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Los Alféreces Provisionales y miembros de la Fundación Nacional Francisco Franco, convocaron a todos los vallisoletanos el día 23 de noviembre a las ocho de la tarde, a la celebración de la Santa Misa por Francisco Franco y José Antonio.
La Misa fue presidida por el Padre César y concelebrada por el Padre Higinio, además de la asistencia de cientos de personas.
Como viene siendo habitual antes del comienzo de la Santa Misa se hizo el acto de entrada de la bandera nacional, la que se colocó en el lado del Evangelio.
En la homilía el Padre César recordó las palabras del Papa Pío XI en su Encíclica Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937:
“En nuestra queridísima España el azote comunista se ha desencadenado con la violencia más furibunda. No ha derribado alguna que otra iglesia, algún que otro convento; sino que siempre que le fue posible destruyó todas la iglesias, todos los conventos y hasta toda huella de religión cristiana, aunque se tratase de los más insignes monumentos del arte y de la ciencia… Destrucción tan espantosa se lleva a cabo con un odio, una barbarie y una ferocidad que no hubiera creído posible en nuestro siglo”.
Continuó diciendo: “Gil Robles expresó ante esa situación: ‘Media Nación no se resigna a morir’ y todos conocemos, cómo los españoles no renunciaron a su tradición, no renunciaron a su cultura, no renunciaron a su fe. Esa fe que nos ha acompañado en la historia de España, esa fe que ha hecho a los hombres más valientes y más heroicos, e incluso a nuestros mártires”.
Preguntando a los presentes: “Gil Robles lo decía en el Parlamento: “Media Nación no se resigna a morir”, los españoles de hoy ¿nos hemos resignado a morir? Es una pregunta que nos tenemos que hacer cada uno de nosotros, porque a las personas del 36 no les surgió la fe de la nada, sino que cultivaron su fe, rezaban, se confesaban, acudían a la Eucaristía los domingos, la Virgen María era su Madre y siempre les acompañaba en su vida, la fe formaba parte de su vida, hoy en el siglo XXI, en el año 2011 ¿realmente forma parte de nuestra vida, la fe? Cuantas veces dejamos la Misa del domingo, porque estamos cansados o nos buscamos otras excusas; cuantas veces nos olvidamos del sacramento de la confesión, con la escusa: todos somos buenos. Pero hoy Jesucristo tiene palabras duras, y nos recuerda que todos somos pecadores; El es bueno, pero no es tonto; es misericordioso, pero es justo.”
El Padre César terminaba la homilía con las siguientes palabras: “Que cada uno de nosotros seamos una antorcha en nuestras familias, en nuestro ambiente, porque si doce personas que conocieron a Jesucristo cambiaron el mundo, cuanto más nosotros que somos en número superior, podremos hacer por nuestra España. No nos dejemos llevar del pesimismo social, diciendo: todo está muy mal, es cierto, pero hagamos cosas positivas para que Cristo Rey, reine en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestros ambientes y en nuestra España.”
Finalizada la Santa Misa, los presentes pudieron besar la bandera nacional y una vez en la calle se cantó el Cara el Sol.