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En la madrugada del día 8 de mayo, ha fallecido el que fuera ministro de educación durante cinco años en España, entre 1968 y 1973.
José Luis Villar Palasí, nació en 1922, en la ciudad del Turia, Valencia. Apasionado por el saber cultural y por una de las disciplinas más influyentes se licencia en Derecho y Filosofía y Letras (sección de historia) en 1945, por la Universidad de Valencia.
Se involucra en la vida académica, siendo nombrado auxiliar de cátedra de Teoría Económica.
En 1951 asume el cargo de secretario técnico del director general del Ministerio de Información y Turismo. Mientras que en 1962 llega a ser subsecretario de comercio.
Podemos ir observando como se trata de una persona no de perfil político sino profesional, en claro contraste con la actualidad, dónde la política se ha convertido en una casta con vividores de la misma.
Continuando con su labor, en 1965 pasa a dirigir el Instituto de Estudios Administrativos, en Alcalá.
Su buen hacer y sobre todo sus conocimientos lo catapultan al Ministerio de Educación y Ciencia, siendo elegido ministro en 1968.
Muchos son sus logros en su etapa ministerial, pero de entre todos ellos destaca uno primordial, la reforma del sistema educativo mediante una nueva Ley general de educación.
El modelo educativo español durante el sistema anterior, funcionaba entre todas las capas de la sociedad española, dotando a todos sus miembros de unos conocimientos generales vastisimos, basados en el esfuerzo y la disciplina.
Sin embargo el devenir de los años, la entrada de España en diversos organismos internacionales, impusieron la necesidad imperiosa de un nuevo modelo educativo, acorde a las necesidades de entonces, a la vez que vanguardista.
Ahí es dónde se centro el ministro Villar Palasí, nada más producirse su nombramiento. El problema universitario era una constante en aquellos momentos, recordemos, estamos hablando del final de la década de los 60, por lo que había que afrontarlo sin ambages. Pero dicho problema nacía mucho antes, en los intervalos medios antes del acceso a la universidad. Por ello Villar Palasí reúne a todo su equipo de trabajo, y durante varios días de jornadas maratonianas redactan lo que se ha denominado como “libro blanco de la educación”, dónde se sientan las bases de lo que será la reforma educativa del año 1970. Dicho documento contaba de 244 páginas, a través de las cuales se profundiza desde el gobierno de la nación en el pasado a la vez que se camina hacia el logro de una formación acorde con los tiempos, tanto presentes como futuros.
El documento madre de la reforma educativa de 1970 se asentaba en los siguientes puntos; implantación de una educación básica, gratuita y obligatoria hasta los 14 años (antaño sólo era hasta los 10), superación de desigualdades entre modelos educativos de poblaciones agrarias y urbes, implantación de un solo bachillerato, impulso a la formación profesional ligándola al mundo laboral inexorablemente, acceso a la universidad previo curso de orientación, autonomía universitaria plena y de derecho, para finalmente apostar por nuevas carreras de grado medio basadas sobre las nuevas profesiones emergentes en la sociedad.
El 4 de agosto de 1970 nace tras aprobación previa del consejo de ministros la Ley general de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa, conocida como LGE. Bajo ella hemos estudiado muchos de los que hoy estamos en la treintena o la cuarentena. Se diseñó con la misma un sistema educativo unitario y sobre todo flexible, regido nuevamente por el esfuerzo y la calidad, procurando calidad para todos, y en la totalidad de niveles. Villar Palasí y su equipo procuraron tender puentes entre el sistema educativo y el mundo laboral, constituyendo la etapa educativa en un trámite formativo hacia la obtención de un puesto de trabajo. Se constituyó un sistema educativo centralizado, con una uniformidad en la enseñanza. Esta era una de las consignas, el chico de Bilbao ha de aprender lo mismo que el de Castellón, no pueden existir localismos absurdos, como hoy ocurre si observamos cualquier unidad curricular.
Dicha Ley se marcaba también un plazo de implantación, serían 10 años de manera progresiva, sin embargo la educación no admitía demoras entonces, y tan sólo cuatro meses después de su entrada en vigor, se desarrollaban en todos los centros escolares del estado los cuatro primeros cursos de educación general básica.
No bastaba todo ello, y en 1972 apuestan por los estudios universitarios a distancia, gracias al impulso de Villar Palasí nace la Universidad Nacional de Ecuación a Distancia. La preocupación por la educación era máxima, intentando llegar a todas las capas de la sociedad, de ahí el nacimiento de estudios a distancia, encaminados a esas personas que por dificultades varias no pudieron en su momento acudir a las facultades o escuelas.
Villar Palasí compaginó desde 1971 su cargo de Ministro con él de Presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), contando con un equipo encomiable.
Tras la llegada del almirante Carrero Blanco a la presidencia del gobierno en 1973, Villar Palasí cesa en sus cargos siendo substituido al frente del Ministerio por Julio Rodríguez Martínez.
Como vemos, su labor al frente del Ministerio de Educación fue más que notable, dotando a la nación de una estructura educativa acorde a la importancia del país, así como consustanciosa con los tiempos de entonces.
Vuelvo a repetir, no se trataba de un político al uso, sino de un buen profesional de su ámbito, era lo que se denominó un tecnócrata, con una visión muy amplia de lo que quería, siempre bajo el prisma del catolicismo, ya que su tendencia cristiana fue una constante a lo largo de toda su vida.
Falleció con 90 años, una larga vida. Sin embargo a pesar de sus logros el sistema imperante silencia su óbito. Por ello desde la Fundación Nacional Francisco Franco no podemos dejar pasar de lado, la triste noticia, sin rendirle este pequeño homenaje a su figura y a su buen hacer.
José Luis Villar Palasí (d.e.p).