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Tal día como hoy, pero en 1936, ante la grave situación que está pasando España, Francisco Franco escribe una carta al ministro Casares Quiroga, donde le recomienda que se entreviste con los altos mandos del Ejército para llegar a un acuerdo y evitar daños mayores: una guerra civil. Este aviso de Franco venía porque los militares que con Sanjurjo, Cabanellas, Mola y Queipo de Llano preparaban un golpe de Estado que liquidara al Frente Popular, le invitaron a sumarse. Él les recomendó ganar tiempo pues podía producirse una guerra civil, que era el peor de los remedios.
Pero Casares Quiroga no dio ninguna respuesta, ya que el Gobierno no solo se ratificaba en su comportamiento sino que estaba seguro de su victoria. Por lo tanto, tras haber intentado frenar esta situación de todas las formas que pudo, Franco comunicó a sus compañeros de armas que podían contar con él. Se le encargó tomar el mando de las fuerzas africanas que eran las más importantes. Un avión británico, pagado por Juan March, se encargó de llevarle a Tetuán. Desde aquí cruzó el Estrecho con habilidad, eludiendo la superioridad naval republicana, reforzó la posición de Queipo de Llano en Andalucía y luego por La Mancha fue a rescatar a los defensores del Alcázar de Toledo preparando también su marcha hacia Madrid. En estos momentos él no ejercía el poder pues éste correspondía a una Junta de Defensa.