¡Tu carrito está actualmente vacío!
Puedes consultar la información de privacidad y tratamiento de datos aquí:
- POLÍTICA DE PROTECCIÓN DE DATOS
- SUS DATOS SON SEGUROS
En la noche del día 21 de febrero, en la sala de Cultura del Sporting Club Casino, gentilmente cedida por su junta directiva, se celebró, ante un concurrido auditorio organizada por la Asociación Nacional Cultural e Histórica de Víctimas del Frente Popular, y la Delegación Provincial de la Fundación Nacional Francisco Franco, una charla que daba inicio al ciclo de actividades de invierno-primavera 2025, “el año de Franco”, una conferencia titulada “La Transición. De las Leyes Fundamentales a la Constitución «, que fue impartida por el abogado del Ilustre Colegio de la Coruña D. Juan Santos Porto, quien fue presentado por el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco de La Coruña, D, Antonio Rey Rubal.
En el transcurso de la charla, Juan Santos, apoyado en un presentación visual, mantuvo su opinión sobre la situación actual de España, abogando “que todo analista crítico y objetivo debe meditar para tener una visión libre, precisa y sin imposiciones que nos obliguen a aceptar la aplicación de las fanáticas leyes de memoria democrática e histórica que desde el Gobierno y las CCAA del PP y PSOE se están desarrollando a través de observatorios, comisiones y otros nombres rimbombantes, generosamente subvencionados con el dinero público de nuestros impuestos, para que ese relato sea unidireccional y sin espacio a conclusiones y opiniones libres y objetivas”.
Su charla la definió “para hombres libres, no es para vasallos dispuestos a aceptar por la fuerza, o sin ella en muchos casos, los dogmas que imponen y dicen que obligan a nuestras autoridades a destruir cruces cristianas, profanar tumbas, condenar a personas fallecidas sin opción a la defensa o intentar borrar la información objetiva a través de cobardes condenas de un régimen sin derecho a réplica, y a demonizar a más de la mitad de los españoles o sus antepasados como hizo José María Aznar (Congreso de los Diputados, 20-N-2001), condena que perfeccionó el prócer de la dictadura narco-socialista venezolana José Luis Rodríguez Zapatero (ley 52/2007, de 26 de diciembre, de Memoria Histórica), continuó con Mariano Rajoy (con sus políticas de consentimiento e inacción) y que ha llevado a extremos inimaginables para cualquier hombre libre Pedro Sánchez (ley 20/2022, de 19 de octubre, de memoria democrática) al intentar ilegalizar a quienes en el ejercicio de su libertad se dediquen a conservar documentación y fomentar un estudio histórico y riguroso como la FNFF”.
Realizó un minucioso recorrido por los sucesos histórico acaecidos en nuestra Patria desde la caída de la monarquía de Alfonso XII al fallecimiento de Generalísimo Franco, para de seguido adentrarse en las Leyes Fundamentales de Régimen de 18 de julio, haciendo una comparativa con la Constitución de 1978, que surgió formalmente amparada por las Leyes Fundamentales del Reino a través de la Ley de Reforma Política de 1.977, que agrupa en una serie de Títulos los distintos fueros o derechos que ya habían sido conquistados para los españoles mucho tiempo atrás, “y tiene como principales y casi únicas novedades: la debilitación del estado y renuncia a los objetivos comunes con la imposición de las CCAA; la vuelta a la predominancia de los partidos políticos en la vida pública, eliminando así la participación directa y sin intermediarios de la ciudadanía en el parlamento; (el retorno al capitalismo extremo generador de la lucha de clases, reforzado con una organización del Estado elefantiásico, devorador de todos los recursos imaginables a través de los impuestos; y el regreso del estado aconfesional, frente al católico con libertad religiosa del anterior régimen, que reflejaba el sentir moral mayoritario de los españoles”.
Juan Santos destacó la mayor libertad de aquellos Procuradores contra los parlamentarios actuales “la misión de unos y otros es diferente, porque los Procuradores, como sistema democrático directo, ejecutan lo que le ordena su mandante, la ciudadanía, por sus méritos (los menos) o la mayoría de ellos tras ser elegidos por todos los españoles o los votantes de su sector de procedencia; mientras que el parlamentario del sistema democrático indirecto o representativo negocia en función de sus intereses partidistas con el valor del número de votos obtenido por su partido en unas elecciones, no por él ni por sus votantes”.
La charla finalizó con un animado coloquio.