José Ortiz Echagüe: de soldado a piloto; de ingeniero a fotógrafo

Ingeniero militar, piloto, emprendedor en la creación de Construcciones Aeronáuticas S.A, fotógrafo todo eso era José Ortiz Echagüe, hijo de un andaluz que ejercía como profesor de la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara. Este ofical había conocido a la madre de Echagüe, vasca, mientras combatía a los carlistas desde las filas liberales. Criado en Castilla, el joven José Ortiz fue a combatir en la guerra de Marruecos. Tras asaltos y defensas, acabó de fotógrafo desde un globo militar. Ese instante fusionó sus dos pasiones vitales: la aviación y la fotografía.

Creada la aviación militar, al poco tiempo de inaugurarse el aeródromo de Cuatro Vientos, establecieron allí unos talleres dirigidos por el capitán Barrón. Comenzaron a montar y reparar aviones importados y, desde 1914, construían biplanos “Flecha”, diseñados por Barrón inspirándose en los “Löhner” austriacos. La fábrica de Guadalajara acabará fabricando el caza “Barrón”.
Sin embargo, la limitación de los talleres de Cuatro Vientos llevó a Ortiz-Echagüe a desviar su vocación aeronáutica hacia la empresa Carde y Escoriaza de Zaragoza, en la que inició la fabricación bajo licencia de 28 biplanos “Flecha” y 12 “Maurice Farman”, entre 1915 y 1918, destinados a engrosar las dotaciones de la Aeronáutica Militar.

La demanda de la Primera Guerra Mundial fue aprovechada por algunos industriales locales, como los talleres de Cuatro Vientos, para comenzar a producir las primeras series de aviones. Hasta entonces, el montaje de aeroplanos en España había sido una actividad esporádica y muy puntual, que rara vez había sobrepasado la construcción de más de un aparato por la misma entidad. En este marco el propio Servicio de Aeronáutica Militar se puso en contacto con empresas, como la Hispano Suiza, para fomentar la producción nacional de material aeronáutico. Así comenzó el protagonismo de Ortiz Echagüe en el desarrollo de la aviación en España, en su doble faceta de ingeniero y de piloto. Su labor fue esencial como pionero y emprendedor en la aeronáutica española.

Ya jubilado de la industria de aviación, el ingeniero pudo dedicar más tiempo a la fotografía cuyo trabajo extendía de la cámara al laboratorio donde Echagüe definía la imagen tal como la quería. Sus imágenes son magníficas y auténticos retratos del alma de un pueblo.

La última exposición fotográfica, en vida de José Ortiz-Echagüe, tuvo lugar en febrero de 1980 en la Biblioteca Nacional. Fue una recopilación antológica que acogió ciento treinta y nueve instantáneas de Ortiz Echagüe.

Hemos querido traer a estas páginas un homenaje a la obra de un emprendedor español: ingeniero, piloto, fabricante y artista fotógrafo. Comenzó de soldado y su jubilación fue el arte.


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