Sobre el funeral por Franco, José Antonio y todos los Caídos por Dios y por España
Redacción FNFF
En la madrileña iglesia de San Jerónimo el Real se ha celebrado un año más el funeral por el eterno descanso de las almas de Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera y todos los Caídos por Dios y por España. Contó con la presencia de la Presidenta de la FNFF, Dña Carmen Franco Polo, Duquesa de Franco, sus hijos D. Francisco y D. Jaime, el Secretario General, D. Ricardo Alba Benayas, D. José Utrera Molina, D. Blas Piñar Gutiérrez, así como varios miembros de la Junta Directiva y del Patronato.
Un año más esta iglesia lo acoge, pero se salió con muy mal sabor de boca. La falta de valentía del sacerdote oficiante para pronunciar sus nombres supone varias cosas. Una es la evidente falta de respeto y consideración hacia los protagonistas recordados, hacia los familiares del Generalísimo Francisco Franco, allí presentes, y también hacia quienes acudimos un año más a rendirles tributo de agradecimiento y lealtad. En todos los funerales se pronuncia el nombre del finado.
Asistentes a la Misa
Otra es la escenificación de la complicidad de un sector no pequeño de la jerarquía eclesiástica española con los nuevos tiempos, que se caracterizan por una falta absoluta de valor para defender la Verdad y enfrentarse a los servidores del Maligno y a los relativistas, que hoy abundan sobremanera en nuestra dolorida España, dejando el camino expedito a los falsificadores de la Historia y a los revanchistas que persisten en la destrucción de España y la expulsión de la Fe Católica de la vida pública. Tenemos muy reciente el acoso político sobre el Valle de los Caídos, auténtico Altar de la Patria, como el mismo Caudillo pretendió que fuera y recordamos cómo esos mismos jerarcas de nuestra Iglesia se ausentaron clamorosamente de las Misas de Campaña a la intemperie, abandonando a los Monjes Benedictinos y a los fieles a su suerte. Algunos dirán que trabajaron en silencio por salvarlo. No lo sabemos, pero quienes nos piden valentía desde los púlpitos creemos que nos la deben enseñar con el ejemplo.
La Iglesia Católica Española fue salvada del exterminio marxista y anarquista por la victoria de Francisco Franco en la Cruzada de Liberación, nombre con el que ella misma calificó a la guerra civil, y por ello debiera estarle siempre agradecida. Al menos así lo estamos los españoles que conocemos la Historia. El sacerdote oficiante, y quien probablemente le diera sus instrucciones, no deben olvidar nunca que, si ellos hoy son sacerdotes y obispos, es gracias a Franco, y esto es algo que no admite discusión.
De lo que podemos estar seguros los que acudimos al funeral es de que cumplimos un año más con nuestro deber de recordar y honrar a dos hombres fundamentales de nuestra Historia y a todos los demás Caídos, en una Misa católica en España. Desde el Cielo ellos también lo saben.
Caídos por Dios y por España ¡Presentes!
José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!
Francisco Franco ¡Presente!
¡Viva España! ¡Arriba España!