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NOTA DE PRENSA
La Hermandad de Defensores de Oviedo ha enviado un escrito al Ayuntamiento de Oviedo con los argumentos jurídicos en tal sentido
Fue la propia Comisión de Memoria Histórica del tripartito la que dejó fuera de su aplicación los nombres de estas calles.
En relación a las placas repuestas en los pasados días -por mandato judicial- de las calles General Yagüe, Fernández Ladreda, Yela Utrilla y Marcos Peña Royo, esta Hermandad ha enviado un escrito al Ayuntamiento de Oviedo señalando que la Ley de memoria histórica del Principado de Asturias no les afecta.
Y ello por las siguientes razones, desde el análisis jurídico del asunto.
Primero.- Como bien conoce el Ayuntamiento, las placas mencionadas fueron repuestas por mandato de la Sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que, en el recurso de apelación 251/2019, por sentencia de 05.12.2019 confirmó íntegramente la sentencia de instancia del Juzgado nº 6 de Oviedo del mismo orden jurisdiccional, por la que condenaba al Ayuntamiento a la reposición de las referidas placas, declarando nulo el acuerdo del tripartito municipal que ordenaba su retirada y sustitución.
Se trataba ya de la cuarta resolución judicial en contra del mencionado tripartito, incluso con condena en costas a cargo del Ayuntamiento.
Segundo.- El cumplimiento de la sentencia parece que no fue visto por algunos, con el agrado que se supone para fieles cumplidores de un estado de derecho, como afortunadamente sigue siendo España.
Tercero.- Entre los escasos argumentos aportados por tales personajes, figuraba la obligación del Ayuntamiento de cumplir con la Ley de memoria histórica del Principado de Asturias y con el plazo para retirar símbolos que supusiesen la exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura, basada la citada norma en el artículo 15 de la Ley estatal del mismo nombre. Dicho plazo finaliza el próximo 9 de marzo de 2020.
Cuarto.- Las más altas instituciones autonómicas corearon dicha supuesta obligación, e incluso -en el colmo de la sobreactuación- anunciaron que llevarían a Estrasburgo que el Ayuntamiento hubiese ejecutado una resolución judicial firme, que hasta entonces el tripartito se había resistido a ejecutar.
Quinto.- La presión llevó incluso a que el Ayuntamiento de Oviedo, en declaraciones de su Alcalde Presidente, manifestase que se cumpliría con los postulados de la ley de memoria histórica autonómica.
Sexto.- Sin embargo, en lo que concierne al menos a estas cuatro calles cabe decir –rotundamente-, que se encuentran fuera del alcance de dicha disposición.
Y ello por las siguientes razones:
Para ilustrar mejor la nula sospecha sobre su inclinación ideológica, basta señalar sus breves currículos:
Un grupo de trabajo que tenía tan estrecha vinculación con el Alcalde, que incluso citó a sus componentes para la primera reunión a través de correo electrónico a las 23,35 horas, como queda acreditado en el expediente judicial.
Y tenían sobradas razones para ello.
Basta recordar que la calle General Yagüe se aprobó en tiempos de la Segunda República y que fue un militar, fiel defensor de la democracia y la legalidad republicana ante la Revolución que en 1934 trató de destruirla.
Que la calle Fernández Ladreda data de 1926 y que fue un militar, alcalde de la ciudad antes de la dictadura de Franco, derechista en la segunda República, ministro de Obras Públicas, académico activo y empresario.
Que la calle Yela Utrilla llevaba debajo del nombre el título de “Catedrático de Latín” y que fue un destacado académico que desarrolló una abundante obra filosófica, científica y literaria, mientras ejercía como Catedrático primero en Oviedo y luego en la Universidad de Madrid. El escritor e investigador Don José Ramón Tolivar Faes, en su libro “Nombres y casos de las calles de Oviedo” (Oviedo, 1992, ISBN 84-606-1037-3) señala la condición académica de este nombramiento, calificándolo no como político, falangista ni mucho menos represor, sino simplemente como un Catedrático. Por otro lado, y como se desprende de las propias actas de la Comisión de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Oviedo, queda acreditado también que fueron su propios alumnos los que solicitaron el nombre de una calle para su maestro académico.
Y que finalmente, la calle Marcos Peña Royo lleva el nombre de un Gobernador Civil de Oviedo entre 1958 y 1964, bajo cuyo mandato se construyeron o entregaron centenares de viviendas sociales a obreros, Director General de Política Interior durante unos meses, abogado del Estado, miembro de honor del Instituto de Cultura Hispánica, y que estaba en posesión de numerosas condecoraciones españolas y extranjeras por su capacidad y valía profesional.
Cuando estos poderosos argumentos entran en juego, a su lado palidecen la ignorancia, el sectarismo y la falta de rigor, que es lo que se evidencia en esta polémica.
Séptimo.- A la vista de todo lo anterior, queda claro que el actual equipo de gobierno debe mantener estas cuatro calles, felizmente repuestas en el callejero de Oviedo, precisamente en el cumplimiento de la ley.
Y que desde la perspectiva de ese mismo cumplimiento y del acatamiento de una sentencia firme, debe proceder a reponer -sin dilación ni excusa alguna- los rótulos que faltan, que esta Hermandad espera que sea en el más breve plazo, sin dejarse presionar por la demagogia, el revanchismo y la falta de rigor de los mismos de siempre.
Oviedo, a 24 de febrero de 2020