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Francisco José Fernández de la Cigoña
No es evidentemente una noticia eclesial pero él siempre se confesó católico sin restricción alguna.
Ayer leí en ABC dos necrológicas, firmada una por su yerno, Ruiz Gallardón y otra por un hijo, que me parecieron muy dignas. Y que me convencieron de que era un católico normal, como yo, y que procuró vivir de acuerdo con sus sentimientos religiosos. Además de que con los políticos.
Jamás intercambié un saludo con él y sus convicciones políticas nunca fueron las mías. Pero todas las informaciones que me llegaron de su persona fueron de que fue un hombre cabal, honesto, preocupado desde sus cargos, que los tuvo muy altos, de los más necesitados, sencillo, buen padre de familia y lealísimo a sus fidelidades cuando estas no reportaban más que sinsabores. Lo traigo pues al Blog como un católico de filas pensando que no es malo que estos que han vivido tantos años como simples fieles de una Iglesia, de la que nunca renegaron, puedan aparecer por aquí. Y eso os lo dice quien nunca en su vida se puso una camisa azul. Entendedme, azules, muchas, nunca una de Falange.
Pues, en su muerte, y pensando que fue siempre hombre honesto, leal y católico, más allá de las convicciones de cada uno, y de las propias mías, os ruego una oración por el eterno descanso de su alma. Que además, en lo poco que yo sé, creo que fue un alma buena.
Descanse en paz.
Hubo un momento en que pensé, y perdonadme esta digresión, que era el último ministro de Franco que vivía. Y hasta es posible que no de Franco si no de Arias. Luego esforcé ya mi débil memoria y pienso, que aunque Utrera fuese posiblemente el más joven de todos, tal vez sobrevivan López de Letona, Carro, Fernando Suárez y posiblemente alguno más. ¿Sánchez Ventura? Lo que sería una muestra más de mis nulas vinculaciones con el Régimen en lo que fuera oficial. A ninguno de ellos saludé nunca en mi vida salvo a Fernando Suárez, una o dos veces, y ya mucho después de la muerte del Generalísimo. Por cierto que siempre muy amable por su parte.
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