En defensa de la estatua de Franco, “héroe de la Legión”

De ninguna manera” se sienten “concernidos por la desestimación de medidas cautelares” que ha tenido el recurso de la Fundación Franco con el mismo objetivo, porque en su opinión han alegado distintas razones”, apunta el abogado, escritor y veterano legionario.

La estatua de Franco estaba en una zona declarada Bien de Interés Cultural, y su retirada es “equivalente a que se hubiera arrancado un muro de la ciudad histórica o demolido un edificio, porque ambos forman parte indisoluble del bien declarado BIC”, como dice el texto del recurso, al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Para Rocafort “no se debe esperar a que se resuelva todo el procedimiento”, porque “aquí se antepone la cuestión de protección del patrimonio, que es muy rigurosa”, señala. Y en el caso que está entre manos no hay un plan específico, Melilla tiene muchas lagunas legales”, lamenta.

El escrito presentado abarca una serie de “medidas cautelares escalonadas”, porque, según el recurso, “no es la primera vez ni será la última que son las propias autoridades las que promueven el escarnio odioso sobre dichas estatuas”. En este sentido, advierte el letrado, “no vamos a tolerar de ninguna manera ni vejaciones ni decapitaciones”, porque “al final la clase política radical y quienes les alientan y les votan lo que quieren son situaciones como la vivida en Barcelona con Ada Colau, lanzamiento de huevos incluido”. O “como sucede con la estatua de Millán Astray, secuestrada por la alcaldesa de La Coruña.

La asociación recuerda que “la Ley faculta la retirada de objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, pero no permite la retirada de esculturas que evocan hechos anteriores a la Guerra Civil”. Y la efigie “recuerda un acontecimiento anterior a 1936 –el auxilio a Melilla por parte de la Legión al mando de Franco cuando se encontraba en peligro de asalto por los rifeños de Abd El Krim tras el desastre de Annual– y no entra por lo tanto en el ámbito de la Memoria Histórica”, insiste Guillermo Rocafort. “Está pasando lo mismo con la estatua de Miguel Primo de Rivera en Jerez de la Frontera, su ciudad natal, donde el ayuntamiento –socialista– ha dicho que no se quita, en primer lugar porque es obra del gran Benlliure, el mejor escultor del primer tercio del siglo XX en España”, aparte del hecho de que nada tiene que ver con el ámbito de la Ley creada por el Gobierno de Zapatero en 2007.

Antes de entrar en la vía judicial, desde la Plataforma Millán Astray enviaron cuatro requerimientos con la petición del expediente, uno el mismo día de la retirada de la estatua, y a través del Portal de Transparencia tres más “que están siendo muy mal atendidos”. Les contestaron con “un documento incompleto, lleno de incongruencias”, explica el secretario de la entidad. “Se han dejado llevar por las prisas políticas y les va a pasar como con el Pazo de Meirás, que van a tener que reponer e indemnizar”, concluye.

 

“Por la vía de Derecho”

El “silencio” de las autoridades melillenses ante las peticiones de información “nos generó una lógica indefensión”, dice el secretario de la Plataforma Millán Astray, lo que “demuestra el poco respeto hacia asociaciones como la nuestra”, que intenta “defender en el marco de la legalidad lo que creemos justo, porque en un Estado de Derecho no se actúa por la vía de hecho, sino por la vía de Derecho, y parece mentira que tengamos que ser los veteranos legionarios los que expliquen a las autoridades que las leyes hay que cumplirlas”. La entidad argumenta el recurso que acaba de presentar en base a la fidelidad “a los espíritus legionarios”, y asegura que “acudirá en su defensa allí donde se difame a un héroe de la Legión, de día, de noche, siempre, aunque no tenga orden para ello”. Su aviso es rotundo: “Todos aquellos que difamen a nuestros héroes legionarios serán llevados a los tribunales de Justicia y condenados”.

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