Francisco José Fernández de la Cigoña
No anuncio en el Blog conferencias, presentaciones de libros, novenas, rosarios, misas, procesiones… Me parecen muy bien pero comprenderéis que si lo hiciera todos esos actos colmarían el Blog. En alguna ocasión y por algún motivo especial puedo hacer una excepción. Y éste podría ser un caso habiéndome referido recientemente a la vida de Fernando III el Santo, cuya lectura recomendé vivamente.
Se acaba de presentar el libro en Sevilla y hoy se hará en Madrid. Sin embargo no quiero referirme tanto al hecho de la presentación de un libro, por bueno que sea, y éste lo es, suceso que seguramente no traería al Blog, sino al hecho de hacer las cosas bien. Cosa que ya es más rara en nuestra Iglesia. Con tristes consecuencias. Unas veces no sabemos vender lo bueno, otras se vende lo malo…
En esta ocasión me sorprende lo bien que se ha hecho todo. Y me sorprende por lo poco habitual. La primera presentación se ha hecho en Sevilla, la ciudad por antonomasia de San Fernando. Perfectamente elegido el lugar. Y con una presentación de campanillas.
El acto tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla y estuvo a cargo de primeros espadas. En la fotografía del acto aparecen una religiosa, palabra de honor que lo es, de la congregación de la autora del libro ya fallecida, el presidente del Ateneo, el arzobispo de Sevilla, el editor del libro y un catedrático de Historia Medieval.
Presentación pues con la mayor solemnidad y presidida por el señor arzobispo que quiso estar presente en el acto que honraba al santo que reconquistó la ciudad para Dios. Estoy seguro de que a Don Juan José Asenjo le faltan horas todos los días. A pesar de ello quiso estar presente con su santo y con sus fieles. No me cabe la menor duda de que uno y otros agradecieron su presencia. Muy bien, Don Juan José. Una vez más hemos encontrado al arzobispo de Sevilla donde debía estar. Y claro que era fácil una amable disculpa.
En Madrid se va a presentar hoy en una parroquia emblemática. La mía de Santa María de Caná. A las siete de la tarde en la iglesia. Caná es generosa y sus puertas, abiertas desde las siete y media de la mañana hasta las diez de la noche ininterrumpidamente todos los días, lo están también para múltiples actividades eclesiales. Misas, naturalmente, pero también confesiones, adoración del Santísimo, Cáritas, cursos, movimientos… En esta ocasión Caná no cede momentáneamente un espacio para que la editorial, El Pan de los Pobres, se busque unos presentadores de más o menos tirón o prosapia, sino que los presentadores serán Don Jesús Higueras, el carismático párroco, y Don Nicolás Álvarez de las Asturias, profesor en San Dámaso, en mi opinión de excepcional categoría, y adscrito a la parroquia donde es sumamente querido.
Y esto es precisamente lo que quiero resaltar. No la presentación de un libro, por bueno que sea. Sino esta conjunción de obispos, sacerdotes y laicos que, cuando se involucran todos, se producen excelentes resultados. Ése es el camino de la Iglesia. Todos juntos en marcha hacia el cielo.
No tengo informaciones pero aseguraría que Don Juan José estuvo encantado en el acto de Sevilla. Y quienes asistieron con la presencia del arzobispo. Don Jesús Higueras estará en su casa y no me cabe tampoco la menor duda de que lo va a hacer muy bien. ¿Cuándo lo hace mal? Pero jugando en campo propio arrasará. Por una buenísima causa. La de dar a conocer a un espectacular santo de nuestra Santa Madre Iglesia.
Y por último agradecer a Luis Fernando Zayas, viejo y queridísimo amigo, en pocas familias tengo tantos, Manolo, Juan, Luis Fernando, Pepe, éste último sacerdote de Jesucristo en los Heraldos del Evangelio, Luis Fernando jr., el celo incansable por Dios y por la Iglesia. Del que éste libro y la salvación de El Pan de los Pobres, son una muestra más de trabajo bien hecho. Qué Dios te lo pague. Y es muy buen pagador.