¿SERA PEDRO SANCHEZ EL PRESIDENTE DE LA III REPÚBLICA ?. Por Juan Chicharro Ortega

 

                                                                                  Juan Chicharro Ortega

                                                                                  Presidente Ejecutivo de la FNFF

                                                                            

Y todavía habrá alguno o muchos que lean escépticos el título de estas líneas. Seguramente los mismos que cuando Pedro Sánchez fue defenestrado por su propio partido, el PSOE, en 2016, no daban un duro por su permanencia en la política. ”Pedro Sánchez está acabado” decían muchos de los habituales tertulianos que abundan por estos lares y que se lo saben todo. Pues ahí lo tienen: presidente del Gobierno desde hace dos años y si Dios no lo remedia los que te rondaré morena. En cualquier caso me da igual que sea Sánchez o Zapatero o cualquier otro quienes puedan aspirar a presidir esa hipotética III República pero es evidente que la estrategia establecida para el cambio de régimen que el PSOE actual y sus colegas comunistas están desarrollando es nítida y clara. Allá el que no lo quiera ver. El PSOE y los partidos comunistas, así como los separatistas, que siempre se han identificado como republicanos, nunca lo han desmentido. Y ya digo que están en esa estrategia a largo plazo, si bien últimamente  los ataques contra la monarquía se han acrecentado a pasos agigantados tal y como estamos viendo en estos días. Sí, claro que este acoso brutal de última hora tiene entre otros objetivos, además, desviar la atención de la opinión pública sobre los casi 50000 muertos producidos durante la reciente pandemia, de cuya responsabilidad por incompetencia o sectarismo no parece ser ajeno este gobierno en gran medida, pero todo esto no obvia que los ataques a la Corona sean cosa baladí y del momento.

Me asombra sobremanera la inocencia, cuando no puesta de perfil, de una derecha que asiste atónita a toda esta campaña perfectamente orquestada contra la Corona al amparo de los asuntos judiciales en los que se han visto envueltos tanto el cuñado del Rey Felipe VI, el Sr. Urdangarín, como el propio Rey Juan Carlos I. Y digo inocencia toda vez que si acaso hubieran leído en algún momento la Ley de Memoria Histórica del año 2007 habrían podido deducir que esta Ley – y no digamos las proposiciones para su reforma que se encuentran en el Congreso y en el Senado – no pretende otra cosa que la erradicación total de lo que significó Franco para España y llevarse por el camino la denominada transición que posibilitó, de la ley a la ley pasando por la ley, la constitución del régimen actual del 78. La clave de toda la estrategia presente para derrocar la monarquía y retomar una supuesta legalidad de una ilegitima II República está en la Ley de Memoria Histórica. Una ley que el Sr Rajoy del Partido Popular pudo haber derogado o  modificado cuando en la legislatura de  2011 contaba con una mayoría absoluta. Y de “aquellos polvos estos lodos” que dice el viejo refrán. “Son asuntos sin importancia” parece ser que dijo entonces el Sr. Rajoy .

“ Llora como  mujer lo que no supiste defender como hombre” le dijo su madre a Boabdil tras la pérdida de Granada , aserto que le viene como anillo al dedo al Partido Popular ante los lamentos que ahora expresa sobre la situación política presente.

Lo repito: la Ley de Memoria Histórica, es una memoria política y sólo en los regímenes totalitarios puede ser impuesta por ley la historia de los pueblos y por supuesto esta ley ataca de frente los fundamentos de la democracia actual y por ende de la propia monarquía .

Desengáñense los inocentes. El actual acoso a la Corona no tiene otro objetivo que paso a paso incidir de forma continua y persistente  en la opinión pública para desprestigiar la propia Institución y llegado el momento proceder a su derrocamiento vía seguramente referéndum y posterior modificación constitucional. Y ¡ojo! que nadie se engañe : es perfectamente posible ya que los apoyos a la idea de la República son bastantes más amplios de lo que muchos piensan. Esta es la verdad guste o no guste.

Franco nos legó en su postrer herencia dos cosas : de una parte, tal y como le dijo al enviado del presidente Nixon , General Vernon Walters, una clase media antes inexistente y de otra, su sucesor a titulo de Rey en la persona de Don Juan Carlos de Borbón restaurando la monarquía milenaria. Franco podía haber propuesto a cualquier otro príncipe o incluso el establecimiento de una hipotética República sindicalista o lo que fuera, más sin embargo optó por la dinastía en la que él creía como válida para su sucesión . Créanme los más jóvenes o los más incrédulos : en 1969 los monárquicos en España cabían todos en un autobús diga lo que diga el diario monárquico ABC o quien quiera. Menos cuentos. Si la monarquía fue restaurada en España fue porque el Generalísimo Franco así lo quiso y punto. La Ley de Memoria Histórica no pretende otra cosa que la erradicación del denominado “franquismo” y si alguien pensaba que la monarquía, obra por excelencia del Generalísimo Franco, se iba a librar de lo que estamos viendo, y está por venir, que se vaya bajando del burro.

Desde la Fundación Nacional Francisco Franco pese a todo y a todos y a pesar de tantas deslealtades recibidas, una y otra vez, tal y como hemos visto en todo el proceso de la profanación de la tumba de nuestro General – que preferimos no recordar – miramos al futuro y no nos olvidamos de las palabras postreras de nuestro Caudillo  : “ os pido que rodeéis al futuro Rey de España del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis mostrado” . Y todo ello porque fieles a su legado tenemos por encima de todo nuestra mirada en el futuro de nuestra Patria España.

Lealtades difíciles de mantener pero en esas estamos. Y si no pues ya me irán diciendo a quien prefieren como presidente de la hipotética  III República : a Sánchez, a Zapatero o quizás a Aznar hablando catalán en la intimidad entregando la educación y la seguridad a la Generalitat de Cataluña germen de la actual situación en esa querida región española?

Es una cuestión de lealtades y quien suscribe estas líneas lo tiene claro. Es lo malo de ser militar. Uno es leal a su jefe, a nuestro Caudillo ya desaparecido.


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