Caídos en Aranjuez

 
 Joaquín Juan Dalac  
 
 
   Visito Aranjuez con frecuencia y siempre me admiro en su Cementerio del monumento levantado a los Caídos: sobrio, austero, proyectándose en el infinito, proporcionado, dos bastiones que se elevan al cielo y suplican como un réquiem. Allí están los nombres. Allí está el genocidio.  
 
Luis Díaz Malo
Francisca Díaz Malo
José Díaz Malo
 
Antonio Juárez Alcázar
Julia Juárez Alcázar
 
Manuel de la Vega Carbonell
Manuel de la Vega López
Justo de la Vega López
Fausto de la Vega López
 
Lucas de Arana López
Luis de Arana Sanz
Madalena de Arana Sanz
Fernando de Arana Vidal
 
Nicolás Arias Díez
Ángel Arias Díez
Luis Arias Díez
 
Francisco Gutiérrez Pérez
Álvaro Gutiérrez Rodríguez
José Gutiérrez Rodríguez
 
Román Martínez Gálvez
Valeriano Martínez Gálvez
 
Ildefonso Matamoros González
Julián Matamoros González
 
Ángel Pérez Sánchez
Fermín Pérez Sánchez
Luis Pérez Sánchez
Pedro Pérez Sánchez                
 
   También cayeron, aunque no están aquí, los tíos de mi cuñado Carlos Martínez Navarro: Julio Martínez Santamaría, Julián Martínez Santamaría y Félix Martínez Santamaría. Su padre se salvó por refugiarse en el zulo de un piso de Madrid hasta la llegada de los nacionales. Cuando, en Albacete, mataron a un tío de mi suegro y a sus tres hijos, se salvó el pequeño, José Luis Fernández-Fontecha, porque con diez añitos, fue disfrazado de niña. Esto es memoria histórica. Sin manipular, no es “Cuéntame cómo paso” del Imanol. Sí. Lo cuento.                  
   No fue una guerra incivil como se inventan ahora. Fue una guerra civil con un bando incivil. Igual que la Revolución Francesa fue una orgía de los inciviles con la sangre en la guillotina, por mucha ilustración que se arrogasen los cuatro intelectualoides que siempre atizan las masas. Pero, claro, la France es la France, cosa que le interesa mucho a EEUU para encubrir sus fines comerciales en las dos contiendas europeas. Además, era lógico que fuese fatalmente así. En un lado había Catolicismo, Tradición, Cultura, Orden, Disciplina, Autoridad, Generales, Coroneles, Tercios. En otro Ateísmo, Desarraigo, Incultura, Barbarie, Anarquía, Comunismo, Comisarios, Delegados, Brigadas Internacionales. No hay más que ojear los partes de guerra de uno y otro ejército en el libro “La batalla del Ebro” del radiotelegrafista Luis de Mezquida Gené (Edición 1967, no la de 1973 ni de 1999). Era lógico que ganasen. Aunque en lo contrario se empeñen Garzón, el Congreso, el Tribunal Supremo, el Tribunal de la Haya, la Corte de Estrasburgo, el Parlamento Europeo…                 
 
   La Historia se podrá contar de muchas maneras, pero solo se escribe de una. Será mejor que se callen.  
 
 
 
 
 
 

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