El golpe militar y civil contra Negrín y los comunistas

La guerra de España acabó como había empezado: con un alzamiento de parte del Ejército, apoyado por civiles, contra un Gobierno revolucionario.

Después de la liberación de Cataluña y del reconocimiento por Inglaterra y Francia del Gobierno de Burgos como el legítimo de España, Juan Negrín y los comunistas (La Pasionaria, Santiago Carrillo, Líster, Jesús Hernández, el Campesino…) seguían empeñados en resistir hasta que estallase una guerra europea. La guerra estalló, sí, en septiembre de 1939, pero entonces la URSS de Stalin era aliada de la Alemania de Hitler.

Ante un proyecto que supondría aplazar lo inevitable y matar a más españoles, un grupo de militares, dirigidos por el general Miaja y el coronel Casado, y muchos civiles, como los socialistas Julián Besteiro y Wenceslao Carrillo, más los anarquistas, como Cipriano Mera, se sublevaron la noche del 4 al 5 de marzo de 1939 e instauraron en Madrid un Consejo Nacional de Defensa.

Mientras el buró del PCE huía en avión desde el aeropuerto de Monóvar, los comunistas combatieron al Consejo Nacional de Defensa. Las muertes de esos días ascendieron a 2.000 personas.

Reproducimos unas páginas escritas por Ángel Palomino en las que describe el significado de ese golpe anticomunista.

“SIN SANJURJO, SIN MOLA Y SIN QUEIPO, OTRO GOLPE MILITAR 

Los militares que permanecieron «leales» a la República de Manuel Azaña y Casares Quiroga se hacen «facciosos»: han llegado, con casi tres años de retraso, a la misma conclusión que los alzados el 18 de julio de 1936: los comunistas se está adueñando de España. 

Se dejaron poner la estrella roja soviética en sus uniformes, se dejaron imponer un grotesco saludo de puño cerrado, se dejaron mandar por comisarios políticos y cuando el presidente Azaña huye a Francia, cuando el general Vicente Rojo, también fugitivo en Francia, se niega a regresar a España, cuando el presidente del Gobierno Juan Negrín decide fortalecer su situación rodeándose de comunistas a los que asciende, atropelladamente, a coroneles y generales profesionales, los altos mandos militares haceb un 18 de julio: Miaja, que obedecía órdenes de Malinovski, Manolito, Zhukov y Voronov, de pronto se da cuenta de que la URSS tenía algo que ver con lo que ocurría en España. Casi tres años tardaron en enterarse de que la patria estaba en peligro. El alzamiento de 1939 confirma la legitimidad —y hasta la obligación— del primer Alzamiento: del Movimiento nacional. 

El 17 de marzo de 1939, mientras inician negociaciones de paz con el cuartel general del Generalísimo, los altos mandos Miaja y Casado advierten avergonzados que llevan en el uniforme la estrella rusa. 

DECRETO

 

De acuerdo con el Consejo Nacional de Defensa, y a propuesta del consejero de Defensa, vengo en decretar lo siguiente:

Queda suprimida la estrella roja de cinco puntas en el uniforme y la prenda de cabeza de todo el personal militar y de los comisariados de los ejércitos de tierra, mar y aire, por considerar innecesario su uso toda vez que no tiene significación jerárquica.

Dado en Madrid a 17 de marzo de 1939.

José Miaja Menant

El Consejero de Defensa

Segismundo Casado López

 

Al final, no hubo necesidad de asaltar Madrid. El frente era una romería. Los soldados de Miaja salían a campo abierto, con banderas blancas y sin ellas: con los brazos abiertos y palabras de paz: «¡Somos hermanos! ¡Viva España!».”

PALOMINO, Ángel: Francisco Franco. Cara y cruz, Ediciones B, Barcelona, 2003, págs. 99-100.

 


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