Santiago Velo de Antelo
Pocos políticos que vivieron la transición pueden presumir de haber dado un diagnóstico tan claro, contundente y certero sobre los errores que, en esa transición, se estaban cometiendo, como hizo Blas Piñar, quién sin lugar a dudas fue, además, el mejor orador que ha tenido el congreso de los diputados. Y dos han sido los hechos que los políticos del sistema nunca le perdonaron. Ni al principio de la transición, ni tres décadas después, cuando seguía siendo atacado a pesar de su avanzadísima edad.
En primer lugar su certero diagnóstico que nunca le perdonarán. A fin de cuentas, y como ha twiteado Carmelo López-Arias, “anticipó todos los males que hoy corro en España. No obtuvo atención sino insultos. Descanse en paz un católico fiel”.
En segundo lugar su fidelidad a Cristo, así como a su pensamiento social y político. Fue de los pocos que no cambiaron de chaqueta por su bien o carrera política personal. Y eso duele, y mucho, a tanto chaquetero que se veían y ven reflejados en un espejo.
Descanse en Paz, Blas Piñar, quién tras la muerte de Santigo Carrillo dijo a sus intimos: “Ahora, todos a rezar por su alma“.