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Tal día como hoy, pero en 1964, el Jefe del Estado español, Francisco Franco, visitaba La Coruña, esta vez para inaugurar la Universidad Laboral Marítimo-Pesquera «Crucero Baleares», donde dijo estas palabras:
Solamente unas palabras para saludar en vosotros a todos los españoles, a todas las clases campesinas y marineras españolas, tan bien representadas por vosotros.
Habéis oído las palabras cálidas de nuestro Ministro de Trabajo y sus inquietudes y empeños en la elevación de los trabajadores y en la exaltaci6n de su cultura. Yo solamente os pido una cosa a los hombres viejos, a los que peináis canas: que comparéis nuestro Régimen y sus realizaciones con el mundo anterior que nosotros recibimos como herencia; con aquel sistema liberal que pregonando la libertad, en la práctica la negaba; porque, como nos recordaba, si no hay cultura ni bienestar, no hay posibilidad de libertades. (Grandes aplausos.)
Los que entre vosotros formáis entre hombres de mar sabéis muy bien cuál es el fruto de las embarcaciones en que sus tripulantes actúan peleados y en plena discordia. y esto es lo que pasaba en España. La nave de nuestra Nación navegaba con su tripulaci6n en constante enfrentamiento y discordia. Urgía el cambiar el sistema; si queríamos salvarnos teníamos que cambiar de sistema, si habíamos de llevarla a puerto seguro. Y de aquel sistema de dejar hacer, que era no hacer nada, hemos pasado a responsabilizar a los gobernantes en el futuro de la nación. Y este futuro no podría conseguirse sin la unidad y sin la disciplina, si no se edificaba sobre principios nacionales, sociales y espirituales, y la justicia social no reinaba en nuestra sociedad. Y vosotros sois testigos de cómo, desde la propia Cruzada, nos ocupamos de ello, cuando hasta nosotros llegaba el eco doloroso de nuestras costas o los sufrimientos de nuestros trabajadores y pescadores.
Yo me acuerdo de uno de los primeros actos sociales celebrado en esta provincia, en el pueblo de Cayón, en que se pedía con angustia e ilusión nada más un camión, una grúa para elevar sus barcos a tierra y un pequeño tramo de carretera, a lo que acudimos con solicitud y realizamos aquella vieja aspiración de una vida mejor, mantenida por generaciones, dando esa pequeña satisfacción a un pueblo de que pudiera desarrollar su vida sin las angustias y amenazas de la muerte y del naufragio. (Grandes aplausos.)
En nuestro frecuente peregrinar por las costas españolas hemos ido recibiendo el anhelo de los pescadores y de los pobladores de esta costa y hemos conocido de sus angustias y de sus aspiraciones. Y a todos hemos ido poniéndoles remedio no solamente en su antes mísera habitación, sino mejorando sus puertos de refugio y lo que es todavía más importante, estimulando la mejora de sus embarcaciones, a través del crédito pesquero, que viene haciendo posible esta renovación. Nuestro Movimiento proclamaba que España había de vivir cara al mar. y esto es ya hoy una realidad. y procuramos no sólo la modernización de nuestros barcos, sino también de nuestros técnicos, de la formación de nuestros hombres. Una gran parte de nuestra población está en las costas, y la mayoría de sus hombres integran la población marinera. Somos el país de más solera marinera; sus actividades se desarrollan en la pesca y en la navegación. Su gran número hace que España esté dando peones y marineros simples a los países europeos. Es necesario su perfeccionamiento y especialización, y esta especialización se consigue con esta nueva Universidad laboral de características navales, que va a poner remedio a este atraso secular y a satisfacer las demandas naturales que la técnica moderna impone por el avance y el progreso de la técnica naval. (Grandes aplausos.)
Esta Universidad tiene dos fines: el del perfeccionamiento y preparación técnica y profesional de los hombres relacionados con la vida en el mar y la indispensable para situar al hombre, para que tenga el conocimiento de las necesidades que impone la vida moderna con las investigaciones científicas y el progreso, responsabilizarle ante la necesidad de una disciplina, en las exigencias del progreso económico, de la productividad, lo que sólo conseguiremos con nuestra voluntad de servicio, siendo hombres conscientes, intensificando las relaciones humanas, manteniendo una disciplina que es base para lograr el bien en un, futuro próximo.
Si esto no se llegase a realizar, si fuéramos anárquicos e inconscientes, volveríamos a la base de partida y destruiríamos todo nuestro progreso social y económico. Queremos que la renta se reparta equitativamente, pero no una renta baja, sino que ésta sea acrecentada y multiplicada. Y esto solamente se consigue con la paz social y las inversiones; inversiones que, por otra parte, no son ajenas a vosotros, son inversiones de vuestro propio ahorro, como demuestra esta Universidad Laboral, que está construida por las Mutualidades obreras.
Y éste es el futuro que ambicionamos. Su base no está en un concepto personal, sino en la existencia de un Estado, de un Régimen y una doctrina, que a la par que hace justicia social, en la cual no admitimos que ningún otro país pueda aventajarnos, es el único que puede lograr el bien común y la grandeza de la Patria. Repito que no son las personas, ha de ser el Régimen, ha de ser vuestra adhesión a él, vuestra unidad, vuestra voluntad puesta en el camino de su grandeza.
¡Arriba España!