En torno a la Cruz y a la Basílica Benedictina de Cuelgamuros

Julio A. Gonzalo 

Coordinador del Comité Ad Hoc

· Junto al
Cristo de Corcovado en Brasil y al Santuario de Nª Sª de Chestojova en Polonia,
la Cruz de Cuelgamuros, mucho más alta que la Estatua de la Libertad Americana,
es la más alta Cruz del mundo, y uno de los símbolos más destacados de la
reconciliación de este siglo XX, en el que las revoluciones y las guerras
mundiales han dado lugar a más de cien millones de víctimas. Más que en todos
los siglos anteriores juntos.

· Desde su inauguración en 1959 esa Cruz ampara
bajo su sombra los restos mortales de muchos miles de combatientes de ambos
bandos en nuestra Guerra Civil, cuyos familiares más cercanos dispusieron hace
medio siglo que esos restos fueran el mejor testimonio de una autentica
reconciliación.

· Conviene
recordar, en honor a la verdad histórica, que en octubre de 1934, la extrema
izquierda, que pronto se iba a unir en torno al Frente Popular junto con el
separatismo vasco y catalán, se alzó contra el gobierno de la República dos
años antes de que, tras el asesinato de Calvo Sotelo y el intento de asesinato de
Gil Robles, se alzaran en defensa de la España Nacional, de la religión y de
las libertades individuales en julio de 1936 aquellos que no estaban dispuestos
a dar por buena una España Roja y Rota.

· La
guerra Civil fue, entre otras cosas, una Guerra de Secesión, además de una
guerra de religión.

En 1934 se habían producido en Asturias
centenares de muertes violentas en pocas semanas. Entre febrero y julio de
1936, tras unas elecciones discutidas y discutibles, con un resultado poco
claro, y después de numerosos y graves altercados, crímenes , represalias,
censuras de periódicos y quema masiva de iglesias, demócrata-cristianos,
falangistas y tradicionalistas, junto al Ejército de África, se alzan contra la
“dictadura del proletariado” propugnada abiertamente por el Frente
Popular.

· El
alzamiento fracasó en Madrid, Barcelona y otras ciudades importantes pero
triunfó en buena parte de Castilla la Vieja, Navarra, Galicia y ciudades
importantes de Andalucía y Aragón. Tras una durísima Guerra Civil, el Ejército
Nacional, un millón doscientos mil hombres, mucho mejor mandados, se impone al Ejército
Rojo, un millón ocho cientos mil, bastante peor mandados, pocos meses
antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial.

· ¿Qué hubiera
pasado si la victoria hubiera sido del Frente Popular? A juzgar por lo que
ocurrió en situaciones análogas, antes y después (Ver “Le libre noir du
Comunisme”, Paris, 1997- traducido a todos los idiomas
importantes) el número de víctimas de un gobierno hispano-soviético
hubiera sido muchísimo mayor que el de las víctimas de ejecuciones sumarias en
1939-42.

· El presente
informe- resumen de lo suscrito por un grupo representativo de Académicos y Profesores
Universitarios pone de manifiesto la intención reconciliadora de La Cruz y la
Basílica Benedictina, inaugurada, como se registra a su entrada, en tiempo del
Papa Juan XXIII, el Papa de la paz.

· Es bien sabido que en los testamentos de José
Antonio (1936) y Franco (1975) se recogen llamadas a la unidad y al buen
entendimiento entre todos los españoles que merecen ser respetados por
todos.

· Christopher
Dawson, uno de los más grandes historiadores del siglo XX, profesor invitado
especial en la Universidad de Harvard, dejó dicho en 1936 muchos años antes de
la caída del Imperio Soviético:

“Si España pudiera de nuevo
encontrarse a sí misma después de este


tremendo siglo de desuniones y
debilidades -si ella pudiera ocupar de nuevo

el
lugar al que le dan derecho su historia y su genio- ello sería una gran

victoria no solo para España sino para
Europa”

· Como dijo Don
Julián Besteiro (!936), socialista moderado y ejemplar en muchos aspectos:


“La verdad real: estamos derrotados por nuestras propias
culpas…por

habernos dejado arrastrar a la línea
bolchevique que es la aberración más

grande que hayan conocido quizá los
siglos”

La versión inicial de este escrito
fue suscrita por los siguientes académicos y profesores universitarios:

· D. Alfonso
Rodriguez y G. de Ceballos (R. A. de Bellas Artes)

· D. Bartolomé
Ribas (R. A. de Farmacia)

· D. José A.
Cabezas (R. A. de Farmacia)

· D. Julio A.
Gonzalo (Catedrático de Física de Materiales, UAM)

· D. Nicolás
Jouve (Catedrático de Genética, UAH)

Informados de esta versión inicial dieron su personal
visto bueno:

· D. Dalmacio
Negro (R. A. de C. Morales y Políticas)

· D. José Luis
Perez de Ayala ( R. A. de Jurisprudencia y Legislación)

Como es sabido, D. Ricardo de la Cierva y otros
veintitantos historiadores españoles de prestigio internacional se manifestaron
en términos análogos sobre la Cruz y la Basílica de Cuelgamuros y sobre la mal
llamada Ley de Memoria Histórica del ex Presidente Rodriguez Zapatero.

Una ley única en la historia en la que se pretende
imponer a los ciudadanos unilateralmente cómo deben pensar acerca de hechos históricos
ocurridos hace setenta u ochenta años.

Ni siquiera la legislación de la URRS antes de 1990 se
atrevió a tanto.