Los Gobiernos del General Franco frenan a los británicos en la Bahía de Algeciras - 2ª Parte

Ángel Liberal Fernández

Capitán de
Navío (R)

Desde 1810 hasta
1969 la Comarca había vivido subordinada económicamente a la base naval
británica. Desde Gibraltar se inundaba toda España de tabaco de contrabando y el
sur de la Península de mercancías que no pagaban derechos de aduanas pero a
partir del cierre de la verja, Gibraltar estuvo aislado del resto del
territorio español.

En los años
siguientes La Línea perdió parte de su población. Según el Instituto Nacional
de Estadística, en el censo de 1960 La Línea tenía 59.456 habitantes; en 1970
bajó a 52.127 mostrando con ello el nivel de subordinación a Gibraltar al que
había llegado. El año 2001 volvió a los 59.437 habitantes.

Con el cierre de
la verja llovieron las inversiones en la Comarca sin el peligro de que el
dinero se perdiese en Gibraltar. En el marco de los sucesivos Planes de
Desarrollo se instalaron 576 empresas en la Bahía. El Puerto Bahía de Algeciras
se convirtió en uno de los cinco primeros de Europa. El conjunto de la Asociación
de Grandes Industrias (AGI) supuso miles de puestos de trabajo; en la AGI se
encuentran, entre otras, además del Puerto, la refinería de petróleo de CEPSA,
los astilleros y dique seco y, la factoría de Acerinox.

A finales de
1982, Gibraltar estaba al borde de la bancarrota, viviendo de subvenciones y costándole
dinero al contribuyente británico. El 15.12.1982, el Gobierno español (del
PSOE) decidió abrir la verja, sólo para peatones; el 05.02.1985 la abrió para
vehículos y mercancías.

Puede verse que
desde el cierre de la verja hasta el fallecimiento del General Franco
transcurrieron 6 años, 5 meses y 12 días. Desde las primeras elecciones
democráticas en España hasta la apertura total de la verja pasaron 7 años y 8
meses. El Gobierno del PSOE mantuvo la verja cerrada a vehículos y mercancías
durante 2 años, 2 meses y 2 días.

33 años después
de la apertura total de la verja, Gibraltar (con 33.573 habitantes) disfruta de
la tercera renta per cápita más alta del mundo. Cuenta con la colaboración de
españoles que trabajan con la mayor naturalidad a favor de la colonia militar
británica: son políticos desde la izquierda hasta la derecha, sindicalistas, periodistas,
empresarios, profesores etc. localizados en el Campo de Gibraltar, Cádiz,
Sevilla y Madrid.

Mientras tanto,
las autoridades de La Línea (con 63.132 h) insisten en su dependencia de
Gibraltar, el contrabando de tabaco florece de nuevo con esplendor y, se
demuestra –una vez más- que de ese contrabando al tráfico de drogas sólo hay un
paso muy corto.

El resto de la
Comarca (con 201.158 h) se ha salvado de volver a subordinarse a la colonia. Sólo
la AGI tiene actualmente 8.400 puestos de trabajo directos y 28.060 indirectos,
superando con mucho a los 8.164 españoles que tienen trabajos «virtuales» en
Gibraltar.

El
09.06.2009, el diario El Faro Información, de Algeciras, bajo la firma de
Susana Pérez Custodio, publicó una entrevista al político Joseph García, actual
viceministro principal de Gibraltar.

Pérez Custodio
le preguntó: «¿Cómo cree que habrían sido
las cosas de no haberse decretado este corte de comunicaciones?».

El político de
Gibraltar respondió: «Si no hubiera
cortado Franco las comunicaciones hubiera habido menos sufrimiento,
particularmente en el lado español. Está claro desde un punto de vista
histórico que Gibraltar hubiera seguido el rumbo marcado por las demás colonias
británicas de ese tiempo hacia la descolonización. Esto es lo que pasó, por
ejemplo, en los otros territorios británicos del Mediterráneo como Chipre y
Malta. Gibraltar seguía la misma dirección que sólo se paró por los problemas
con España. Se habría producido un rápido progreso constitucional en el Peñón
marcado con constituciones nuevas en 1950, 1964 y después 1969. El siguiente
paso lógico era más autogobierno y después la descolonización. El pueblo de
Gibraltar ya tenía sentido de identidad propia antes de cerrar la verja, igual
que había pasado en todas las partes del antiguo imperio británico. Esto se
veía reflejado en pedir más y más autogobierno al Reino Unido, en el eslogan el
derecho a nuestra tierra, y ya en 1964 en exigir la descolonización plena,
manteniendo los lazos con Londres ante la ONU».