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Por Carlos Fernández Barallobre.
En la mañana del sábado 14 de agosto de 1965, el Generalísimo Franco, desde el Pazo de Meirás, inauguraba poco antes del mediodía el cable telefónico submarino San Fernando (Cádiz) -Santa Cruz de Tenerife, que pondría en comunicación telefónica la Península y las Islas Canarias.
El consejero delegado de la Telefónica, José María Clará, pronunció unas breves palabras, en las que expuso la síntesis de la red de comunicación que se iba a utilizar. Seguidamente, se puso en comunicación con el gobernador Militar de Tenerife, General Marín Delgado, que de forma accidental ejercía el mando de la Capitanía General de Canarias. El General Marín estaba acompañado del gobernador civil accidental, el presidente del Cabildo de Santa Cruz de Tenerife, José Miguel Galván Bello. Tras ello, el Consejero delegado de Telefónica ofreció el teléfono al Jefe del Estado. El Jefe del Estado, saludó en primer lugar al Capitán General accidental General Marín, quien incondicionalmente manifestó al Caudillo de España la lealtad de toda la guarnición de las islas. De seguido el Generalísimo conversó con el presidente del Cabildo a quien envió un cordial saludo, rogándole que lo hiciese extensivo a todos los habitantes de las islas, anunciándole su gran deseo de visitar en breves fechas el archipiélago canario.
A las palabras del Caudillo, de afecto y simpatía hacia estas islas, contestó el señor Galván Bello expresando la satisfacción enorme de la provincia por esa mejora sustancial de la red telefónica con la Península y le hizo llegar su adhesión personal.
De nuevo el Consejero Delegado, señor Clará, cogió el teléfono y se puso en contacto con el General Gobernador Militar de Las Palmas de Gran Canaria, General Emilio García Conde, quien se encontraba en su despacho acompañado por el Gobernador Civil accidental y presidente del Cabildo Federico Díaz Beltrán. El Caudillo de España conversaría también con ambos.
Seguidamente, el Jefe del Estado declaró abierto el servicio público del cable telefónico que acababa de inaugurar, y que inmediatamente entró en servicio.
El señor Clará en su parlamento quiso dejar patente que la llamada que acababa de realizar el Generalísimo era una de las mayores realizaciones logradas en España al inaugurar la comunicación por cable submarino telefónico entre la Península y las islas Canarias. “En la comunicación que vamos a establecer” dijo el consejero delegado, “se conectará el nuevo radioenlace Coruña-Santiago-Madrid que se prolongará por otro radioenlace entre Madrid y San Fernando, este último ya servicio”. “Con ello mejoraremos de forma extraordinaria, no sólo la calidad de las conferencias telefónicas, sino también la rapidez de su establecimiento.”
“Dentro de este año, Excelencia”, continuo su intervención el señor Clará “se pondrán en servicio las centrales automáticas interurbanas de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, cuya instalación está ya muy avanzada, y desde ese momento los abonados de ambas ciudades podrán marcar directamente a los de Madrid y viceversa, y en etapas sucesivas se extenderá a todas aquellas poblaciones de la Península en las que se implante el servicio interurbano automático. De los 3.155.000 teléfonos que habrá en España a finales de 1966, 2.245.000 se marcarán directamente entre sí. La red automática nacional en 31 de diciembre de 1966, tendrá la situación de que el 70 por 100 de los abonados de España podrán comunicarse entre sí.” Clará puso como ejemplo de la gran mejora, que se iba producir con el nuevo cable submarino, el servicio automático ya instalado entre Madrid y Barcelona. “En julio de 1960 se puso en servicio el automático para Barcelona y salieron de Madrid 170.000 conferencias en el mes, mientras que en el mes julio de 1965, fueron 630.000”.
La nueva red tendía como reserva, para posibles emergencias, un radioenlace, que también se Inauguraba en ese día, entre León y Sevilla, y que constituiría una vía periférica a lo largo de la frontera portuguesa, con una longitud de unos 2.500 kilómetros.
Una vez Inaugurado el servicio fue abierto al público. En esa primera etapa el cable- sustituiría a todos los circuitos entre la Península y las islas de Tenerife y Gran Canaria, que hasta ese momento se servían por radio ordinaria, conservando las instalaciones actuales para hacer frente a posibles emergencias.
El Caudillo de España y su vicepresidente del gobierno Capitán General Agustín Muñoz Grandes en el Pazo de Meirás. Foto Agencia EFE. Recogida de Internet
A la tarde de esa jornada, el Jefe del Estado, en un solemne acto celebrado en el templo de Santo Domingo de la ciudad vieja coruñesa, recibía la medalla de hermano mayor honorario de la Cofradía de la Virgen del Rosario, de manos del maestro general de la Orden de los Dominicos.
El Caudillo llegó al templo pasadas las siete de la tarde, acompañado de su esposa Carmen Polo, y de los jefes de sus Casas Militar y Civil. A la puerta le recibieron el vicepresidente del Gobierno, Capitán General Agustín Muñoz Grandes y los ministros de Marina, de Información y Turismo y Secretario General del Movimiento, almirante Nieto Antúnez, y los señores Fraga Iribarne y Solís Ruiz así como otras autoridades entre las que destacaban los directores generales de la Vivienda y Seguridad, Enrique Salgado y Mariano Tortosa Sobejano; capitanes Generales de la Octava Región Militar, Teniente General Ángel Ramírez de Cartagena y Marcaída y del Departamento Marítimo del Cantábrico, almirante Rafael Fernández de Bobadilla y Ragel; Obispo Auxiliar doctor Novoa; alcalde de la Coruña, Eduardo Sanjurjo de Carricarte y otras autoridades.
En el mismo lugar, el maestro general de la Orden de Predicadores de Santo Domingo, grande de España, Rvdo. Padre Aniceto Fernández, ofreció al Jefe del Estado y esposa un crucifijo que ambos besaron. A doña Carmen Polo de Franco, la presidenta de la Junta de Damas de la Cofradía del Rosario, María Luisa Durán Marquina, le entregó un artístico ramo de flores. En la puerta de entrada de la Iglesia barroca, se hallaba el ballet Gallego Rey de Viana, con su director y creador al frente, que interpretó dos bailes en honor al Caudillo de España.
Seguidamente el Caudillo penetró en el templo bajo palio, portado por el presidente de la Cofradía de Santo Domingo, Dominicos y personalidades de la Orden, ocupando, con su esposa, lugar preferente a la izquierda del Altar Mayor. El amplio templo se hallaba completamente lleno de fieles y la imagen de la Virgen del Rosario, Patrona de la Ciudad, lucía un precioso manto, su Corona y su Rosario de Oro. Profusión de flores amarillas, rojas y blancas, adornaban la imagen de la Virgen y el Altar Mayor. De seguido se rezó un responso y la coral coruñesa Follas Novas, interpretó el Ave María de Tomas Luis de Victoria.
El maestro general de la Orden procedió inmediatamente a la imposición al Jefe del Estado de la medalla de hermano mayor honorario de la Cofradía de la Virgen del Rosario, Patrona de La Coruña y, seguidamente, el ilustre Dominico pronunció unas palabras para resaltar la devoción del Generalísimo a la Virgen. Le ofreció la medalla en nombre de toda la comunidad de los dominicos y dijo en su intervención: “En este año jubilar, en nombre de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y representada aquí por su Junta de Gobierno y hermanos mayores; en nombre de la comunidad de Dominicos de este convento; en nombre de esta alegre, hermosa y progresiva ciudad de La Coruña, de la cual es Patrona Nuestra Señora del Rosario, y que tan dignamente está aquí representada por sus autoridades, ciudad que os debe tanto y os ama tanto; en nombre de toda la región de Galicia, que ha dado a España hombres tan eminentes, y, entre estos, al Caudillo providencial que había de salvar a España del último y más grave peligro de su historia; en nombre de toda España por Vos salvada y elevada a un nivel superior de bienestar y progreso en todos los órdenes; en nombre de toda la humanidad que se ha beneficiado inmensamente de la derrota infligida por Vos al comunismo en España, en nombre propio y de toda la orden Dominicana os ofrecemos esta medalla de oro de Hermano Mayor Honorario de la Cofradía del Rosario.
En ella van simbolizadas la protección de la Virgen para vuestra Excelencia y la inmensidad de nuestra gratitud y sinceridad de nuestro amor, juntamente con un deseo fervoroso, convertido en oración, de que el Señor, por intercesión de Nuestra Señora del Rosario, se digne seguir iluminando vuestra inteligencia, dirigiendo vuestra voluntad y fortaleciendo vuestro corazón para que durante muchos años podáis seguir rigiendo los destinos de España”.
“Señor: me agrada recordar en estos solemnes momentos la emoción gratísima que me causó, cuando en una de la audiencias que Vuestra Excelencia me concedió, me contaba con suma sencillez su devoción y primeras visitas al santuario de la Virgen de Pastoriza en sus años jóvenes de estudiante y como aquel amor a la Virgen quedó tan profundamente grabado en vuestra alma que, cuando, después de muchos años pasados fuera de esta ciudad, volvisteis a ella acompañado ya de vuestra esposa, una de vuestras primeras visitas fue para la Virgen de Pastoriza, causándoos gran pena al encontrar el Santuario cerrado, señal de que se había disminuido la devoción por la Virgen. Por ello me atrevo a afirmar que aquí, en esta vuestra fe en Dios y en vuestra devoción a la Virgen aprendida en vuestra juventud, está escondida la verdadera causa de tantas grandezas, de tantos hechos heroicos, de tantos aciertos de trascendencia mundial como Dios ha querido que tuviese vuestra vida en el gobierno de los destinos de España y en el influjo en el mundo entero. “ “¿Qué sería hoy de España y del mundo si el comunismo hubiese triunfado en esta Nación e instalado en ella definitivamente?”
“Y como religioso, sacerdote y superior general de la Orden extendida por todo el mundo, no puedo menos que añadir que no es menor mérito Vuestro las facilidades dadas a la Iglesia para ejercer su ministerio apostólico. Sin duda mediante estas facilidades el progreso religioso realizado en España ha sido grande. Y si no ha sido todo lo grande y eficaz que podía y debía haber sido, debemos confesar y reconocer que no es culpa Vuestra ni de vuestro Gobierno, sino de nosotros los religiosos sacerdotes y católicos laicos que no supimos aprovechar mejor estas circunstancias tan favorables.”
“Señor, que esta medalla, símbolo de nuestra gratitud y de nuestro amor y de la devoción universal del Rosario, sirva para acrecentar en vuestro corazón aquel primer amor que infundieron en él las visitas en vuestra juventud al Santuario de Pastoriza.”
“Este acto de imposición de la medalla de la cofradía del Rosario, mucho más sencillo que aquel grandioso e inolvidable de la Coronación de la imagen de la Virgen del Rosario y en que Vuestras Excelencias actuaron de padrinos, no va acompañado de menos amor a Vos por parte de todos los pertenecientes a la Cofradía y de todos los aquí presentes”.
Al finalizar sus palabras, el Jefe del Estado felicitó efusivamente al Superior de la Orden Dominica. De seguido el Caudillo y su esposa pasaron a la capilla del Rosario, donde el presidente de la Cofradía, Miguel Olives, les dio detalles de la misma, así como de las obras que se estaban ejecutando en aquellos momentos. Ante el Altar de la Patrona de La Coruña, Doña Carmen Polo dejó el ramo de flores que le habían ofrecido a la entrada del templo.
El Caudillo y su ilustre esposa abandonaron a continuación el templo entre grandes muestras de afecto, vítores y aplausos de los coruñeses congregados dentro y fuera de la Iglesia conventual de Santo Domingo.
En el verano del año siguiente, concretamente el día 16 de agosto de 1966, en el Pazo de Meirás, el Jefe del Estado recibía al Rvdo. P. Aniceto Fernández, maestro general de la Orden de Predicadores, quien iba acompañado por el provincial de los Dominicos de la provincia de España, P Segismundo Gascón; secretario del padre general de la Orden. P. Amalio Valcárcel; Alcalde de La Coruña Demetrio Salorio, junto a varios de sus concejales como Gonzalo Docampo, Manuel Rodríguez Maneiro, Julio Sáenz Chas y Mariano Fernández Ladreda; Director General de la Vivienda, Enrique Salgado Torres; Delegado Nacional de la Juventud, Eugenio López e integrantes de la Cofradía del Rosario en La Coruña, entre los que se encontraban entre otros, el hermano mayor honorario, ministro de Marina, almirante Pedro Nieto Antúnez, el Teniente coronel Ramírez y José Luis Berea Cerdido. Asimismo, asistieron varios padres de la Orden de Predicadores como Gredilla, Villamor, Francisco Iparraguirre, Ángel, Santamaría, Mendivil y Fray Rafael.
El Presidente de la Cofradía del Rosario, Miguel Olives Fernández, dio lectura a unas cuartillas de salutación al Caudillo y de elogio de la personalidad del maestro General de la Orden de Predicadores, Rvdo. P Aniceto Fernández.
El Generalísimo pronunció las siguientes palabras: “Objetivo de toda política es el bien común, empeño de todo gobernante el lograrlo para su pueblo v parte importante y trascendente de este bien común la salvación del hombre para los católicos. Por ello, nuestro reconocimiento a la Orden de Predicadores por haber consagrado su vida al servicio y al cuidado de la moral y de los valores espirituales. Al condecorar hoy al maestro general de la Orden de Predicadores, padre Aniceto Fernández, no solamente rendimos homenaje a sus cualidades v a sus dotes y servicios personales, sino a toda la Orden.”
Seguidamente, el Jefe del Estado impuso al Rvdo. P. Aniceto Fernández, la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, y al que posteriormente abrazaría efusivamente.
El Rvdo. P. Aniceto Fernández tomando la palabra, contestaría de esa forma al Jefe del Estado, agradeciendo tal distinción: “Sinceramente y con todo mi corazón agradezco a su Excelencia, la honrosa distinción que me ha concedido y con la cual ha querido honrarme, y mucho más agradezco el que su Excelencia en persona haya querido imponerme esta honrosa condecoración de la medalla de San Raimundo de Peñafort y quiero añadir que agradezco aun todavía más los sentimientos de afecto y estima que su Excelencia ha manifestado hacia mi persona y sobre todo hacia la Orden que represento”.
“Pero esto, lejos de disminuir mi gratitud, la aumenta. Con sinceridad puedo manifestar que mi corazón rebosa de gratitud, que no se borrará nunca de mí memoria.”
“Me agrada también el que esta condecoración lleve el nombre de uno de los grandes santos religiosos de la Orden Dominicana, en el cual se destacan tres relevantes méritos que creo oportuno recordar:
El haberse redactado bajo su generalato, en un capítulo general presidido por él, las primeras constituciones de la Orden inspiradas por Santo Domingo y que tan benéfico, tan profundo influjo han tenido en el desarrollo y prosperidad de la Orden y por lo mismo, en la Iglesia y en la sociedad entera.
El haber sido el primero que realizó una especie de codificación del Derecho de la famosa colección de las Decretales, que durante siglos han sido la base y fuente del Derecho en la Iglesia y en la sociedad.
El haber compuesto la Suma Moral que durante muchos años ha sido la norma universal y fundamental para confesores y moralistas. Con estas tres obras, ciertamente, San Raimundo ha influido en la recta litación de la sociedad humana y mucho más universalmente y mucho más profundamente de lo que se cree de ordinario.”
“ Estas tres obras demuestran también el sentido práctico, el buen sentido de gobierno del genio catalán, que no desprecia los principios e ideas universales, sino que procura inspirarse ellos y hace que esos principios universales informen todos los actos y detalles de la vida dando así origen a ese realismo español, mezcla de Quijote y santo, que bien combinados y armonizados en proporciones justas constituyen, sin duda, un sistema óptimo de Gobierno, que la historia ha demostrado muchas, veces cuando se aplica bien, ser fecundo en todos los aspectos.”
“Después de muchos siglos, la Divina Providencia, ha querido que en la tierra de Galicia, tan distinta por geografía y psicología de la tierra catalana pero dotada también de las virtudes de la hispanidad, otro hombre que con su buen sentido práctico, su buen sentido de gobierno y con una grande fortaleza y magnanimidad de espíritu y visión certera del futuro, ha sabido dar a España una nueva estructura y orientarla por nuevos y acertados derroteros. Es innegable que se ha creado un sistema, es innegable que en se ha realizado un grande progreso reconocido por propios exentos de perjuicios. Dos hombres de regiones tan distintas y separados por tantos siglos, dos hijos de España coinciden en las cosas más fundamentales de la vida, que son también las fundamentales de un buen Gobierno.”
“Quiero aprovechar también esta ocasión para alabar la obra importantísima realizada por su Excelencia y su gobierno en la promoción, de la cultura, obra que está ligada a este acto, puesto que San Raimundo fue el segundo general de la Orden Dominicana, de la cual se ha dicho que es la primera Orden Universitaria. Y sabemos que la Universidad en aquellos tiempos comprendía toda la cultura.
San Raimundo debe figurar entre los grandes promotores de la cultura del pueblo Yo no puedo menos de alabar los esfuerzos, hechos por su Excelencia y su Gobierno para elevar en este aspecto el nivel de los pobres y obreros v campesinos. Basta para demostrarlo la creación de las Universidades Laborales, tantos otros Institutos y Escuelas, el Patronato de Igualdad de Oportunidades y otras instituciones, como los teleclubs, que ayer acaba de inaugurar el señor ministro Fraga Iribarne. Ciertamente el esfuerzo que haga el Gobierno para proseguir por ese camino de elevar el nivel cultural de todos, especialmente de los que carecen de medios económicos, sin duda debe figurar entre los más laudables y a los que se debe dar la preferencia y de los cuales yo me atrevo también a decir que son los más productivos.”
“Si este acto que acabamos de celebrar y que a pesar del relieve y honor que le han dado la intervención y amor de S. E. y la presencia y afecto de todos los aquí presentes es, sin embargo, bien insignificante por el mérito de la persona honrada, tendría, no obstante, una significación grande y un influjo bienhechor si sirviera para procurar con mayor entusiasmo, para elevar el nivel y estimular a todos y procurar una pobre ayuda más universal y eficaz a elevar su nivel cultural y ponerle en condiciones de adquirir con su trabajo los medios necesarios para llevar una vida digna de hombre e hijo de Dios. Excelencia, San Pablo nos manda ser agradecidos y yo quiero cumplir con este deber de gratitud diciendo a Su Excelencia: Muchas gracias.”
Durante el acto el Caudillo estuvo acompañado del teniente general jefe de la Casa Militar, Juan Castañón de Mena; jefe de la Casa Civil, conde de Casa Loja; general segundo jefe de la Casa Militar, Enrique de la Puente Bahamonde y del ayudante de servicio, Tras finalizar el acto, el Caudillo de España invitó a todos los presentes a una copa de vino que se sirvió en los jardines del Pazo de Meirás.
P/D: Conviene leer con detenimiento las palabras expresadas por el maestro general de la Orden de Predicadores de Santo Domingo, grande de España, Rvdo. Padre Aniceto Fernández, tanto en el acto de nombramiento del Generalísimo Franco como hermano mayor honorario de la Cofradía de la Virgen del Rosario, como en el posterior de aceptación y agradecimiento al Jefe del Estado por haber sido galardonado con la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort. De ellas se desprende la profunda creencia y catolicismo de Francisco Franco, condensadas en lo expresado por el maestro general de la Orden de Predicadores de Santo Domingo, donde se atrevía “ a afirmar que en vuestra fe en Dios y en vuestra devoción a la Virgen aprendida en vuestra juventud, está escondida la verdadera causa de tantas grandezas, de tantos hechos heroicos, de tantos aciertos de trascendencia mundial como Dios ha querido que tuviese vuestra vida en el gobierno de los destinos de España y en el influjo en el mundo entero. ¿Qué sería hoy de España y del mundo si el comunismo hubiese triunfado en esta Nación e instalado en ella definitivamente? Y como religioso, sacerdote y superior general de la Orden extendida por todo el mundo, no puedo menos que añadir que no es menor mérito Vuestro las facilidades dadas a la Iglesia para ejercer su ministerio apostólico. Sin duda mediante estas facilidades el progreso religioso realizado en España ha sido grande”, haciendo, ante alegato tan irrefutable, del todo incomprensible y reprobable la actitud de desagradecimiento, cobardía e iniquidad más infamante de la cúpula de la curia española, más preocupada en recibir del gobierno socialista-comunista, amigo de terroristas y separatistas, traidor a España, el dinero de la crucecita de la declaración del renta de hacienda y de las inmatriculaciones de sus bienes, que en oponerse con firmeza a la profanación de los restos de un católico ejemplar, distinguido con el collar de la Orden Suprema de Cristo, acaecida el día 24 de octubre de 2019, en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, algo que permitiría sin rechistar.
Y en quienes lo perpetraron y en los que no hicieron nada por impedirlo, faltando al respeto debido a la memoria de un muerto, violando su sepulcro y profanando su cadáver con ánimo de ultraje, maldad y venganza, unido a la propia profanación y asalto a una Basílica de la Santa Madre Iglesia, caiga sobre ellos la maldición de Judas. “Si alguien removiera este sepulcro, caiga sobre ellos la suerte de Judas”, se refiere en los Hechos de los Apóstoles (1,16-18), donde se puede leer que Judas “con el salario de su maldad se compró un campo, se tiró de cabeza, su cuerpo se reventó y se desparramaron sus entrañas “. Que así sea.
Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-, llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.
ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA