El caudillo y la historieta

 
Honorio Feito
 
Leo que un juez ha ordenado retirar el título de “alcalde honorífico” , otorgado en Valencia hace unos cuantos años, al Generalísimo Francisco Franco. Una de las consecuencias de esta “democracia” (permitirá el lector que entrecomille), es haber puesto en el mismo rasero a todos y cada uno de los estamentos profesionales de España. O sea, que los jueces gozan del mismo prestigio, para la sociedad, que los delincuentes. No pretendo meter en el mismo saco a todos por la conducta de algunos, porque ya sabemos que el viejo refrán castellano dice que la excepción confirma la regla. Y por otra parte, pues como en España no hay problemas y si los hay son los que han creado los socialistas, pues en Valencia, en concreto, que es solar y feudo del Partido Popular están para eso, para revisar la Historia y borrar lo que no les gusta. También, aquí y en esto, la regla queda confirmada con la excepción. 
 
El diario El País, que tampoco tiene problemas, se ocupa cada día del Generalísimo con más ahínco que lo hubiera hecho la Prensa del Movimiento, pero utilizan la figura del Caudillo como moneda de cambio para ocultar su deuda, que pende como una espada sobre la vida laboral de muchos de sus trabajadores.
 
Desde que comenzó aquello que llamaron La Transición, el Caudillo ha prestado más servicios a la España democrática que todos los políticos juntos. Le han utilizado para encarnar los males de la nación, aún cuando la hizo resurgir de entre las cenizas, como el Ave Fénix. Le han quitado títulos, le han acusado de crímenes, le han elegido centro de la ira de una izquierda rencorosa y fraudulenta que mueve sus bazas mediáticas ante una derecha tonta, incapaz y acomplejada. ¡Qué hubiera sido de España sin Franco! ¡Qué hubiera sido de esta “democracia” sin Franco!
 
Le han acusado de dictador y hemos visto a bastantes meapilas presumir de haber luchado contra aquella dictadura… y, a la vista de estos luchadores, más de una vez me he preguntado qué clase de dictadura sería aquella en la que estos incapaces presumen de haber luchado y qué clase de lucha han ejercido cuando, ante tan malévola dictadura, han resistido ellos y han llegado hasta nosotros, cuando se supone que el territorio entero alberga grandes fosas comunes con los restos de miles y muchos miles de luchadores como ellos…
 
En fin, que Franco dejará de ser alcalde honorífico de Valencia, porque así lo ha decretado un juez, como ha dejado de ser alcalde honorífico de otras muchas ciudades y pueblos por lo que debemos entender, a partir de ahora, que Valencia resolverá puntualmente todos sus problemas (económicos y políticos) porque el causante ya no figura en la relación de alcaldes y corregidores de la Ciudad del Turia, como ha pasado, no me digan que no, con todas aquellas ciudades y pueblos que han borrado a Franco de su lista de alcaldes honoríficos cambiando sustancialmente su prosperidad desde ese histórico momento.
 
Tal vez el señor Rajoy deba considerar la manera de que otro juez decrete retirar el título de Jefe de Estado al Caudillo (antes de que El País encuentre sustituto para el señor Rajoy), para ver si con esto conseguimos que la prima de riesgo no de problemas y los inversores extranjeros confíen en nosotros. Tal vez así España resuelva los problemas actuales y siga dando de comer a tanto parásito.

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