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Amigos y camaradas:
Siempre ha constituido para nosotros un ineludible deber rezar por almas de JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA y de FRANCISCO FRANCO, en los repectivos aniversarios de su fusilamiento y de su muerte, así como por las de todos los CAÍDOS POR DIOS y POR ESPAÑA, al tiempo que les tributamos nuestro homenaje de recuerdo y gratitud por su ejemplo y su legado.
A ti José Antonio, capitán de Juventudes, inmolado víctima del odio marxista, que ofrendaste tu sangre generosa, pidiendo que ojalá fuera la tuya la útlima sangre española que se vertiera en contiendas civiles, que nos diste el aleccionador ejemplo de una conducta viril y de una entrega sin límites y nos legaste una doctrina para el combate y la defensa de España, asentada en nobles ideales, superadora de la lucha de clases, animada por el ferviente deseo de alcanzar la meta irrenunciable de recuperar para todos los españoles la Patria, el Pan y la Justicia.
A ti Francisco Franco, defensor de la Fe, Caudillo de la Guerra y de la Paz, la espada más limpia de la Historia, que salvaste a España de las garras del marxismo ateo y asesino y nos diste una Patria Católica, unida y en paz, con orden y prosperidad, con leyes justas que amparaban a todos los españoles, que hiciste posible erradicar el hambre y la miseria, que construiste un verdadero Estado Nacional, cuya soberanía nunca estuvo a merced, como ahora, de las añagazas y los intereses de los mercaderes de la política, y que constituía la envidia del mundo entero.
A vosotros, héroes y mártires de la Cruzada, que disteis la existencia por la esencia, haciendo frente a los enemigos de España, a los que quisieron dejarnos sin Religión y sin Patria; a vosotros, que rubricasteis con vuestra sangre las gloriosas páginas del valor y el heroismo nacionales, puestos de relieve en las gestas del Alcázar y de Nuestra Señora de la Cabeza, en el Alto de los Leones o en la Sierra de Alcubierre…”donde hay una fuente que mana sangre de los falangistas que murieron por España”… A vosotros, nuestra eterna gratitud porque de esa sangre que empapó la tierra española brotó “una Patria limpia y justa como un entrañable hogar” y nos devolvío el orgullo de ser españoles.
Éste es el legado y el mandato imperativo que, ante la dramática situación por la que atraviesa nuestra Patria, hace que este acto, además de ser la expresión del recuerdo y el homenaje agradecido a quienes nos precedieron en el combate por Dios y por España, haya de constituir una expresión clara de afirmación de los Principios y los Valores Nacionales – Dios, Patria y Justicia – , al tiempo que el testimonio de repulsa a un sistema político que nos ha llevado al caos y a la destrucción:
– que ha renegado de Dios y lo ha desterrado de sus leyes.
– que ha puesto en peligro la sagrada unidad de España, sobre la que se cierne la amenaza de la ruptura por las ansias separatistas, frente a las que los poderes públicos permancen inermes.
– que pacta, negocia con los terroristas asesinos y permite que sus crímenes queden impunes con condenas que resultan irrisorias, o con aberrantes excarcelaciones.
– que ha legalizado el crimen más abyecto contra la vida de los no nacidos.
– que ha destruido a la familia, desvirtuando el valor de la institución matrimonial y ha socabado los cimientos de nuestra sociedad.
– que pervierte a nuestra juventud convirtiéndola en una masa borreguil y sumisa, fácilmente manipulable, sin valores y sin el más mínimo sentido del patriotismo.
– que ha sumido al puebo español en la ruina económica, condenándolo al paro, al hambre y a la miseria.
– que no garantiza ni la vida ni la hacienda de los españoles.
– que olvida que los españoles han de ser los primeros en la protección del Estado y ante ese inexcusable deber, de dar protección y amparo a tantas familias sin recursos, dan prioridad – por oscuros intereses y por un falso sentido de lo que ellos llaman solidaridad, y nosotros, caridad cristiana- a una masa ingente de inmigrantes que ponen en peligro la convivencia y pretenden instalarse en nuestro suelo haciendo prevaler sus primitivas costumbres y sus doctrinas perversas.
– que ha institucionalizado la inmoralidad y la corrupción.
– que sólo se sirve a sí mismo, siendo su único objetivo el mantemiento de sus poltronas y de sus prebendas, sin importarle lo más mínimo la deriva, sin retorno, que va tomando la Nación española, ni el bien común de su pueblo, que sufre la injusticia de la existencia de españoles de primera clase – aquellos, sus aliados y compinches- y de segunda, éstos a los que se le niega el pan y la sal.
– que vuelve a enfrentar nuevamente a los españoles.
– que ha reabierto las viejas heridas, ya olvidadas y cicatrizadas, gracias a la “Paz de Franco”, pretendiendo reescribir y falsificar la Historia, encumbrando a los profanadores, los sacrílegos, los iconoclastas y los asesinos, a los que se presenta como mansos corderos, propiciando el que el mayor genocida de la historia de España, el “carnicero de Paracuellos” tenga una calle en la capital de España, y relegando al olvido a los héroes y mártires de nuestra Cruzada, con ese engendro de la ley llamada de la “memoria histórica” que no es otra cosa que la “ley de la revancha y el resentimiento de los vencidos”.
Nadie pronuncia tu nombre / Capitán Francisco Franco,
aquellos que tu elegiste/ reniegan de tu pasado.
Dicen que no queda nada/ de aquellos cuarenta años,
que tus ideas no valen / que tus palabras pasaron.
Los mismos que tú elegiste/ los mismos que has emcumbrado,
a los que diste el poder/ Capitán Francisco Franco.
Ya sé que tú nos decías/ que estaba muy bien atado,
pero todos perjuraron/ antes que cantase el gallo.
Negaron todas tus obras/ borraron todos tus pasos,
aventaron la semilla y hasta tu nombre olvidaron.
¡Ay del que no teme munca/ las iras del pueblo llamo!
el coraje de ese pueblo/ será como un latigazo
que expulse a los fariseos/ traidores y mercenarios.
No descanses todavía/ Capitán Francisco Franco,
aún te queda otra batalla/ ¡¡la guerra no ha terminado!!
La guerra no ha terminado porque los enemigos de la Patria nunca firmaron la paz.
Lo que no fueron capaces de hacer envida de Franco, quieren hacerlo ahora (ya lo han hecho) ensañándose con el gigante que ya no está. Es la hora de los enanos: de los resentidos, de los vencidos y de las ratas y también lo es, no lo olvidemos, la hora de los traidores y perjuros, de los vendepatrias – desde la más alta Magistratura de la Nación hasta el último acomodado de este perverso sistema- y también, la hora de los cobardes y los pusilánimes, de los desertores, de los entreguistas y los cobardes, todos ellos, el más vil ejemplo de la antipatria y la vergüenza nacional.
Por eso, en esta hora, ante la dramática situación, que se cierne como una noche negra y tenebrosa sobre España, tiene que surgir la lealtad a nuestros héroes y a nuestros mártires; la firmeza y el coraje de seguir adelante, con la fe puesta en Dios, que todo lo puede, para recobrar la Unidad, la Grandeza y la Unidad de la Patria.
¡¡ VIVA CRISTO REY!!
¡¡ ARRIBA ESPAÑA!!