Tal día como hoy, pero en 1893, nace José Calvo Sotelo, protomártir del Movimiento Nacional.
Nació en Tuy, Pontevedra, el 6 de mayo de 1893. Hijo de un Juez, Pedro Calvo y Camina, y de Elisa Sotelo Lafuente, la profesión de su padre hizo que tuviera que cambiar frecuentemente de residencia durante su infancia y primera juventud.
Estudió en los institutos de La Coruña y Lugo y en las Universidades de Zaragoza y Madrid. Alumno predilecto de Gumersindo Azcárate, se Doctoró en Derecho Civil y Canónico con Premio Extraordinario. En 1915, obtuvo por oposición una plaza de Oficial Letrado del Ministerio de Gracia y Justicia. En junio de 1916 sacó la oposición de Abogado del Estado, con el número uno de su promoción y una puntuación sin precedentes: 40 puntos.
Desde 1917 fue Profesor Auxiliar en la Universidad Central, en la que cesó, a petición propia, en 1920. Durante el corto periodo que permaneció en Toledo como Abogado del Estado conoció a Enriqueta Grondona, con la que contrajo matrimonio el 28 de junio de 1918.
Miembro de la Secretaría personal de Antonio Maura durante el gobierno de concentración que éste presidió ente mayo y noviembre de 1918, trabajó en un ambicioso proyecto de reforma del régimen local, que no llegó a ser debatido, pero que retomaría más tarde, durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Tras un primer fracaso electoral en los comicios de 1918, en 1919 obtuvo acta de diputado por Carballino, Orense, distinguiéndose en las Cortes por su preocupación por los problemas sociales. La crisis de Gobierno de diciembre de 1920 y la convocatoria de nuevas elecciones hicieron que Calvo Sotelo perdiera su acta en unas reñidísimas elecciones.
El asesinato de Eduardo Dato y el desastre de Annual volvieron a cambiar el panorama político, y Maura volvió a la presidencia del Consejo en agosto de 1921, nombrando el 3 de septiembre a Calvo Sotelo Gobernador Civil de Valencia, puesto en el que permaneció hasta el 11 de abril de 1922. Al establecerse la Dictadura, Miguel Primo de Rivera le confió la Dirección General de Administración Local y, en diciembre de 1925, la Cartera de Hacienda, que desempeñó hasta 1930.
Al proclamarse la segunda república, se marchó exiliado a Portugal y luego a Francia. Pese a haber sido elegido diputado en 1931 y 1933, no pudo regresar a España hasta mayo de 1934, acogiéndose a la Ley de Amnistía decretada por el Gobierno presidido por Alejandro Lerroux.
Ingresó en Renovación Española y fue elegido Presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid. En diciembre de 1934, al constituirse el Bloque Nacional, se convirtió en su líder, destacando por su valerosa actitud ante las Cortes. Fue reelegido diputado por Orense en febrero de 1936. José Calvo Sotelo escribió diversas obras, entre las que destacan; Estudio económico de la Hacienda Española (1929); En defensa propia (1932); Mis servicios al Estado. Seis años de gestión (1931); La voz de un perseguido (1933); y El capitalismo contemporáneo y su evolución.
En el tenso periodo entre febrero y julio de 1936, protagonizó varios debates en las Cortes en los que pidió al Gobierno que restableciese el orden público, totalmente quebrado, reclamando que en caso contrario tal tarea fuera asumida por el Ejército.
El 16 de junio participó en una sesión parlamentaria en la que protagonizó un violento incidente con el presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, siendo objeto de insultos e incluso fue amenazado de muerte por los socialistas Casares Quiroga y Ángel Galarza. Dolores Ibárruri “La Pasionaria”, llegó a exclamar en esta sesión, dirigiéndose a Calvo Sotelo: “Este hombre ha hablado por última vez”. Calvo Sotelo dijo: “Yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para el bien de mi Patria. Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: ‘Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis’. Y es preferible morir con honra a vivir con vilipendio”.
José Calvo Sotelo también tomó la palabra el 1 de julio para opinar acerca de la situación caótica que se vivía en las zonas rurales, denunciando que la base del problema estaría en que las ciudades vivían a costa del campo, y atacando también las medidas de reparto de tierras del Gobierno, cuyo resultado, decía, era crear “explotaciones antieconómicas”.
En esa sesión volvió a repetirse el escándalo y los insultos y amenazas de los marxistas. Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, dijo: “Pensando en su señoría encuentro justificado todo, incluso el atentado que le prive de la vida”.
En la
madrugada del 13 de julio, fue
detenido en su domicilio por un grupo de Guardias de Asalto y de militantes socialistas, mandados por el capitán de la Guardia Civil, Fernando Condés Romero.
Hicieron subir a Calvo Sotelo a la camioneta número 17, y en el cruce de las calles de Velázquez y Ayala, recibió dos descargas provenientes de la pistola Astra de 9 mm de Luis Cuenca Estevas. El cuerpo de Calvo Sotelo se desplomó, ensangrentado, sobre el asiento que ocupaba. La
muerte fue instantánea, por dos disparos en la región de la nuca, en la madrugada del 13 de julio de 1936.
En el entierro de Calvo Sotelo, Antonio Goicoechea pronunció un sentido discurso como epitafio a su compañero de partido: “No te ofrecemos que rogaremos a Dios por ti; te pedimos que ruegues tú por nosotros. Ante esa bandera colocada como una cruz sobre tu pecho, ante Dios que nos oye y nos ve, empeñamos solemne juramento de consagrar nuestra vida a una triple labor: imitar tu ejemplo, vengar tu muerte y salvar a España, que todo es uno y lo mismo; porque salvar a España será vengar tu muerte, e imitar tu ejemplo será el camino más seguro para salvar a España”.
Tras el entierro los congregados trataron de marchar en manifestación hacia el centro de Madrid, y después de haber sido cacheados varias veces por Guardias de Asalto, fueron tiroteados por las fuerzas de seguridad cuando se hallaban en la confluencia de las calles Goya y Alcalá. Hubo cinco muertos y treinta y cuatro heridos. El Capitán Gallego, y los Tenientes España y Artal, de la Guardia de Asalto, fueron detenidos por atreverse a protestar contra la brutal represión ejercida sobre manifestantes desarmados.
Su primo y Ayudante
Francisco Franco Salgado-Araujo, dijo: “
Con gran indignación, mi primo afirmó que ya no se podía esperar más y que perdía por completo la esperanza de que el gobierno cambiase de conducta al realizar este crimen de Estado, asesinando alevosamente a un diputado de la nación valiéndose de la fuerza de orden público a su servicio”.
Ante este crimen de Estado el socialista Julián Zugazagoitia, exclamó: “Ese atentado es la guerra”.
José Calvo Sotelo fue honrado como Protomártir del Movimiento Nacional. Franco le otorgó el Ducado de Calvo Sotelo el 18 de julio de 1948.