Comunicado de la Fundación Nacional Francisco Franco

Una vez conocida la sentencia dictada por la Sección 4ª de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo en el recurso interpuesto por los nietos del Generalísimo, esta Fundación, una vez leída la misma (redactada después de haberse publicitado el fallo para que el Presidente del Gobierno pudiera hacer gala de “su triunfo” en la asamblea de la ONU sobre cambio climático, todo muy sincronizado) quiere manifestar una vez más su perplejidad no sólo por el atentado a la historia de España y a la familia, a la que literalmente le confiscan el cadáver embalsamado de su abuelo, obligándola a pasar por el capricho de Sánchez de que sea enterrado en El Pardo- Mingorrubio, sino atentado también al Derecho y, muy en particular, a los derechos humanos. 

Igualmente, ante las noticias que llegan respecto a la inmediata exhumación del que fuera Jefe del Estado y que ostentaba la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas -por los que debería llevarse a cabo con los honores que prescriben a tal efecto las Reales Ordenanzas- esta Fundación quiere poner en conocimiento del pueblo español que dicha exhumación está actualmente suspendida en el recurso contencioso-administrativo que la Fundación tiene interpuesto contra los acuerdos del Consejo de ministros de 15 de febrero y 15 de marzo de 2019, que consideramos ilegales y que los magistrados, sin siquiera voto particular concurrente de ninguno de ellos, han pontificado.

Como decíamos en nuestro anterior comunicado, hacemos un recuerdo a la valentía y coherencia de dos magistrados de esa misma Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo que fueron vilmente asesinados por las hordas rojas en el verano de 1936 -esas que no existen para la Ley de Memoria Histórica que los actuales magistrados de la Sección 4ª avalan como constitucional, al rechazar por unanimidad el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad que fue planteada-: Don Salvador Alarcón Horcas y Don Jesús Arias de Velasco (que era Presidente de dicha Sala Tercera del Tribunal Supremo), que prefirieron morir con honra a vivir traicionando a sus principios, cuando lo que está en juego, por mucho que se quiera mirar para otro lado, es la esencia de España, de su historia, y la sacralidad del mayor camposanto de la tierra, el Valle de los Caídos y, en particular, su Basílica de la Santa Cruz.


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