M.J.Muñoz
El coronel de Infantería retirado José Luis Isabel, antiguo profesor de la Academia de Infantería de Toledo, ha criticado duramente, en declaraciones a ABC, el reciente cambio de nombres de algunas calles de la ciudad en virtud de la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, especialmente de las calles Capitán Alba y capitán Cortes. Sus críticas las lanza tanto contra el PSOE e IU, como contra el PP, por no haber derogado este partido, hoy en el Gobierno de España, la ley de Memoria Histórica.
«El heroísmo no tiene por qué depender del bando en que se luche. El héroe actúa movido por un impulso que brota de lo profundo de su alma. Este aliento le anima a sobreponerse a las dificultades, a sacrificarse por sus semejantes y a ofrecer, sin dudarlo, su vida por ellos, milite en el bando que milite», señala el coronel Isabel.
En su sesión del 26 de febrero pasado, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Toledo aprobó el cambio de la calle Capitán Alba por la de Pablo Neruda. Sobre este cambio de calles, José Luis Isabel dice que el capitán Alba, —«de hondas raíces toledanas» y cuyos descendientes siguen viviendo en la ciudad de Toledo—, «se sacrificó por sus compañeros encerrados en el Alcázar de Toledo y se expuso a graves peligros para conseguir ayuda. Al final no lo logró, pero el valor que demostró se consideró heroico, por lo que el Ejército le premió con la Cruz Laureada de San Fernando». «A él lo asesinaron las izquierdas en la cuneta de una carretera en julio de 1936, y sin juicio alguno. Al menos quien muere de esa manera en defensa de sus ideales es digna de respeto», opina el coronel de Infantería, quien también se refiere al caso de la calle capitán Cortés y al peligro de que se suprima también este nombre.
De Cortés dice que fue alumno de la Academia de Infantería de Toledo, combatió en las campañas de Marruecos y en 1927 pasó al cuerpo de la Guardia Civil con el empleo de teniente, prestando servicio en la Comandancia de Jaén.
La memoria histórica, pretexto
«Al estallar la guerra civil, el heroísmo con que se comportó durante los ocho meses que duró la defensa del Santuario de Santa María de la Cabeza, en Andújar, fue reconocido con la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, máxima recompensa del Ejército español», dice Isabel del capitán Cortés, que perdió la vida durante un asalto el 1 de mayo de 1937.
«A lo largo de las numerosas contiendas civiles de nuestra historia el Ejército ha sabido siempre reconocer a los héroes de ambos bandos, sin tener en cuenta sus ideas y conservando su memoria como ejemplo, por creer que es lo menos que merecen por su gesto. Con ello, ha sabido cumplir fielmente lo que le señalan sus Ordenanzas: Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra».
Por ello, el coronel subraya que como militar se siente «dolido por el trato que se ha dado o se pretende dar a dos héroes; desesperanzado por comprobar que con el pretexto de la ‘memoria histórica’ todavía anida el odio en el corazón de ciertos individuos, y desconcertado porque la falta de valor impida a otros evitar que se produzcan estos hechos, por desgracia demasiado frecuentes».