La Fundación con sus delegaciones: En recuerdo y apoyo a los que dieron su vida por España en la defensa de Belchite

Adolfo Coloma
Coordinador General de las Delegaciones

Ha sido hoy 25 de septiembre, al mediodía de un caluroso día otoñal en La comarca del Bajo Ebro, en la provincia de Zaragoza. Caluroso sí, pero nada comparable al terrible sofoco que padecieron los defensores de Belchite y de la Ermita del Calvario, en Codo, del 24 de agosto hasta el 6 de septiembre de 1937. El verano mas tórrido que se recuerda desde que existen registros del clima en la zona.

Nada ha podido impedir que un nutrido grupo de irreductibles defensores de los valores que encarnó la España de Franco, acudieran al calor de la Agrupación de Banderas de Falange y se dieran cita en la Ermita de Codo. Una representación de la Fundación Nacional Francisco Franco con los Delegados de Zaragoza, Huesca y Tarragona les acompañamos para dar testimonio de nuestras lealtades y nuestro compromiso con la figura y la obra del Generalísimo.

Con la grandiosa sobriedad de una misa de campaña celebrada en latín, con el mismo canon con el que la oyeron los defensores de aquellas martirizadas posiciones bajo la bóveda celeste y ante la Ermita, como cristianos, pedimos por todos los que allí sufrieron, muchos de los cuales perdieron la vida y agradecimos a los esforzados defensores su heroísmo que en un combate muy desigual, frenaron la ofensiva del Ejército Republicano sobre Zaragoza.

Se les recordó con mensajes de esperanza, de continuidad en la lucha con los medios que se nos ha dado y de fe en la victoria. Se apeló a la formación de un frente que aglutine los esfuerzos de todos cuantos defienden la unidad de España, la igualdad entre todos los españoles con independencia del trozo de suelo patrio que pisen y la defensa de nuestra cultura, religión y tradiciones.

Puede que no fuéramos muchos pero si hombres y mujeres libres y comprometidos con tales empeños. Una serie de himnos patrióticos culminados con la solemnidad del Himno Nacional con la mejor letra que se ha escrito, cerraron el acto que se prolongó en un almuerzo de camaradería en la acogedora localidad de Fuentes de Ebro.

Tal vez no haya sido gran cosa. Pudimos haber disfrutado del día de asueto en cualquier otro lugar o con cualquier otra actividad lúdica. Pero no, hemos querido estar allí, pisando la posición que ellos defendieron, bajo el mismo Cielo en el que confiaron, para decirles con nuestra presencia, con nuestra oración, apenas en un susurro pero con toda determinación, gracias por vuestro ejemplo.
Luego nos hemos despedido. Cada uno ha emprendido el regreso a su hogar con esa íntima satisfacción que te produce el deber cumplido.