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Tal día como hoy, pero en 1961, Francisco Franco inaugura el Centro de Formación Acelerada de Jaén, donde pronunció las siguientes palabras:
Habéis escuchado al Ministro del Movimiento y Delegado Nacional de Sindicatos expresaros con palabra fácil y de manera clara la trayectoria del Movimiento Nacional respecto a la transformación social de España. Lo que está ocurriendo en estos días en Jaén es la expresión más fiel de la realización de la doctrina y de las inquietudes del Movimiento Nacional. El Movimiento Nacional constituye una gran revolución política, una necesaria e indispensable revolución política. El mundo vivía de fórmulas viejas, de fórmulas concebidas a través de fines del siglo XVIII y todo el siglo XIX, en que una parte de la clase media, una clase ilustrada, una clase de señores, explotaba una organización política en beneficio casi exclusivo de su clase.
Pero los momentos que se extiende la cultura, que el hombre conoce el puesto preocupa la sociedad y se apercibe de lo que es justo e injusto, la vieja política fue sentenciada, ya no sirvió en adelante para satisfacer sus necesidades.
Los pueblos crecen, aumenta su demografía, se rectifican fronteras y posesiones en el mundo y se requiere la unidad, el orden el trabajo, si queremos, en la gran cucaña universal, alcanzar un puesto de honor o de ventaja. Esto exigía una nueva política.
La provincia de Jaén y otras muchas provincias españolas son un exponente de esta nueva política. Con ella se hacen realidad aquellas viejas quimeras, en que ya nadie creía, de llevar una justicia los hogares, de hacer que los españoles nos sintiésemos solidarios, ya que solo aunando nuestros esfuerzos podíamos crear y levantar una Patria. Lo contrario hubiera continuado paralizando la vida de la Nación e impedido su resurgimiento.
En este sentido, al Movimiento Nacional le sobra fe, doctrina y optimismo. No se puede emprender nada en la vida, si no se cuenta con esa fe y ese optimismo. El que no los atesora va a vencido a la lucha. Y el Movimiento Nacional, en contraste con todos los movimientos políticos registrados en nuestra Patria, vino lleno de fe, de energía y de seguridad absoluta en el triunfo.
Vosotros conocéis cómo en todas las cosas de la naturaleza se requiere una cabeza que mande y unas leyes que presidan la marcha y los esfuerzos. Lo vemos en todas las actividades. Si es en el campo industrial, no conseguimos una actividad sin empresario y sin técnica que las dirija; si se trata de un barco, no conseguimos que pueda navegar sin el mando central de un capitán. Y si es la naturaleza la que miramos, se nos ofrece igual panorama, con leyes que la presiden; hasta en las colmenas de las abejas la reina preside y rige su laboriosidad, su asociación, obedeciendo a las leyes de la naturaleza, de las que no se puede prescindir. Eso pasa en todo lo que Dios ha creado, y sin embargo, los hombres, hechos a su imagen y semejanza, hemos pretendido en nuestro desvarío crear una sociedad sin cabeza ni disciplina, fundamentada en la división y la anarquía.
El Movimiento Nacional ha traído a España su solución, ofreciendo un ideario y una doctrina y estableciendo unos ideales levantados sobre los anhelos comunes y ejecutándolos en la medida que en Jaén se pone de manifiesto. Pero hemos de considerar dos aspectos: el de la herencia del tiempo pasado y el de la que nosotros te vamos a dejar. Del tiempo pasado nos encontramos con un vacío y un abandono de siglo y medio. Lo que nosotros vamos a dejar representa un cuarto de siglo de trabajo constante, de esfuerzos ininterrumpidos el resurgir de nuestra nación. Y por eso nos encontramos hoy ante realizaciones como esta de la Escuela de Formación Acelerada, que transforma a los trabajadores antiguos, que los redime de su ignorancia y abandono, pues no solamente necesitamos preparar las generaciones nuevas, si no cambiarles el signo a las pasadas, corrigiendo los defectos de la estructura y de las organizaciones viejas.
El orden económico también tiene sus exigencias, a las que no podemos sustraernos. Hemos de avanzar y progresar sin destruir la máquina económica, llevarlo a cabo firme, segura y progresivamente, sin poner en peligro aquél. No se puede matar la gallina, porque nos faltarían los huevos. Por eso el gran empeño en que estamos embarcados es el de transformar las estructuras y preparar a los hombres, de capacitarlos en todos los órdenes para ofrecerles un nuevo porvenir, y en lo que ellos no pueden llegar, que tengan la satisfacción de que llegaran los que les sucedan, y que no pueda decirse de nosotros lo que hoy decimos de la política que nos precedió.
Si en la vida política española el Movimiento Nacional es el jalón más importante que se ha producido en el correr de los dos últimos siglos, os cabe el honor de en este empeño haber sido artífices y colaboradores.
Agradezco a todos cuantos han puesto su mano en estas obras sociales de la provincia de Jaén, en esta nueva Escuela de Formación, a las autoridades y centros que han sabido darles vida.
¡Arriba España!