José Manuel Cansino
Profesor Tribunal de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
Sepa Vd que cuando se sienta con sus hijos a ver cualquiera de las entregas de “Piratas del Caribe”, le está mostrando el origen histórico de los paraísos fiscales. Luego no se lleve las manos a la cabeza.Si la semana pasada explicábamos con qué facilidad se podía sacar dinero de España a un paraíso fiscal con la ayuda del corresponsal de un banco, hoy explicaremos cómo sacar dinero negro.
Imaginemos que alguien ha sumado 500.000 euros a base de comisiones ilegales por colar a gente en un ERE, por amañar un contrato, por vender droga o por recibir donativos para un partido político. Esa persona quiere hacer dos cosas; blanquear su dinero y llevárselo a un paraíso fiscal.
Asesorado oportunamente puede tomar un par de opciones. La menos sofisticada y más incómoda es viajar a paraíso fiscal varias veces –sólo o en compañía de otros como decía la célebre sentencia-. Puede llevar consigo hasta 10.000 euros por persona y viaje. Esa es la cantidad máxima legalmente permitida.
Pero puede que opte por una estrategia más sofisticada que consiste en lo siguiente.
En primer lugar puede comprar una obra de arte por 10.000 euros. En segundo lugar y con una simple llamada de teléfono constituye la sociedad “Procrimen 1” en las Islas Fiyi –paraíso fiscal- y la ponen a nombre de un testaferro de su confianza. En tercer lugar, la sociedad “Procrimen 1” crea la sociedad “Procrimen 2” en Gibraltar –un caso en cuya denuncia sobresale la del economista y abogado, Guillermo Rocafort-. En cuarto lugar, “Procrimen 2” crea la sociedad “Procrimen 3” en las Islas Caimán y abre una cuenta en la sucursal que allí tiene el banco suizo “Lavandería XX”. Las sociedades pueden estar a nombre del mismo o diferentes testaferros y los gastos de constitución de cada empresa no superarán los 500 euros. De hecho hay miles de empresas creadas dispuestas a venderse a golpe de llamada telefónica.Ahora, la empresa “Procrimen 3” y en contrato privado le compra la obra de arte por 500.000 euros. De esta forma la persona en cuestión acaba de blanquear 490.000 de los 500.000 euros que había sumado a base de ERE’s, drogas o de donaciones al partido. Tenga en cuenta que el dinero jamás ha salido de España; ha estado oculto todo el tiempo.
Con el dinero blanqueado recibe la visita a su domicilio del Corresponsal del banco “Lavandería XX” y procede de la misma forma que explicábamos la semana pasada. Le extiende un recibo y el corresponsal de “Lavandería XX” en su propio nombre ingresa los 500.000 euros en la cuenta que tiene en cualquier banco español. Minutos después el banco español habrá transferido su dinero a la sucursal que el banco suizo “Lavandería XX” tiene en las Islas Caimán.
Como recordó magistralmente el Inspector de Hacienda José María Peláez en el programa monográfico que dedicó Jordi Évole a los paraísos fiscales, el origen de estos se remonta a la piratería del siglo XVII. En aquel siglo y en el tiempo que vino después, la corona británica –la misma que sigue imperando en Gibraltar-, fomentaba la piratería principalmente contra España. Gran Bretañaamparaba a los piratas que atacaban los barcos españoles cuando operaban desde las islas del Caribe o del Canal. Allí escondían el botín a buen recaudo.
Hoy en muchas de esas islas se han cambiado los parches por corbatas de Hermés y las piezas de artillería por ordenadores pero el origen de su dinero sigue siendo, mayoritariamente, el crimen.
Como decíamos la semana pasada, se puede luchar eficazmente contra esto aplicando la recomendación del economista francés René Passet, dejando de reconocer los actos jurídicos firmados en paraísos fiscales.