Actualidad de Francisco Franco

En los meses transcurridos desde nuestro último boletín
han tenido lugar numerosos acontecimientos relacionados con la España de
Franco.
Tenemos que concluir que Franco
sigue muy vivo en la memoria colectiva de los españoles, y de que su figura
condiciona en gran medida la actualidad nacional.

La presencia de Francisco Franco en los medios de
comunicación ha estado dominada por la Proposición No de Ley (PNL) presentada
por el Partido Socialista, y votada favorablemente por el Congreso el 11 de
mayo de 2017, que propone exhumar a Franco de su tumba del Valle de Los Caídos.
Esta PNL fue votada a favor por todo el
Congreso, con la excepción del PP y de ERC, que se abstuvieron, y ni un sólo
diputado (salvo una diputada del PP que se equivocó) votó en contra de la
exhumación. Esta votación ha puesto de manifiesto dos realidades: En primer
lugar, un claro divorcio entre la clase política y el pueblo español, ya que
las dos encuestas que se llevaron a cabo por Internet (una de 20minutos y otra
de La Razón) indicaron que los españoles, tanto de derecha como de izquierda, somos
partidarios de que Franco continúe enterrado en el Valle de los Caídos. Y en
segundo lugar, un cambio de postura radical del PP, que en marzo pasado (es
decir, dos meses antes), votaba en contra de una propuesta similar en la
Comisión Constitucional.

El divorcio entre el pueblo español y la clase política
es una consecuencia natural de la partitocracia en la que nos encontramos, y no
puede sorprendernos.
En todo caso,
el apoyo que ha prestado a Francisco Franco el pueblo español a través de las
encuestas citadas es una prueba palpable del respeto que su figura despierta,
pese a la considerable propaganda negativa desplegada por el actual régimen
prácticamente desde su fundación.

El cambio de posición del PP respecto a la exhumación de
Francisco Franco es muy significativo, y una muestra más de su deriva doctrinal
y de su alejamiento de sus bases electorales.
Recordemos
el “Informe de la Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos”,
documento encargado por Rodríguez Zapatero en noviembre de 2011, y que concluía
con la recomendación de la exhumación de Franco; dicha recomendación se tomó
con el voto en contra de todos los miembros políticamente conservadores que formaban
parte de la citada Comisión, encabezados por Miguel Herrero y Rodríguez de
Miñón, un histórico del PP. Este grupo
conservador no sólo se opuso a la exhumación de Francisco Franco, sino que
presentó un voto particular, muy bien articulado, argumentando por qué no procedía
la exhumación. Los motivos eran los siguientes: En primer lugar, la exhumación
de un Jefe de Estado por incompatibilidad con su régimen político resulta
impropia en nuestro contexto europeo y occidental, donde no se ha dado nunca
nada semejante. En segundo lugar, se recuerda que la propia Comisión, en su
Informe, acuerda preservar en su integridad la Basílica del Valle de los Caídos,
y por lo tanto es incongruente con dicha decisión la exhumación de Francisco
Franco, que obviamente está enterrado en la propia Basílica. En tercer lugar,
señala las dificultades prácticas de dicha exhumación, ya que la misma requiere
la aprobación de la Santa Sede, es decir, una negociación internacional. Y en
cuarto lugar, señala que la exhumación de Francisco Franco contribuiría a
dividir y radicalizar la opinión pública española, máxime teniendo en cuenta
que el traslado del mismo debería hacerse con los honores correspondientes a un
Jefe de Estado.

La argumentación expuesta en el voto particular citado es
impecable, y permitió al PP de hace tan sólo seis años (2011) posicionarse no
sólo junto a sus votantes, sino con la mayoría de los españoles, como señalan
las dos encuestas que se han llevado a cabo.
En
cambio, durante los debates de la PNL en mayo de 2017, el PP se limitó a
señalar que no existe consenso sobre la exhumación de Francisco Franco, y como
consecuencia de ello se abstuvo. Argumento que roza el ridículo, porque
obviamente no hay consenso en el Congreso sobre prácticamente ningún tema, lo
que obligaría al PP, si siguiera dicho proceder en otras votaciones, a
abstenerse siempre. La realidad es que el PP ha preferido abandonar a sus
votantes y a una amplia mayoría de los españoles para evitarse el calificativo
de “franquista”, lo que le sitúa cada vez más lejos del
centro-derecha que dice representar, y más cerca de una convergencia
liberal-socialdemócrata similar al partido de Macron en Francia. Basta recordar
el argumento de Rodríguez de Miñón acerca de que la exhumación de un Jefe de
Estado por discrepancias políticas es algo que no ha ocurrido nunca en la
Europa moderna, para medir la nueva posición del PP: está dispuesto a alinearse
con algunos cabecillas bárbaros de la antigüedad, que practicaban la violación
de las tumbas de sus enemigos para humillar a los vencidos, y a separarse de
los estados civilizados y modernos, donde dicho proceder es unánimemente
considerado inaceptable por obvias razones morales.

Francisco Franco ha estado también de actualidad estos
últimos meses por los procedimientos judiciales que se han llevado a cabo en
algunos de nuestros pueblos y ciudades en aplicación de la mal llamada Ley de
Memoria Histórica.
Y hemos de señalar que, de forma
unánime, la justicia nos ha dado la razón, dictando que es perfectamente legal
que el nombre de una cuidad recuerde a
la España de Franco. En particular, en los últimos meses Guadiana del Caudillo
y San Leonardo de Yagüe han visto reconocido su derecho a mantener su nombre
tradicional, tras una larga batalla legal que ha terminado, en ambos casos, en
la Audiencia correspondiente.

La
Fundación Francisco Franco continúa su batalla legal contra la Ley de Memoria
Histórica, y en los próximos meses la Fundación actuará contra la retirada del
medallón de Francisco Franco de la Plaza Mayor de Salamanca, y contra el cambio
del callejero de Madrid
, actividades que esperamos que den pronto fruto.
Recordamos a nuestros suscriptores que esta batalla legal tiene costes
importantes, y que necesitamos el apoyo económico de todos aquellos que creen
que la memoria de Francisco Franco debe perdurar para siempre en la España que
tanto amó, y a la que transformó en pocos años, partiendo de un país cuarteado
por el Frente Popular y la guerra, en la novena potencia industrial del
planeta.

 
 
 
 
 

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