión, la imagen del Cristo de la Buena Muerte y las Ánimas sufrió el odio anticristiano y sectario de las izquierdas en 1931, durante la ola de quema de iglesias y conventos con la que la República irrumpió en España. La que se venera hoy y sale en procesión en la Semana Santa de Málaga es una excelente reproducción, que no una réplica, pues entre la original y la actual hay grandes diferencias.

Cofradía de Mena

Frescos de Sijena

El expolio de los frescos del Monasterio de Sijena (Huesca) y el incendio del edificio es uno de los episodios de destrucción de patrimonio más lamentables de la Guerra Civil. En agosto de 1936 milicianos anarquistas procedentes de Cataluña asaltó el monasterio, lo saquearon, lo profanaron y lo incendiaron tras robar las obras de arte que consideraron más valiosas. A pico y martillo arrancaron los maravillosos frescos medievales que cubrían los arcos apuntados de su sala capitular. Hoy se retienen en el museo Nacional de Arte de Cataluña, mientras los aragoneses luchan por recuperar su arte expoliado.

Retrato del Cardenal de Tavera, El Greco

El retrato del Cardenal de Tavera pintado por el Greco es uno de los Tesoros del Hospital de Tavera de Toledo. El Hospital fue saqueado por los milicianos, que destruyeron innumerables obras de arte. Una de ellas fue este raro retrato del Greco, que acuchillaron y despedazaron. Por suerte, los trozos pudieron recuperarse para la restauración del cuadro. Aunque el proceso fue arduo, el resultado es bastante satisfactorio, si bien se perdieron varios fragmentos.

Alcázar de Toledo

El asedio y destrucción del Alcázar de Toledo entre julio y septiembre de 1936 es un hito de la Guerra Civil. En el asedio que los milicianos y guardias de asalto republicanos sometieron a la guarnición del Alcázar, donde se encontraba la Academia de Infantería, comandados por el coronel Moscardó, a un continuo martilleo. En su intento de tomar la plaza, los milicianos trataron de rendir el Alcázar con un bombardeo y cañoneo incesante y hasta lo dinamitaron con minas. Como resultado, el edificio, cuyo aspecto se debía al arquitecto Ventura Rodríguez, quedó prácticamente arrasado, al igual que los barrios históricos de alrededor, como la plaza del Zocodover.