A la defensa de la verdad histórica

Juan Chicharro Ortega

General de División de Infantería de Marina (R.)

Blog GeneralDávila

Brillante
y clarificadora la conferencia impartida, recientemente, por Santiago
Milans del Bosch, sobre algunas cuestiones jurídicas en la aplicación de
la Ley de Memoria Histórica y de la reciente Proposición de Ley de
reforma de la misma.

Relevantes
articulistas de la prensa diaria (Carlos Herrera, Herman Therstch, Fernando
del Pino, etc.) inciden estos días sobre este mismo asunto y desde este
mismo BLOG ya se han publicado, también, dos artículos : “En
peligro la libertad, la memoria y la dignidad
” del General Dávila y “Una
Ley para la venganza histórica
” del que suscribe estas líneas.

Insisto
hoy de nuevo, aquí, debido a la gravedad de cuánto podría suponer la posible
entrada en vigor de una ley a la que se podrán dar muchos calificativos pero
que es ante todo una norma simplemente liberticida y totalitaria en grado sumo.

“A
la defensa de la verdad histórica” es como título este artículo, y, SÍ, es una
llamada a la movilización intelectual y una insistente apelación a no
quedarnos de brazos cruzados ante las intenciones sectarias llenas de odio y de
rencor de una izquierda vengativa que quiere transformar la verdad de nuestra
historia reciente al hilo de una adormecida e indolente sociedad. No cabría
tener temor si el partido principal del centro derecha, el PP, fuera fiel
a sus principios funcionales, pero dada la deriva relativista que
este partido ha tomado en los últimos tiempos intuyo que poco o nada se puede
esperar de este grupo en la defensa de la verdad – sólo van a lo suyo – y en
relación al emergente Ciudadanos, al parecer ya consolidado según las
encuestas, cabría decir tres cuartas partes de lo mismo. Consecuentemente cabe
esperar lo peor y por lo tanto no nos queda otra que escribir y escribir
con la esperanza de despertar la conciencia de muchos de sus todavía
partidarios – que yo creo son mayoría – para oponerse a la ignominia que
supondría la entrada en vigor de la citada Proposición.

Esta
Proposición es un ataque directo a la libertad de expresión e
ideológica que consagra el artículo 16 de la Constitución por lo que no
cabe duda de su inconstitucionalidad, situación que más tarde o temprano
tendría que darse, si bien ya saben Vds. aquello de “cosas veredes amigo Sancho” y en un país donde hemos visto que la
aplicación de la vigente LMH se ha hecho – y se hace – de la forma
más torticera, ante la pasividad de quienes tenían que enfrentarse a ella,
presumo malos vientos.

Le
supongo enterado, querido lector, de que muchas de las iniciativas para cambiar
el callejero de nuestras ciudades, así como en otros casos, han sido
cautelarmente paralizadas por los órganos judiciales ya que no se
puede considerar, por ejemplo, que cambiar el nombre de la calle X se
pueda hacer al amparo de lo que dice el artículo 15 de la LMH por no
sustanciarse que el nombre de dicha calle suponga exaltación de la sublevación
militar en ningún caso.

A
ver, para cambiar el nombre de una calle o retirar una cruz o monumento en
suelo de titularidad pública no hace falta para nada ampararse en la LMH. Basta
con que se apruebe por mayoría siguiendo los procedimientos administrativos
reglados. Sucede que de hacerse así podría darse el caso de que la oposición se
opusiera simplemente expresando que hay otras prioridades en las que emplear el
dinero público. He aquí la razón de la “necesidad” de justificar dichos cambios
en el fraudulento cumplimiento de la LMH, actuación que se hace ante el
desconocimiento, o peor aún, cobardía de quienes deberían oponerse a dichas
medidas.

Sólo
cuando se acude a los tribunales de justicia, esgrimiéndose de que no se
trata de supuestos del artículo 15 de la LMH, los órganos judiciales
suelen dar la razón – como estamos viendo – a quienes se oponen al acto
administrativo dictado “ en cumplimiento de la LMH” por no ser verdad.

Una
vez más estamos ante la necesidad de que sea la justicia quien ponga orden en
el desaguisado continuo en el que los políticos profesionales nos meten una y
otra vez. No quiero ni pensar cómo se resolvería el problema independentista
planteado en Cataluña si no fuera por las actuaciones de los
diferentes órganos judiciales. Sin la intervención de estos España estaría muy
cerca del desastre; pero como bien sabemos la justicia es lenta, y sí, al final
llega, pero se da el caso de que cuando así sucede a veces los hechos ya se han
consumado como estamos viendo continuamente. Un ejemplo lamentable de esto es
lo que ha sucedido con el derribo de la Cruz de Callosa del Segura hace
poco.

La
reciente Proposición de Ley de reforma de la vigente LMH que el PSOE ha
presentado, y el Congreso ha admitido a trámite, ha soliviantado de nuevo los
ánimos de una parte de la sociedad española que asiste atónita a estos
movimientos sin acabar de entender este afán por levantar heridas en lugar de
dedicarse a resolver los verdaderos problemas que le preocupan.

Yo
no creo en las “meigas” pero haberlas “haylas” y cabe
preguntarse qué es lo que hay detrás de todos estos políticos que se empeñan en
destrozar nuestra patria al son de oscuros dictados.

Hay
que actuar ya “no en defensa” sino “a la defensa” de la verdad de forma activa
y beligerante.


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