Juan Chicharro Ortega

General de División de Infantería de Marina (R)

El Correo de Madrid

 

Los españoles tenemos grabado en la memoria colectiva el recuerdo de los infames Conde Don Julián y Obispo Don Oppas personajes que, sólo en su interés personal, traicionando a su rey, facilitaron la invasión musulmana de España. Han pasado trece siglos y aún sigue presente la traición. Al igual que sucede con el denominado Rey felón Fernando VII y su no menos impresentable padre Carlos IV si recordamos las palabras con las que estos dos reyes traidores entregaron a Napoleón el trono de España: «Su Majestad el rey Carlos IV ha resuelto ceder, como cede por el presente, todos sus derechos sobre el trono de España y de las Indias a Su Majestad el emperador». Gracias a estos dos últimos miserables, España se lanzó a los montes para recuperar la soberanía nacional en una cruenta guerra contra el francés al igual que como consecuencia de la vesania del Conde Julián tuvimos los españoles que guerrear siete siglos para recuperar la unidad perdida de España.

 

Y por supuesto como cristianos no olvidamos la figura del apóstol Judas Iscariote que por treinta monedas traicionó a Cristo relevando a sus perseguidores donde podían capturarlo.

 

La traición es aquella falta que quebranta la lealtad o fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo. Consiste en renegar, ya sea con una acción o con un dicho, de un compromiso de lealtad. Y se considera delito cuando se atenta gravemente contra la seguridad de la nación.

 

Hoy de nuevo España se encuentra llena de traidores a la Patria común de todos y desde luego a la Constitución. Los vemos con impunidad especialmente en Cataluña encabezados por quien se supone representante principal del Estado: el Sr Torra y sus secuaces. Y culpables de esta continua afrenta a todos los españoles son quienes se lo consienten escondiendo la cabeza bajo el ala temerosos de perder sus posiciones de privilegio a lo que hay que añadir que quien trata con traidores también lo es.

 

Asistimos atónitos a la posición del irresponsable Gobierno de España presidido por un individuo que con tal de mantener sus privilegios en la Moncloa es capaz de aliarse hasta con el mismísimo diablo.

 

Han pasado siglos desde la traición del Conde Don Julián y de la de aquellos nefastos reyes Carlos IV y Fernando VII y hoy como ayer es de nuevo el españolito de a pie quien tiene que salir a la calle para manifestar su enorme contrariedad con quienes nos quieren robar la Patria forjada durante siglos de lucha, sangre y sacrificio. Hay que salir a la calle para exigir elecciones inmediatas y que sea en las urnas donde echemos de la presencia nacional a estos socialistas comunistas que están rompiendo España en aras de sus intereses particulares, que ya ni siquiera de partido. Y ahí tenemos que estar todos los españoles sin distinción de colores porque lo que está en juego es la unidad nacional. Y ahí también estarán seguro muchos socialistas indignados con este personaje maquiavélico llamado Pedro Sánchez que supone un auténtico peligro para la convivencia entre españoles de todo signo y pelaje.

 

La incompetencia de este Gobierno toca fondo en todo en lo que se mete. Resulta patética la Vicepresidente Calvo intentando explicar lo que es un “relator” como resulta irrisoria cuando explica las razones por las que aún no han sido capaces de exhumar los restos del Generalísimo Franco. Razones que llaman más a la risa que a la lástima por su persona, que también por su incompetencia.

 

No son capaces de hacer nada y están sumiendo a la orgullosa nación que fue España en un patio de desastres continuados.

 

En definitiva desde el recuerdo no olvidado de las desgracias que ocasionaron a España los nefastos Don Julián y de aquellos reyes traidores a su pueblo, todos a Colón el próximo domingo día 10 sin distinción de credos e ideologías. Es la unidad de España la que está en juego. Los españoles estamos ya hartos de ser gobernados al antojo de las ambiciones de este nuevo Don Julián mediante Decretos-leyes. Estamos hartos de que se nos tome el pelo. Estamos hartos ya de incompetentes a los que nadie ha elegido. Estamos hartos de que se tergiverse nuestra reciente historia. Estamos hartos de que se siembre la discordia entre españoles levantando heridas que ya estaban cerradas. Estamos hartos de tanta mentira que nos inoculan diariamente desde medios controlados por el poder.

 

Y termino con versos de José Zorrilla quien hace ya muchísimos años intuyo la irrupción en España de Pedro Sánchez:

Por donde quiera que fui la razón atropellé, la virtud escarnecí, a la justicia burlé, y a las personas vendí… yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, y en todas partes dejé memoria amarga de mí

 

¡¡¡No más traidores!!!