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Juan Chicharro
La reciente destitución del Coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos así como la dimisión del Tte. General Ceña, Director Adjunto Operativo del citado Cuerpo, ha provocado una avalancha de comentarios en medios y redes sociales a propósito del concepto del honor , virtud que siempre ha tenido a gala practicar el benemérito Instituto.
“El honor es mi divisa” reza su lema.
Al parecer tanto la destitución como la dimisión tienen como fundamento en el primer caso el intento del Ministro Marlaska de obligar al Coronel a la comisión de una irregularidad manifiesta y en el segundo el desacuerdo con dicha intención y consideración de un atentado al honor del ya citado coronel .
Y entra entonces en juego el concepto del honor. Más ¿qué entendemos como tal?
Me ciño, en primer lugar, a recordar la norma superior de actuación que el “Concepto de Liderazgo de la Armada” exige a nuestros marinos e infantes de marina y que dice :
“INTEGRIDAD ( entiéndase honor) es la cualidad que guía a las personas a actuar siempre con honestidad, honradez, justicia, imparcialidad, sinceridad y compromiso, observando las más altas normas éticas y morales, y que permite esperar de ella un compromiso y responsabilidad con los principios y obligaciones de la profesión”.
Y en la misma línea manifestamos que el honor es la divisa del militar. En su propio honor y espíritu como marcan las ordenanzas, debe buscar el soldado la norma ajustada para velar por su honra, para prestigiar a su ejército y a la Patria. El honor es el crisol que purifica los pensamientos e ilumina el camino inmaculado de las acciones dignas en el que resplandecen la integridad, la rectitud y la nobleza.
Por supuesto el cultivo al honor y a la caballerosidad no son privativos, para nada, de las Fuerzas Armadas, en este caso de la Guardia Civil; especialmente cuando del concepto del honor individual hablamos, pues este radica en las personas y no en las Instituciones. Se trata de principios de actuación extensibles y extrapolables al resto de los ámbitos de nuestra sociedad, razón por la que no está de más el recordarlos en momentos como los presentes cuando parece que todo se rompe; especialmente a un Gobierno socialcomunista que entenderá de muchas cosas pero de esto bastante poco. Y, claro se extrañan de la actitud del Tte. Gral y del Coronel. ¿Cómo no se van a extrañar si desconocen lo que significa el honor?
Lo que sí veo es como cunde el desánimo en nuestra sociedad ante el denigrante espectáculo que muchos dirigentes públicos nos ofrecen todos los días y lo que es peor: nuestra escasa capacidad para reaccionar pues la fuerza del relativismo moral que se ha impuesto en casi todos los ámbitos nos deja inermes. No se puede corregir en dos días cuanto se ha impuesto paso a paso durante años.
¡Antes que la disciplina está el honor! gritó con fuerza hace ya tantos años el valiente Capitán de Navío Camilo Menéndez Valdés y desde entonces hasta hoy ese concepto se ha degradado hasta extremos como los hechos que estamos viendo de forma permanente. Buena prueba de lo que digo lo pudimos observar el pasado día 24 de octubre del pasado año cuando se profanó la tumba del Generalísimo Franco y donde tantos fallaron.
¿Dónde está el honor?
Hoy se habla de este concepto. Mañana ya verán como no . En cualquier caso a mí no me extraña que en el proceso destructivo de toda clase de ética, que vemos todos los días, se vislumbren acciones tendentes, a romper la cohesión, hasta ahora imperante en nuestros ejércitos y Guardia Civil, que, atentan a la propia esencia de las mismas.
Sin embargo, no todo es negativo, ya que, pese a todo, es la propia sociedad la que se avergüenza de lo que ve. Esto significa que, pese a las apariencias, una gran parte de la población española mantiene valores morales de referencia sobre dónde está el bien, y dónde está el mal, y son muchas las instituciones que en este “maremágnum” tienen como norte de su actuación conceptos, en absoluto olvidados, como el del honor y de la caballerosidad.
Aún estamos a tiempo de no dejarnos arrastrar por el fango al que nos lleva este Gobierno socialcomunista al que animan separatistas y tantos tontos útiles.