30-05-1919: Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús

Tal día como hoy, pero en 1919, se hizo la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid), centro geográfico de España. Para ello vino el nuncio de Su Santidad, Francesco Ragonesi, con la asistencia del rey Alfonso XIII. En el 50 Aniversario de la Consagración, S.E. El Jefe del Estado, D. Francisco Franco, renovó la Consagración en la nueva Basílica, reconstruída entre 1944 y 1965, tras haber sido dinamitada durante la guerra civil. No se puede olvidar esa horrible imagen en la que los milicianos posan “fusilando” al Sagrado Corazón. Francisco Franco repitió la oración que hace 100 años leyó Alfonso XIII:

 

Corazón de Jesús Sacramentado,

Corazón del Dios – Hombre, Redentor del Mundo,

Rey de Reyes y Señor de los que dominan:

España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones,

se postra hoy reverente ante ese trono de tus bondades

que para Ti se alza en el centro de la Península.

 

Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la integran,

han constituido en la sucesión de los siglos,

y a través de comunes azares y mutuas lealtades, esta gran Patria Española,

fuerte y constante en el amor a la Religión y en su adhesión a la Monarquía.

 

Sintiendo la tradición católica de la realeza española

y continuando gozosos la historia de su fe y de su devoción a Vuestra Divina Persona,

confesamos que Vos vinisteis a la tierra a establecer

el Reino de Dios en la paz de las almas redimidas por vuestra sangre

y en la dicha de los pueblos que se rijan por vuestra santa Ley.

 

Reconocemos que tenéis por blasón de vuestra divinidad

conceder participación de vuestro poder a los príncipes de la tierra,

y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas,

en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz.

Vos sois el camino seguro que conduce a la posesión de la vida eterna;

luz inextinguible que alumbra los entendimientos para que conozcan la verdad

y el principio propulsor de toda vida y de todo legítimo progreso social,

afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de vuestra gracia

todas las virtudes y heroísmos que elevan y hermosean el alma.

 

Venga, pues, a nosotros Vuestro Santísimo Reino,

que es Reino de justicia y de amor.

Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares,

en la inteligencia de los sabios, en las aulas de las ciencias y de las letras

y en nuestras leyes e instituciones patrias.

 

Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente

de la común desgracia de la guerra, que a tantos pueblos ha desangrado.

Continuad con nosotros la obra de vuestra amorosa providencia.

 

Desde estas alturas que para Vos hemos escogido

como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas,

bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios,

para que en la pacífica armonía de todas las clases sociales encuentren justicia y caridad

que haga más suave su vida, más llevadero su trabajo.

 

Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos armados de la Patria,

para que en la lealtad de su disciplina y en el valor de sus armas

sean siempre salvaguardia de la nación y defensa del derecho.

 

Bendecidnos a todos los que aquí reunidos en la cordialidad

de unos mismos santos amores de la Religión y de la Patria,

queremos consagraros nuestra vida pidiéndoos como premio de ella

el morir en la seguridad de vuestro amor

y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable.

Así sea.

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 Como decimos, al terminar la guerra se decide hacer construir un nuevo Monumento, siendo una réplica del anterior, siendo Pedro Muguruza y Luis Quijada Martínez los arquitectos encargados del proyecto. Aniceto Marinas fue, de nuevo, el escultor de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de 11,50 metros, mostrando a Cristo con los brazos abiertos, y su pedestal, de 26 metros. Los grupos escultóricos de la base serían de Fernando Cruz Solís. Estas imágenes están situadas a los lados del pedestal, y están personificadas con figuras reales. Los delanteros representan a la “España misionera”, donde aparecen Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Hernán Cortés y Fray Junípero Serra; el segundo grupo de delante es la “España defensora de la fe” representada por Osio, obispo de Córdoba, Don Pelayo, Diego Laínez, Juan de Austria y el beato Anselmo Polanco; y los grupos posteriores nos muestran a la “Iglesia militante”, representado por la “Caridad”, personificada por una religiosa guiando niños; la “Virtud”, representada por una niña con flores y otra vestida de niña de Primera Comunión; el “Amor”, por un hombre y una mujer del pueblo con un niño en brazos y además un hombre desnudo que se dirige a Cristo; y, por último, el grupo que representa a la “Iglesia triunfante”, con las imágenes de San Agustín, San Francisco de Asís, Santa Margarita María de Alacoque, Santa Teresa de Jesús, Santa Gertrudis y el beato Bernardo de Hoyos.

La base está compuesta de un altar con la oración “Sagrado Corazón, en Vos confío” y encima figura la frase “España al Sagrado Corazón de Jesús”. Los escudos que encontramos a los lados son el del Papa León XIII a la izquierda, y el escudo episcopal de Francesco Ragonesi, Nuncio en España en aquel momento, a la derecha.

Este nuevo monumento fue inaugurado en el año 1965. Se conserva lo que quedó del anterior monumento (la base y el arranque del pedestal). Dichas ruinas fueron trasladadas al lugar que hoy ocupan para dejar despejado el solar para la nueva construcción. El nuevo monumento se levantó en el mismo lugar que ocupaba el original.


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