En el fondo, Sr. Anasagasti, es usted un totalitario, como todos los nacionalistas. Sabe usted bien que comparar a Franco con Hitler es un despropósito. Franco jamás perdió una guerra, ni se suicidó, ni era un enajenado nacionalista y racista al estilo de Sabino Arana, que de haber podido hubiera exterminado a los maketos. Es más, murió cristianamente en la cama de un hospital público, después de 40 años de buen gobierno rodeado del cariño de su pueblo y fue ensalzado y homenajeado por su sucesor, el hoy Rey de España. ¿Imagina usted que el Jefe del Estado alemán hubiera sido designado por Hitler?. Claro que no, y usted lo sabe.
Habla usted de robar. De esto, el Sr. Utrera Molina sabe bien poco. Vive de su pensión y rodeado del cariño de su gran familia. Acaso usted sepa algo más sobre el tema que vive en el Senado a costa de todos los españoles insultándonos en la cara cuando le place.
No se inquiete usted, que el Sr. Utrera Molina, al igual que Doña Carmen Franco, cuentan con muchos años e insignificante poder. Tan sólo tienen el de su ejemplo, el de su honestidad y el de su coherencia. Cuando lea usted “soluciones de emergencia”, no se preocupe. Lea la constitución para variar y repase su artículo 155. La ley contempla soluciones de emergencia para problemas de emergencia. No quiera vuestra merced ver gigantes donde sólo hay molinos de viento.
Sepa usted que no le odio, pues esa es una pasión aniquilante para quien la padece. Le compadezco, por que tiene usted el corazón emponzoñado de odio y de resentimiento. Le recomiendo que viaje un poco por España y se descontamine de esa atmósfera turbia y espesa en la que viven los nacionalistas iconoclastas y de mira estrecha como usted.
Atentamente,
Luis Utrera Molina