Grimau

 
 
 “von Thies” 
 
 
   Otro símbolo con pies de barro, pero de barro amasado con la sangre de sus víctimas, literaria frase que hemos elegido para no decirlo de forma más contundente.
 
   Hay otro personaje de similares características, García Atadell, con su mismo pasado criminal en zona roja y con similar trágico final, al ser ejecutados ambos, previo los correspondientes procesos y juicios. La diferencia está en que Grimau ha sido elevado por los suyos a los altares de la gloria “antifranquista”, mientras que a García Atadell no lo defiende nadie, ni unos ni otros. ¿Y por qué a García Atadell no lo defienden los suyos? Pues porque esta figura de la represión roja huyó de su zona con el producto de lo robado, y no por haberlo robado, sino por no entregar el producto del robo a las “autoridades competente”, las únicas que “legalmente” se podían beneficiar de este gigantesco saqueo de los patrimonios privados o públicos. En lo demás, tal para cual.
 
   Hay un tercer personaje, Cristino García, pero en su caso hay otras connotaciones que lo diferencian de la pareja anterior, ya que, de ser un eficiente criminal en la retaguardia toja, pasó a ser una especie de héroe de la “Resistencia” francesa. Tiene en común con Grimau el de haber sido ambos en España agente del PCE de Carrillo, y sospechosamente denunciados por este miserable por ser elementos que ya “sobraban”. Otro “sobrante de tienta” sería Comorera… Y es que la lista de nombres en este aquelarre rojo es interminable.
 
   Si husmeamos en “Wikipedia” de internet, recibimos una información torpe, falsa y, por supuesto, sesgada. Como no pueden exculpar del todo al criminal Grimau, dejan su historial en un mar de dudas por falta de pruebas… Ni el inconcebible caso de un fiscal que había modificado su currículum para poder actuar como tal, exculpa a Grimau de sus crímenes.
 
   Resulta admirable el hecho de que, pese al derrumbe del sistema comunista de la URSS, de la definitiva salida a la luz de los inmensos crímenes cometidos en todos aquellos países sometidos a la hoz y el martillo, hay una tropilla comunista española que flota sobre esa podrida sopa, insumergibles y honrados hasta por los templagaitas de la derecha. Uno de estos criminales elevados al santoral laico es Julián Grimau.
 
   Madrileño, del gremio de los tipógrafos, con 25 años de edad en 1936, apenas pisó un frente, porque allí sonaban las balas, y se pasó la guerra en los oficiales servicios de la más brutal y estudiada represión, ya que fue “responsable” de la terrible checa barcelonesa de la calle Berenguer el Grande, donde sufrieron prisión tortura y muerte muchos patriotas sin discriminación de sexo, eso que hoy llaman “género”. Entre sus numerosas víctimas femeninas podemos citar a la esposa del Jefe Técnico de Transradio señor Sánchez Catalina, ambos torturados y el marido asesinado; o a las hermanas Ana y Joaquina Sot Delclós, ambas torturadas y la segunda asesinada. A Joaquina, después de ser vapuleada concienzudamente por el propio Grimau, la encerró en una celda con un malhechor, pero éste se comportó correctamente, que era lo que no se esperaba el chequista. Otras víctimas femeninas que pasaron por aquel infierno de la “checa” fueron Mercedes Pla López y Rosa Fortuny Ramos.
 
   Las hazañas de Grimau le resultaban rentables económicamente, no sólo por lo que robaba a sus víctimas, sino por los premios en metálico, como las 500 pesetas concedidas el 15 de agosto de 1937, por la Dirección General de Seguridad como premio por sus capturas.
 
   Terminada la guerra, pone pies en polvorosa, y después de pasar por Argeles, el partido le encarga misiones en Cuba, Méjico y la República Dominicana (¿será por dinero?). A finales de los años 50 tiene una larga e intensa actividad clandestina en España, porque hay que impedir a toda costa que España progrese (los éxitos sociales son catástrofes para la oposición subversiva), hasta que es detenido en noviembre de 1962, y es entonces cuando surge el episodio de su caída desde una ventana de las dependencias oficiales al patio interior.
 
   Resulta absurdo que la policía arroje al patio a alguien del que pueden conseguir información, pero en el campo de la propaganda roja lo normal no es lo lógico, y ese episodio sirvió para calentar la propaganda, especialmente fuera de España, y ahora en “Wikipedia”. El Juzgado de Instrucción nº 8 de Yeserías abrió una investigación en la que el propio Grimau declaró que “se había arrojado voluntariamente por la ventana en un arrebato”. Más tarde, recuperado después de su ingreso en el Hospital Penitenciario, escribiría a su mujer: “desde el punto de vista físico me encuentro mejor y podré defenderme como haga falta”.
 
   Grimau se querelló contra el diario ABC por injurias y calumnias, lo que fue aceptado por el Juzgado Municipal nº 6 de Madrid. En definitiva, pese a las sucesivas amnistías, Grimau iba a ser procesado por delitos continuados. Otros de la misma talla que Grimau se habían beneficiado de estas amnistías criminales, pero después de la guerra habían permanecido en América sin intervenir en actividad clandestina alguna.
 
   Defensor de Grimau fue el capitán Rebollo, quien lo hizo con habilidad, y el propio Grimau le escribiría agradeciéndole sus esfuerzos. Difícil defensa, cuando las declaraciones de algunas de sus víctimas, como Manuela Cuxart, Mercedes Pla, María Pons, Jesusa Batle y Otilia Argente manifestaron, entre otras cosas, que “era Grimau el que llevaba la dirección de los interrogatorios y torturas que se efectuaban en la aludida checa”.
 
   Condenado a muerte el 18 de abril de 1963 fue ejecutado en la prisión de Carabanchel. Ya tenemos un mito comunista que, como los tábanos, son casi indestructibles.  
 
   Tenemos abundante documentación sobre este proceso, que sale al paso el mito de la falta de pruebas, si alguien quiere saber más, que la pida.
 
   Grimau tiene calles en diversos lugares de España, y también de Francia. La habilidad del rojerío para la propaganda ha sido siempre una realidad incuestionable, así como la estupidez de la derecha para aceptarla. Cuando surgió el triste fenómeno de la UMD, alguno de sus elementos más destacados, dieron conferencias en Francia del brazo de los comunistas, hemos visto al teniente Domínguez en una de esas conferencias junto a la viuda de Grimau.
 
   Y hasta en los cómics, inocente actividad que han llegado a dominar los rencorosos, vengativos e insaciables cainitas, aparece este triste personaje. Que Dios les perdone a todos.  
 
   Amén                                                               
 
 
 
ESTRAMBOTE
 
   En España ya nos hemos acostumbrado al mal olor, y cualquier cosa se puede hacer o puede pasar sin que la denominada sociedad se agite, conmueva o proteste. Uno de los olores más fétidos es el de la “Memoria Histórica”, que no ha sido más que la guinda a un podrido pastel que ya habían cocinado entre todos. Porque el cambio de calles y la eliminación y hasta destrucción del Patrimonio, especialmente el militar, viene de lejos. Y en esa política está la del cambio de calles, que es vicio nacional muy practicado, gracias a nuestros continuos enfrentamientos civiles. Pero ahora se ha rizado el rizo a partir de la muerte de Franco, porque se dan calles, no a políticos o a personajes de tal o cual importancia según el criterio del partido que gobierne, sino a un especial saco de personajes y personajillos en el que cabe todo. Hay calles dedicadas a bandoleros como Facerías, Quico Sabaté o a otros personajes del bandidaje “maquis”; también a siniestros bergantes como Durruti, Andreu Nin o Santiago Carrillo. Por supuesto que la tiene Carlos Marx, y con toda posibilidad algún otro prócer marxista. Los nombres de Franco, José Antonio, el general Primo de Rivera, Girón de Velasco, Héroes del Alcázar, Mártires de la Cruzada… han desaparecido del callejero, pero también otros como Menéndez y Pelayo o Hispanidad.
   
   El feroz odio de los vencidos, la cobardía de la derecha y la inconcebible sumisión de un Ejército que ha permitido arrasar con su tradición y su patrimonio, son los responsables de este esperpento. Nos gustaría saber hacia dónde se dirige España con el motor tan averiado. 
 
 
 
 

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