Franco lo hizo mejor

Vozpopuli

Todos dicen tener la solución, pero nadie propone jibarizar el gasto inútil y construir VPO para el pueblo.

Mientras nos desayunamos con filtraciones de conversaciones más propias de la mafia que de un gobierno y aguardamos a que todo acabe derrumbándose por su propio peso, los días van pasando: ya sólo falta un mes para la fecha en la que debo abandonar la casa. Entiendo que en estos momentos a Pedro Sánchez esto no le interese lo más mínimo, pero yo estoy aquí para contar cómo está el españolito de a pie siete años después de que él llegara al poder gracias a una moción de censura contra la corrupción del PP. Cuando me acuerdo de que Ábalos fue el encargado de defenderla, me da la risa. ¿A ti también te pasa?

Debería estar llamando a las empresas de mudanzas, pero no puedo pedir presupuesto porque todavía no sé dónde voy a vivir. Así estamos miles de personas, españolas e inmigrantes: anhelando encontrar un destino para empezar a hacer cajas. Y yo soy afortunada: mi madre puede darme cobijo hasta que encuentre algo —aunque eso significa pagar dos mudanzas— y me pueda permitir comprar un pisito en el pueblo en el que viven mis hijos por una barbaridad de dinero. Hace siete años, por esa cantidad habría podido comprarme aquí alguno de los pisazos en los que hasta entonces habíamos vivido, diez kilómetros más cerca de la capital, aunque entonces no podía comprar. De modo que ahora tengo que cambiar de casa, de municipio y de vida, pero no puedo quejarme: hay quien tendrá que ir mucho más lejos para que no se le dispare el alquiler. El problema, que parece que muchos no quieren entenderlo, es que no hay casas.

Mientras escribo estas líneas (jueves) busco en Collado Villalba, un pueblo de casi 70.000 habitantes a 41 kilómetros de Madrid cuya población se ha duplicado en los últimos 30 años. En Idealista se anuncian sólo 25 viviendas de alquiler. En venta hay 251, pero si filtramos por casas que cuesten menos de 300.000 € y que no estén okupadas o alquiladas ni sean nuda propiedad —es decir, que estén disponibles—, el número se reduce a 100. Y la mayoría de ellas son viejísimas y no tienen ascensor, algunas, ni siquiera calefacción. Pisos de 60 años en los que hace 15 se hizo una reforma, que consistió en poner muebles de cocina nuevos sobre los azulejos viejos. Y la única vivienda nueva que se anuncia bajo esos criterios de búsqueda, no se entrega hasta 2028.

A pesar de que en España cada vez somos más —y no porque nazcan españoles— y de que cualquiera puede entender que la introducción de casi 2.000.000 de habitantes nuevos tensiona, lógicamente, el mercado, ninguno de los dos grandes partidos está tomando medidas para paliar nuestro mayor problema: el acceso a una vivienda y, por extensión, el parasitismo de la clase política que en los últimos 50 años se ha repartido el poder.

Durante la democracia, apenas si se han construido la mitad de VPO que en los 40 años de la malísima dictadura de Franco, ese hombre que se empeñó en convertir un país de proletarios en un país de propietarios. Las comunistas Manuela Carmena y Francisca Sauquillo lo comentaban el otro día en un programa de RTVE; Carmena, incluso, llegó a decir que, ante la escasez de vivienda, “Franco protege muchísimo a los inquilinos”, lo que me da pie a recordar que en 1994 un gobierno socialista aprobó la Ley de Arrendamientos Urbanos que liberalizaría el mercado del alquiler. Y conste que estoy en contra de los arrendamientos perpetuos que acaban convirtiéndose en un agujero negro de gastos para el propietario. Pero algún término medio tendrá que haber.

“Parasitan al votante de izquierdas, al de derechas y a quien no vota. Ayuntamientos, comunidades autónomas, Estado, UE… la maquinaria extractiva funciona a todos los niveles”

Ni se construyen viviendas de protección oficial —y las pocas que hacen ya sabemos a qué tipo de vulnerables van— ni se toman decisiones para que construir no sea un negocio de alto riesgo. Y de esto son culpables todos los políticos, porque los partidos parasitan de todos los españoles, incluso de esos indepes que se sienten extranjeros. Parasitan al votante de izquierdas, al de derechas y a quien no vota. Ayuntamientos, comunidades autónomas, Estado, UE… la maquinaria extractiva funciona a todos los niveles.

En estos días de zozobra sanchista, Feijóo debe de estar poniendo velas y rezando todo lo que sepa —si es que sabe—, y su partido ha sacado un decálogo de lo que habría que hacer. En el apartado 4, Más vivienda, sólo dice: “Los eslóganes no construyen casas. España necesita más suelo, más oferta y menos trabas”. De derogar el RDL 11/2020 que protege a okupas y morosos y de bajar impuestos a la primera vivienda, nasti de plasti. Por su parte, Irene Montero anda proponiendo que se expropie a los grandes tenedoresque hoy son los propietarios de más 10 inmuebles y mañana pueden ser quienes tengan un piso en la ciudad y una casa en el pueblo. Todos dicen tener la solución, pero nadie propone jibarizar el gasto inútil y construir VPO para el pueblo.

Cada día entiendo mejor por qué Franco decía que los políticos son el problema y no la solución.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Resumen de privacidad

Puedes consultar la información de privacidad y tratamiento de datos aquí:

  • POLÍTICA DE PROTECCIÓN DE DATOS
  • SUS DATOS SON SEGUROS