Gabriel Ariza
Leo en este mismo portal (
Infovaticana) que Franco quiere quitar los símbolos franquistas de las Iglesias. El Obispo de Segovia responderá así a la petición del abogado Eduardo Ranz, que exige a la Iglesia que suprima todos los símbolos “de la dictadura y la guerra civil”.
Esto me hace recordar que en la Basílica del Pilar en Zaragoza, donde mi abuelo (qepd) rezaba varias horas todas las mañanas, hay un símbolo de la Guerra Civil.El 3 de agosto de 1936 la aviación republicana quiso dar un duro golpe moral a las tropas nacionales bombardeando la Basílica del Pilar. El testimonio del momento es el siguiente:
“La noche del bombardeo era una noche clara por el resplandor de la luna llena que, no muy alta sobre el horizonte, la teníamos visible mirando hacia el Noreste de nuestra posición. El avión, de cuya relativa situación nos daba fe únicamente el ruido de sus motores, era invisible para nosotros hasta que su desfile frente a la luna, nos permitió verlo –en silueta- por un instante. Su proyección en la luna nos hizo concluir que el avión volaba bajo y entonces, si era enemigo, ¿con qué reacción antiaérea contábamos? Pues parece ser que nuestros medios de reacción eran más bien precarios, a quince días del comienzo de la guerra, lo cual permitía a la tripulación enemiga moverse con bastante libertad en aquella operación de ataque. Entonces guardamos un silencio espectante, temiéndonos lo peor; pero, tras un tiempo prudente, ante el silencio de la ciudad supusimos que el avión era amigo y cesamos en nuestros temores. Sin embargo, más tarde, ya en pleno día, nos enteramos del ataque y sus circunstancias que nos relataron así, más o menos:
A las tres de la mañana un avión enemigo ha bombardeado el S.T.M. de la Virgen del Pilar. De las tres bombas lanzadas sobre el Santo Templo dos han impactado en su tejado y una tercera ha caido fuera del Templo en la plaza, quedando de pie incrustada en el adoquinado del suelo. Ninguna de las tres ha hecho explosión.”
Como dice Martín Ibarra en un articulo en Arbil, bien podríamos llegar a la conclusión de que el Cielo, la Providencia divina y nuestra Madre la Virgen del Pilar transformaron aquella operación odiosa, en un instrumento que sirve diariamente para muchos para incrementar su fe y devoción a la Santísima Virgen.
Monseñor Franco. ¿También eliminamos ese recuerdo de la guerra civil de nuestra Basílica del Pilar?