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Por Carlos Fernández Barallobre.
El Jefe del Estado Generalísimo Franco inaugura en La Coruña la Universidad Laboral “Crucero Baleares”.
En la mañana del sábado 12 de septiembre de 1964, de esplendido y radiante sol, el Generalísimo Franco cortaba la cinta de apertura de la nueva universidad laboral. El nuevo centro, que se iba a llamar “Crucero Baleares”, en recuerdo a la gesta llevada a cabo por la marinería del buque hundido en el mar Mediterráneo en marzo de 1938, durante la guerra de Liberación Española, era de orientación marítimo-pesquero, siendo el primero de estas características que se inauguraba en España.
El Caudillo llegó al recinto de la Universidad a las doce de la mañana, acompañado por el vicepresidente del Gobierno, Capitán General Muñoz Grandes y por los ministros de Trabajo señor Romeo Gorría; de Marina, Almirante Nieto Antúnez; de Justicia, señor Iturmendi, y de Obras Públicas, señor Vigón, así como por los jefes de sus Casas Militar y Civil, Teniente General Samaniego y José Navarro Morenés, Conde de Casa Loja, siendo recibido en la explanada situada delante del edificio, por el Director General de la Guardia Civil, Teniente General Zanón y las primeras autoridades, Capitán General de la VIII Región Militar, Teniente General Manzanera Holgado; Capitán General del Departamento Marítimo de El Ferrol, Almirante Suances Jáudenes; Jefe de la Región Aérea, General Grima; Gobernador Civil señor Martin Freire; Presidente de la Audiencia provincial y fiscal Jefe, señores Rodríguez y Leirado ; Presidente de la Diputación Provincial, señor Puga Ramón; alcalde de La Coruña Eduardo Sanjurjo; Gobernador Militar, General Permuy; Comandante de Marina, Capitán de Navío Díaz Pache; Jefe Superior de Policía, Señor Cabrero, así como numerosos alcaldes de poblaciones marineras de Galicia y otras autoridades y representaciones coruñesas.
En dicha explanada se habían congregado con pancartas y banderas más de 20.000 personas, muchas de ellas pertenecientes a 37 Cofradías de Pescadores. Numerosos gallardetes y Banderas Nacionales, de Falange Española y de la Comunión Tradicionalista, adornaban el recinto de la Universidad y sus alrededores, destacando el alto mástil que había sido del Crucero Baleares, que daba nombre a la nueva universidad, situado en la explanada de acceso y orlado con banderas del Código internacional de señales marítimas. Encaramados a sus flechastes había decenas de marineros que saludaron la llegada del Caudillo de España. Al llegar el Caudillo al recinto de la Universidad se dispararon bombas de palenque y los miles de asistentes prorrumpieron en vítores y aclamaciones.
El Jefe del Estado, acompañado por el Ministro de Trabajo señor Romeo, recorrió las dependencias de la Universidad Laboral y se detuvo en la capilla para asistir al acto de bendición de las instalaciones que corrió a cargo del Párroco de Rutis-Vilaboa, Don José Codeso.
La finca donde se enclavaba, en el lugar de Haciadama, muy cerca de La Coruña -hoy debido a la maldita normalización lingüística impuesta desde hace años por el partido popular de Galicia, llamada Acea da Ma-, del municipio de Culleredo, abarcaba más 500.000 metros cuadrados. Dotada de módulos, donde se asentaban las aulas, el gran salón de actos, los servicios propios de la universidad, talleres, laboratorios de Física y Química, los cuatro residencias, para internos, donde se encontraban los dormitorios, con una capacidad para 1.300 alumnos, el edificio central con las oficinas, recepción, cafetería, cocina, comedor, enfermería y unas magníficas instalaciones deportivas en el exterior con pista de atletismo, campos de fútbol y rugby, así como pabellón deportivo cubierto. Su claustro lo componían dieciocho profesores titulados y quince maestros de taller. Se impartirían en ella las siguientes materias: Electricidad, Electrónica, carpinteros de ribera, delineantes navales, soldadores, ajustadores, montadores y máquinas.
El coste de la obra se elevó a 67.500.000 pesetas. El Jefe del Estado escuchó atentamente las explicaciones del Ministro de Trabajo Jesús Romeo Gorría y del Director General de promoción social, señor Fernández Miranda y fue visitando talleres, aulas, dormitorios. Se detuvo en la planta propulsora de buques pesqueros donde se formarían los nuevos mecánicos navales.
Terminado el recorrido, el Caudillo Francisco Franco volvió a la explanada y desde allí se dirigió a la multitud. Entre otras cosas dijo: “Un saludo para testimoniar en vosotros a todos los españoles, a todas las clases campesinas y marineras tan bien representadas en vosotros. Solamente os pido una cosa a los hombres viejos, a los que peináis canas: Que comparéis nuestro Régimen y sus realizaciones con el mundo anterior que nosotros recibimos como herencia; con aquel sistema liberal que pregonando la libertad en la práctica la negaba; porque como nos recordaba el ministro de Trabajo, si no hay cultura ni bienestar no hay posibilidad de libertad.”
” Los que de vosotros formáis entre los hombres de mar, sabéis muy bien cuál es el futuro de las embarcaciones en que sus tripulantes actúan peleados y en plena discordia. Y esto es lo que pasaba en España. La nave de nuestra nación navegaba con su tripulación en constante enfrentamiento y discordia. Urgía el cambiar el sistema; si queríamos salvarnos y si habíamos de llevarla a puerto seguro. Y de aquel sistema de dejar hacer, que era no hacer nada, hemos pasado a responsabilizar a los gobernantes en el futuro de la Nación. Y este futuro no podría conseguirse sin unidad y disciplina, si no se edificaba sobre principios nacionales, sociales y espirituales, si la justicia social no reinaba en nuestra sociedad, Y vosotros sois testigos de cómo desde la propia Cruzada, nos ocupamos de ello, cuando hasta nosotros llegaba el eco doloroso de nuestras costas o los sufrimientos de nuestros trabajadores y pescadores.”
“Me acuerdo de uno de los primeros actos sociales celebrado en esta provincia, en el pueblo de Cayón, en que se pedía con angustia e ilusión nada más que un camión, una grúa para elevar sus barcos a tierra y un pequeño tramo de carretera, a la que acudimos con solicitud y realizamos aquella vieja aspiración de una vida mejor, mantenida por generaciones, dando esa pequeña satisfacción a un pueblo de que pudiera desarrollar su vida sin las angustias y amenazas de la muerte y el naufragio.”
Inauguración Universidad Laboral “crucero Baleares”
“En nuestro frecuente peregrinar por las costas españolas hemos ido recibiendo el anhelo de los pescadores y pobladores de esta costa y hemos conocido de sus angustias y de sus aspiraciones. Y a todos hemos ido poniéndole remedio, no solamente en su antes mísera habitación, sino mejorando sus puertos de refugio y, lo que es todavía más importante, estimulando la mejora de sus embarcaciones, a través del crédito pesquero que viene haciendo posible esta renovación.”
“Nuestro movimiento proclama que España ha de vivir cara al mar y esto es hoy una realidad. Por eso procuramos la modernización de nuestros barcos y la formación de nuestros hombres. Una gran parte de nuestra población está en nuestras costas y la integran gentes marineras. Somos el país de más solera marinera del mundo: sus actividades se desarrollan en la pesca y la navegación. Su gran número hace que España esté dando peones y marineros simples a los países europeos. Por eso necesitamos el perfeccionamiento y la especialización de nuestros hombres de mar y esta especialización se consigue con esta nueva Universidad Laboral de características navales, que va a poner remedio a este atraso secular y satisfacer las demandas naturales que se imponen por el avance y el progreso de la técnica naval”. Mientras pronunciaba el discurso, el Jefe del Estado se vio interrumpido en muchas ocasiones por vítores, aclamaciones, y gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!.
“Esta universidad” –continuó el Caudillo-, “tiene dos fines: el del perfeccionamiento y preparación técnica de los hombres” relacionados con la mar y lo indispensable para situar al hombre para que tenga conocimiento de la necesidades que impone la vida moderna con las investigaciones científicas y el progreso, responsabilizarle ante la necesidad de una disciplina en las exigencias de progreso económico, de la productividad, lo que solo conseguiremos con nuestra voluntad de servicio, siendo hombres conscientes intensificando las relaciones humanas, manteniendo una disciplina que es base para lograr el bien en un futuro próximo. Si esto no llegase a realizarse, si fuéramos anárquicos e inconscientes, volveríamos a la base de partida y destruiríamos todo nuestro progreso social y económico. Queremos que la renta se reparta equitativamente, pero no una renta baja sino que esta sea acrecentada y multiplicada. Y esto solamente se consigue con la paz social y las inversiones que, por otra parte no son ajenas a vosotros, son inversiones de vuestro propio ahorro, como demuestra esta Universidad Laboral que están construidas por las Mutualidades obreras.”
“Y este es el futuro que ambicionamos. Su base no está en un concepto personal, sino en la existencia de un Estado, de un Régimen y una doctrina que a la par que hace una justicia social, en la cual no admitimos que ningún otro país pueda aventajarnos, es el único que puede crear el bien común y la grandeza de la Patria. Repito, no son las personas, ha de ser el Régimen, ha de ser vuestra adhesión a él, vuestra unidad y vuestra voluntad pues en el camino de su grandeza. ¡Arriba España!”
Al terminar el acto, el Generalísimo Franco fue despedido por las autoridades y representaciones coruñesas entre los aplausos y vítores de la multitud que se había congregado en la plaza de acceso a la nueva Universidad y sus alrededores. La jornada finalizó alrededor de la una y media de la tarde, momento en que el Caudillo de España abandonó las instalaciones de la flamante universidad. Hoy en día sigue siendo un magnífico centro que combina el estudio con el deporte, el ocio y el esparcimiento.
En esa misma jornada de mañana, el Ministro de Justicia, Antonio Iturmendi Bañales, imponía en el Colegio de Abogados de La Coruña, la Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort al recordado y eminente jurista, Jefe de la Abogacía del Estado en La Coruña, Juan Morros Sardá.
P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-, llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.
ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.