El monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro en Tortosa

Delegación de la FNFF en Barcelona

 

Estos días está siendo noticia el más que previsible desmantelamiento en la ciudad de Tortosa, del Monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro, todo ello con el claro objetivo de rescribir nuestra historia.

El 13 de enero, el Ayuntamiento de Tortosa, con los votos de 20 de los 21 concejales del consistorio, esto es, los votos de 7 votos JxCat, incluido el de su alcaldesa la señora Meritxell Roigé i Pedrola, así como los 3 del PSC-PSOE, los 5 de Movem Tortosa, los 4 votos de ERC, y el voto de la CUP, han apoyado retirar el Monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro del catálogo patrimonial del Plan de Ordenación Urbanística Municipal de Tortosa (POUM), en el que fue incluido en 2007. El único voto en contra ha sido el de Ciudadanos, representando por el señor Miquel Àngel Albacar Damian, al cual, y desde estas líneas deseo agradecer su voto.

La retirada del monumento del catálogo patrimonial de la ciudad de Tortosa, no implica su desmantelamiento, ni siquiera su traslado, es simplemente un gesto más bien simbólico a la espera que el gobierno regional de Cataluña apruebe la nueva Ley de Memoria Historia, que están preparando en la cual se prevé que se especifique claramente su desmantelamiento.

Todos los patriotas españoles tenemos que movilizarnos para expresar nuestro rechazo ante el atropello que representa que por parte del gobierno regional de Cataluña, y por parte del Ayuntamiento de Tortosa, se pretenda quitar un monumento en recuerdo de una batalla muy presente en la Historia de España, batalla en la que heroicamente lucharon, y murieron miles de españoles (según las fuentes consultadas, enfrentó a 200.000 soldados de ambos bandos, y dejó casi 20.000 muertos, y más de 60.000 heridos).

Por una decisión claramente política, revanchista, y revisionista desde los partidos golpistas, y secesionistas, y desde los de extrema izquierda, pretenden borrar de un plumazo parte de nuestra historia para continuar con su revisionismo revanchista y partidista, gracias al cual llevan décadas reescribiendo la Historia de España.

El Monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro, es patrimonio Histórico y artístico de todos los Españoles, independientemente de nuestras ideas políticas, y de nuestro sentir personal hacia aquella batalla, y más allá de sentimientos y revanchismos.

Sin duda, el Monumento refleja y representa un periodo de nuestra Historia reciente, a la par que es una obra artística y escultural singular y sin parangón en España dada sus características artísticas, y su especial ubicación, y es por ello que al aunar los sentimientos de todos los Españoles, sin duda está más presente, y es más necesario que nunca que permanezca en su lugar actual. Siendo su esvelta y erguida estatua, el fiel reflejo del carácter español, eso sí, siempre alejado de ideologías políticas, y siendo un símbolo de unión y recuerdo a una batalla, y a un lugar que tanto representa en el recuerdo de los Españoles.

Durante años, el monumento permaneció erguido sin despertar animadversiones, más allá de aquellas personas, y sobre todo de aquellos partidos políticos que veían en él una oportunidad para generar resentimiento y odio, con el claro e inequívoco propósito de dividir a los tortosinos, y por ende a los Españoles. Ha sido ahora, desde hace relativamente muy poco tiempo, cuando la cruzada en contra del monumento ha arreciado por parte de los secesionistas catalanes que ven una excusa para crear una inestabilidad social y política que el monumento jamás había generado.

Todo es una simple cuestión con los ojos que miremos las cosas, y yo cuando he tenido la ocasión de visitar Tortosa, he visto una escultura, un monolito que sale de las aguas del río Ebro, y se yergue alta y segura, y que, al estar situada en medio del río, no divide, sino que une la ciudad de Tortosa.

La escultura ya fue desposeía en su día de todos aquellos elementos que el Ayuntamiento de Tortosa estimó que tenían un carácter marcadamente franquista, o podían ser interpretados como tales, como por ejemplo fue quitado el vítor de Franco que el águila portaba entre sus garras, por lo que una vez retirados todos los símbolos y dedicatorias franquistas. Por lo tanto, una vez desposeído de sus símbolos políticos, sin duda el monumento dejó de tener un cariz político, para convertirse en una escultura que rinde homenaje a todos los españoles de los dos bandos que lucharon en la Batalla del Ebro.

El afán de rescribir, cambiar, e incluso mentir por parte de ciertos partidos políticos, está únicamente dirigido a cambiar la Historia de España a su conveniencia, para con ello manipular a los ciudadanos, pero hoy por hoy, el Monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro, es además de una obra artística y escultórica singular, es además un recuerdo a todos los soldados que lucharon en aquella batalla, y a todos los civiles que sufrieron sus consecuencias, y el que quiera ver otra cosa, está cegado por su odio a España.

Cuando el arte y la cultura, y en este caso, la escultura, son politizados a conveniencia de unos pocos con objetivos torticeros, entonces no solo se prostituye el arte, sino que lo peor es que se banaliza a los más bajos niveles que el ser humano puede llevar la cultura, todo ello en pos de objetivos que nada tienen que ver con el arte como es en este caso, dividir, (una vez más), a España y a los Españoles.

Desde estas líneas, deseo exponer y expresar mi apoyo a la permanencia del monumento en el lugar exacto en el que está, para recuerdo y memoria de los que lucharon y murieron, independientemente si lo hicieron en un bando u otro, e incluso, independientemente de su nacionalidad.

Desde la Delegación en Barcelona de la Fundación Nacional Francisco Franco, nos unimos a nuestros compañeros de Tortosa, y de Tarragona, para mostrar nuestro rechazo al más que previsible desmantelamiento del Monumento, y pedimos que siga en su lugar.  

 


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