Miguel Menéndez Piñar
Discurso pronunciado en el acto que organizó
la Asociación en Defensa del Monumento de Majadahonda
17 de Enero de 2015
Un año más, como parte de la liturgia del amor a nuestro Solar Patrio, acudimos a Majadahonda, a venerar esta tierra que pisamos y que fue regada por la sangre de Ion Mota y Vasile Marín, durante la última cruzada, un 13 de enero de 1937. Y lo hacemos, bajo los arcos de este magnífico monumento en el que podemos contemplar las cuatro virtudes cardinales que son la base de nuestra Lealtad:
Que setenta y ochos años después de que Ion Mota y Vasile Marín cayeran sigan estas piedras recordando su sacrificio, es un acto de Justicia permanente, sobre todo cuando han sido derribados en los últimos años casi todos los monumentos al Honor por la memoria histérica y vengativa de los perdedores. La Justicia de rendir homenaje a nuestros caídos, la encontramos aquí, en este suelo de Majadahonda, donde todavía hoy nos reunimos año tras año. Uno de los cuatro arcos del monumento, es por tanto, el arco de la Justicia.
El monumento es, también, como un faro para la militancia y así debe guiar nuestras actuaciones y acometidas, cumpliendo en cada momento con el deber de nuestros Ideales. La virtud de la Prudencia rige el actuar rectamente y no, por unas supuestas cautelas, la omisión o dejar de actuar. Prudencia es, por tanto, la virtud que llevó a Mota y Marín a enrolarse en nuestras filas para empuñar las armas junto a nuestros mayores por Dios, España y Rumanía. Junto al arco de la Justicia, encontramos el arco de la Prudencia.
El tercer arco del monumento que contemplamos es la virtud de la Templanza, la templanza que hace austeras y sobrias estas piedras y nos describe así cómo eran nuestros mayores. Porque este monumento fue levantado por el sacrificio y la renuncia a otros bienes de camaradas tan excepcionales como Horia Sima, el Príncipe Sturza, Nicolás Rosca o Blas Piñar, que costearon su construcción y mantenimiento, o la familia que donó gratuitamente este terreno.
El último arco es el que nos recuerda la virtud de la Fortaleza, pues este monumento está cimentado y levantado sobre la sangre derramada por Mota y Marín. Y la sangre, la sangre de nuestros caídos, es el mejor y mayor testimonio que tenemos para vencer las adversidades, encontrando en ella la Fortaleza suficiente para mantenernos fieles a nuestros Ideales.
Y verticalmente erguida, entre las cuatro virtudes del monumento, (Justicia, Prudencia, Templanza y Fortaleza), está la columna de la Fe que sube al Cielo y en lo alto abre sus brazos por el remate de la Cruz.
Para mantener en pie los arcos de estas virtudes y la columna de la Fe, un grupo de camaradas hemos entrado a formar parte de la Asociación para la Custodia del Monumento a los Legionarios Caídos de Majadahonda. Hemos dado un paso al frente para preservar este magnífico monumento, tanto de la maldita “Memoria Histórica” como de los antifascistas y otros especímenes que lo cubren de pintadas durante el año.
Por ello, la Asociación propietaria del monumento, os lanza el reto, para cumplir este año con dos propósitos:
1. Perseverar en nuestro agradecimiento a quienes, dejando su Patria, llegaron a la nuestra para ayudarnos a vencer al enemigo común y defender sin reservas la Fe y la Patria que estaban en peligro. De esta manera, seremos capaces de mantener vivo el recuerdo a Ion Mota y Vasile Marín, sabiendo que su ayuda, esta vez desde el Cielo, servirá para reconstruir nuevamente la España que tanto amamos.
2. Recaudar los fondos necesarios (veinticinco mil euros), para construir un muro perimetral que proteja el monumento y así se vea libre de los ataques vandálicos de los antifascistas y similares. Una vez que hemos blindado jurídicamente el terreno y el monumento, debemos empeñarnos en mantenerlo en su máximo esplendor. Para ello, os pedimos a todos vuestra generosa colaboración. Podéis preguntar por Alfonso que os podrá facilitar unos bonos o el número de cuenta al finalizar el acto. En las próximas semanas, y a través de las distintas organizaciones patriotas, lanzaremos una campaña para recaudar fondos con este concreto objetivo.
No vamos a permitir que borren nuestra historia ni vamos a consentir que sea abandonado este monumento que hermana a Rumanía con España con el vínculo de la sangre derramada. Nos comprometemos a ello desde la Asociación del Monumento y os animamos a todos a ayudarnos en esta tarea.
Gritad conmigo,
Ion Mota y Vasile Marín, ¡Presentes!
¡Viva Rumanía! ¡Arriba España!