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Juan Chicharro Ortega
General de División de Infantería de Marina (R)
Presidente Ejecutivo de la FNFF
Hijo y sobrino de combatientes divisionarios
Soy hijo de divisionario. Mi padre y tres hermanos suyos fueron a luchar a Rusia contra el comunismo soviético encuadrados en la División Azul. Dos de ellos cayeron allí para siempre en combate. Los restos de mi padre reposan en el Panteón de la División Azul en la Almudena.
Me honro en pertenecer a la Hermandad de la División Azul, una organización que con carácter histórico y sin ninguna connotación política, más allá de la defensa de los valores por los que tantos lucharon, guarda y respeta el recuerdo de los divisionarios. Es parte de la historia de España.
El pasado día 10 del presente mes acudí como suelo hacer todos los años al cementerio de la Almudena para honrar a los caídos de la División Azul con motivo del 78 aniversario de la batalla de Krasny Bor. Un acto organizado por la Hermandad nacional de la División Azul. Allí se rezó y recordó una de las mayores gestas de las armas españolas de toda nuestra historia militar.
Con posterioridad, el día 13, fecha exacta del aniversario de la citada batalla se llevó a cabo OTRO ACTO DISTINTO en el mismo sitio organizado por una asociación denominada “Juventud Patriótica”. No estuve allí y por lo tanto no puedo hablar del mismo más que por los vídeos que he podido ver. Hoy veo en diferentes medios un ataque directo a la División Azul y a los divisionarios basados en muchas cosas pero esencialmente en las palabras que una militante de esa organización pronunció diciendo que “el judío es el culpable y la División Azul luchó por ello”.
Desde estas líneas rechazo tajantemente y con vehemencia lo que esa militante dijo envuelta en la gran confusión que tiene respecto a la nula relación de la División Azul con el problema judío en la II GM.
Uno de los graves cánceres que padecemos en la sociedad actual es el desconocimiento absoluto de la historia real. Si algo se conoce es la manipulación y falseamiento de hechos e ideologías. A ver si se enteran : el divisionario joven de camisa azul era el del espíritu social y de humanismo cristiano que pocas coincidencias tenían con el nacionalsocialismo alemán y se desarrolló en el Tercer Reich.
Con estas palabras esta militante con su torpeza ha dado pie y alas a quienes desde la ignorancia más supina acusan a los hombres que un día fueron a luchar a Rusia, contra el comunismo soviético, de genocidas, nazis y no sé cuantas lindezas más.
La historia es la que es y difícilmente la van a poder ensuciar quienes cegados por el odio acusan a la División Azul de connivencia alguna con lo ocurrido con el pueblo judío, entre otras cosas debido a su ignorancia total de lo sucedido así como de la actitud del régimen franquista a propósito de lo que ocurrió con los judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Por eso no está de más recordar que finalizada la II GM el entonces presidente del Congreso Mundial Judío, Maurice L. Perlzweig, se dirigió al General Franco para manifestarle la profunda gratitud de los judíos por el refugio que España había facilitado a los que procedían de los territorios bajo ocupación militar alemana. La carta que Perlzweig envió a Franco decía literalmente: “Los judíos son una raza poseedora de gran memoria y no han de olvidar fácilmente la oportunidad que se ha brindado a miles de sus hermanos para salvar su existencia”. Esto es historia y punto.
Fueron muchos los diplomáticos españoles que dieron todo de sí en la defensa de los judíos pero también, en el campo de batalla y a su paso por Polonia en su camino al frente, los divisionarios españoles aportaron su granito de arena protegiendo y defendiendo a los judíos. Sepan los que hoy tildan a los divisionarios de tantas barbaridades que son incontables los casos en los que estos y el mando español se las tuvieron tiesas con el mando alemán por la defensa que estos hicieron a su paso por Polonia y por los países bálticos de los judíos maltratados.
La División Azul, los divisionarios, fueron a luchar contra el sistema comunista soviético de infausto recuerdo para la humanidad y su actitud humana estuvo siempre dentro de los cauces de las leyes de la guerra. Y aquí incluyo, una vez más, la actitud con el pueblo judío. Y no lo digo yo. Es algo reflejado mil veces por numerosos historiadores de reconocido prestigio desde la más estricta neutralidad.
Flaco favor han hecho a la División Azul y al recuerdo de los divisionarios caídos las palabras de esta señorita al relacionar a la División con lo que ella llama “el judío”. Craso error fruto de la ignorancia y torpeza más supina.
Por lo que a mi respecta reitero que en ese panteón de la DA en la Almudena reposan los restos de mi padre y les aseguro que al oír esas palabras debió estremecerse y revolverse de rabia e impotencia.